Esos zapatos comienzan a parecerse también a un miembro-fantasma. Se vuelven sensibles, nerviosos, casi charlatanes ahí donde aparentemente la cosa no siente ni dice nada, objetivamente.
Jacques Derrida
En el cauce de dos vertientes oscilamos, sujeto-objeto y viceversa. Asimos y desatamos en ritmos que se cruzan para alejarse. Así vamos sujetos, objetos. Subjetivados, objetivados. Sobre estos bordes transitan las voces de este segundo Territorio de Diálogos. Entre ellos, yuxtapuestos, enmarañados se tejen la filosofía, el psicoanálisis, la literatura, la plástica, la poesía, la medicina y otras danzas del saber. Sujeto-objeto devenimos entre esos huecos que nos enuncian mientras nos borran.