Pues la presencia del maestro
en la obra es la única auténtica.
Cuanto más grande el maestro
tanto más puramente desaparece
su persona detrás de la obra
Martin, Heidegger
El motivo de la conmemoración —nos lo indica Heidegger[i] en la alocución— es hacer presente al compositor Conradin Kreutzer, pensar en él. Para ese tiempo (el de la alocución: 30 de octubre de 1955) han transcurrido 175 años desde su nacimiento <<22 de noviembre de 1780>>, es lo que se festeja.
¿Cómo hacer presente a alguien que no está? Si se trata de un compositor de la talla de Conradin Kreutzer, con su obra podría ser. El detalle es que tendría que sonar música ya no producida por el compositor sino reproducida por músicos y artistas distintos a él. El artista tendría que ser conmemorado siendo tocado y cantado por otros. Lo propongo de esta forma porque parece ser que a donde perfila Heidegger su discurso es a pensar, pensar en el compositor; que haya algo de él en el presente para que —aunque en ausencia— pueda ser representado y en consecuencia pensado, por los que asisten a la celebración.
Durante el texto se distinguen dos tipos de pensar; el calculador y el meditativo reflexivo. Será este segundo al que Heidegger alude para pensar al artista durante la conmemoración; el primer tipo es el que se encarga de hacer de la técnica una herramienta para el hombre y que así éste economice esfuerzos ya innecesarios. El riesgo es que la persona a la que la técnica sirve, tiende a desaparecer en ese cálculo, es decir, el hombre cuando calcula deja de pensar reflexivamente, deja de ocuparse del aquí y del ahora o de lo que le atañe, lo que le implica. Dicho de esta forma, parece ser el pensar calculador también un esfuerzo por tener certeza del mundo y dejarse llevar por los algoritmos que tiempo atrás han sido efectivos para crear tal o cual cosa, para hacerla, o simplemente resolverla. En el curso de lo que se dice, percibo que Heidegger advierte sobre la posibilidad de que el ser humano pierda su esencia, lo más suyo de sí que es pensar reflexivamente. Entonces propone el arraigo a la tierra como eso que posibilita cualquier creación artística. ¿Sin la ciudad de Messkirch sería posible la obra de Conradin Kreutzer? Sí, quizá otra le hubiera alojado; pero la ciudad alemana es importante porque es su origen, es allí de donde el compositor tuvo que salir con sus raíces para dejar su obra en el éter, dar el fruto. El arraigo en relación a la obra artística…
De vuelta al pensar calculador, Heidegger dice sobre la naturaleza de la técnica y cómo ésta ha apropiado al hombre; la técnica en su más amplio sentido incluye la tecnología, pero en sí, todo lo que el ser humano ha hecho de la naturaleza para dejarla de ser (natural), es decir, que los procesos naturales ya no sean sino acelerados en tiempos que aunque efectivizan no corresponden. Aquí se me ocurre introducir el epígrafe con el que comencé el escrito y la idea de hacer presente algo pasado, la finalidad de la conmemoración. ¿Si se pone una obra de Conradin Kreutzer, pensarías en él o sólo escucharías? Antes de conocerlo sólo escuché música pero ésta no me evocó más que imaginaciones, ideas mías no de él; antes de conocerle yo no tenía aún representación (de él), ni real ni simbólica, sólo imaginación <<lo irreal de lo real>>. Ahora pienso en el lugar de la conmemoración (Messkirch) para servirme de elementos que por sí misma la obra del compositor no me evoca. Creo que ésta es la importancia del arraigo como posibilidad para florecer; la obra tiene que encontrarse en algún lugar aunque su fruto (después) esté en el aire.
Entonces, ¿es el arraigo de la obra al lugar de origen del compositor, el arraigo a considerar? ¿el arraigo del compositor al lugar de origen? ¿el arraigo del compositor a la obra? ¿el arraigo al lugar de origen de la obra, en los presentes? Quizá todo arraigo y operando, simultáneamente; al origen, al compositor…
Son preguntas que aunque dejo sin contestar me hacen pensar, más que nada en lo imperante de la ausencia (del pasado) cuando se pretende traer al presente, como en una conmemoración. Aquí cabe la actitud Serenidad para considerar la importancia de la técnica para pensar; no sería posible (pensar) en algo no presente si no hubiera posibilidad de traerlo. Entonces la actitud sí-no o serenidad, sería un esfuerzo por considerar los dos tipos de pensar para el humano; pensar calculador pero también reflexivo. Pero que el segundo no sucumba al primero que en términos de inmediatez es más próximo; el pensar calculador ahorra lo que en el pensar meditativo reflexivo no es posible; pienso en una relación para el hombre considerando los dos tipos de pensar: que el calculador contiene las cosas del mundo también de otros. Y en el reflexivo las cosas del mundo de uno; algo así como el mundo exterior y el mundo interior.
Ambos se comparten; para pensar en un mundo propio es necesario haberlo pensado como otros…
Referencias y Bibliografía
[i] Martin Heidegger, Serenidad, 1988.
Heidegger, M. (1988). Serenidad. Barcelona: Del Serbal-Guitard.
Actualmente cursa estudios de maestría en el Colegio de Saberes.