Posicionamiento ético frente al dolor

-Pero, cuando no ocurre nada, ¿qué hace usted?

-Siempre hay algo que escuchar

               Entrevista a Samuel Beckett

Esta anécdota extraída de la voz de una de las mentes más brillantes del mundo no es un accesorio al texto que presento, podría ser el contrapunto al que resuena la reflexión del grupo de personas que se dan lugar en la especialidad: posicionamiento ético frente al dolor que imparte el Colegio de Sabres.

Siempre hay algo y cada movimiento incumbe al ámbito de lo dignamente observable. Ahí la relevancia del posicionamiento con el que se conjugan el dolor y la ética. Se suspende la coartada que suelen hacer los cinco sentidos propensos a la vigilancia, y se inaugura la escucha en el ritmo,  “la naturaleza tiembla de sentido gracias a sus ruidos, […] el objeto de la escucha se ha ido interiorizando hasta convertirse paulatinamente en la pura conciencia dirá R. Barthes.

Se bien-viene en clave de anfitrión a cada gesto, la práctica psicoanalítica que propone el Colegio de Saberes pasa de la concepción del siglo de las Luces, y de su consecuente “iluminación” al siglo del Ensonimento, del poder de la resonancia interna de los espacios que ocupa la palabra. De nuevo: posicionamiento.

Las matemáticas y los matemas quedan obsoletos cuando se está presente a la revelación que cada acento en el sostenimiento de la palabra que hace una cartografía  con el registro mnémico sonoro de un gemido, de lo impronunciable. El sonar registra y alguien insiste en la asociación libre,  convocando a la memoria a una permanente diferenciación

Y si es especialidad es por que ésta metafísica sonora de la conciencia ausente de quien escucha se aprende a materializar en la escritura, la cual presenta el aliento de aquél, ahora en huellas y trazos, en cuñas, haciendo de cada caso un dibujo energético de la psique. Siempre hay algo que escuchar porque siempre hay algo….