Nepantleras

Karen Condés

Ensayo escénico sobre la feminidad post colonial en México

Performance / instalación que aborda las problemáticas de género, racismo y clasismo en el contexto de México, utilizando elementos autobiográficos en la exploración de narrativas feministas decoloniales para la escena contemporánea.

En este proyecto investigamos el conflicto de identidad que vivimos las mujeres mexicanas. Una herida colonial que se encarna en nuestras entrañas. Retomando las reflexiones de Gloria Anzaldúa en su libro Borderlands/ La Frontera, la performance busca reivindicar a “la nueva mestiza” sin negar nuestro color de piel.

Somos el lugar de enmedio, germinamos en la grieta donde crece todo lo chueco y todas las zurdas. Allí nosotras florecemos y resistimos.

Antecedentes

Los fundamentos de esta propuesta están detonados por las reflexiones críticas de Gloria Anzaldúa (1987), en el cual retoma el concepto de frontera como espacio geográfico y simbólico de resistencia identitaria y posicionamiento político, desde una visión femenina. En este libro, Anzaldúa reivindica la importancia de la consciencia de la mujer mestiza en un mundo globalizado.

Roger Bartra, en su libro La jaula de la melancolía (1987) profundizó sobre los procesos históricos y culturales en México desde la conquista hasta la llegada del capitalismo y del neoliberalismo, y cómo éstos han puesto en crisis nuestra identidad. Por un lado, nos remontamos a nuestras raíces prehispánicas y las exaltamos cuando queremos demostrarle al mundo que México es un país rico y con una cultura digna de ser apreciada, invitando al mundo entero a que venga a visitarnos. Sin embargo, al momento de encontrarnos cara a cara con los indígenas, los rechazamos y discriminamos, no los queremos cerca y mucho menos nos identificamos con ellos. Esto es resultado de una mente globalizada cuya referencia mira hacia Estados Unidos y Europa como modelos a seguir.

En Borderlands, Anzaldúa explica los procesos de transculturización y las grietas culturales como Nepantla, término de origen náhuatl, fue registrado por primera vez por el Fray Diego Durán en Historia de la nuevas Indias de Nueva España en el que relata la respuesta que dio un indio cuando lo reprendieron por organizar una costosa fiesta donde se celebraron antiguos rituales que no correspondían con el cristianismo.

Padre, no te espantes pues todavía estamos Nepantla.

Y como entendiese lo que quería decir por aquel vocablo que quiere decir, estar en medio. Me dijo que, como no estaban aún bien arraigados a la fe, que no me espantase la manera que aún estaban neutros, que ni bien acudían a una ley ni a la otra, por mejor decir que creían en Dios y que juntamente acudían a sus costumbres antiguas y del demonio, y esto quiso decir aquel en su abominable excusa de que aún permanecían en medio y que estaban neutros. (Durán,1984)

Somos una mezcla de identidades que convergen y dan como resultado nuevas subjetividades fronterizas.

Partiendo de esta voluntad fronteriza, Anzaldúa propone un nuevo sujeto mestizo mujer, la nueva mestiza: sujeto heterogéneo, marginal y de herencia indígena; mujer de color cuya identidad se construye a partir de sus luchas y de su múltiple origen racial, lingüístico e histórico, y cuyo reconocimiento problematiza la universalidad heteronormativa, patriarcal y excluyente de las culturas dominantes blancas y euro-anglosajonas.

La conciencia de la nueva mestiza lucha contra el sexismo y el machismo, y propone romper con los binarismos sexuales, las diferencias raciales y las definiciones excluyentes, que restringen a las mujeres, sus identidades y sexualidades. Busca también construir una cultura de armonía futura: una cultura mestiza, una conciencia colectiva en la que se identifican todas aquellas subjetividades fronterizas.

Hacia una narrativa decolonial en el teatro

En México hay 9 feminicidios diarios. Actualmente, esa violencia ha crecido no sólo en el aumento de víctimas asesinadas sino también en las violencias cotidianas que vivimos las mujeres. Esta cifra aumentó en comparación con el 2017 y yo me pregunto cómo vivir sin miedo, cómo transitar por las calles y no preocuparme porque quieran violarme o matarme. No puedo resignarme a que esta es mi realidad y mucho menos acostumbrarme.

Es por eso que, desde el 2013, comencé mi acercamiento a la teoría académica y al activismo feminista, así como proyectos y espacios de investigación donde he trabajado con más mujeres interesadas en cambiar esta situación a nivel social, pero también a nivel artístico. Como artista escénica siempre he buscado ampliar mi rango de posibilidades creativas y lenguajes de otras disciplinas como la danza, el performance y las artes visuales, y en estos momentos de mi carrera profesional me interesa contribuir a la construcción de espacios críticos que investiguen y exploren narrativas con perspectiva feminista y decolonial para abordar temas de violencia de género y formas de representación de las mujeres en el teatro, lo cual es fundamental para evitar que en nuestras piezas artísticas revictimicen o cosifiquen a las mujeres y excluyan a las minorías raciales, de etnia, lengua, sexualidad, discapacidad, clase y condición social. Estoy cansada de ver en el teatro constantemente la representación de mujeres blancas europeas o estadounidenses de élite, que imperan en las dramaturgias, cuyos conflictos distan mucho de la realidad que vivimos la mayoría de las mujeres latinas. Sin embargo, no hay que dejar de lado las reflexiones de Spivak (Spivak, 1998) en relación con la posición ética de hablar por las subalternas. Una vez que hemos iniciado la empresa de construir discursos contrahegemónicos donde el Sujeto Europeo deja de ser nuestro objetivo de representación ¿cómo hablar de nosotras mismas sin reproducir narrativas neocolonialistas? No tenemos las respuestas, pero lo que sí sabemos, es que tampoco podemos hablar en nombre de todas las mujeres que han sido racializadas y marginadas por el patriarcado contemporáneo pues nadie nos ha nombrado sus representantes para hablar por ellas.

Nuestra investigación escénica no ignora nuestro lugar de enunciación desde donde hacemos conscientes procesos de identificación y diferenciación. Por ello, el material dramatúrgico de nuestras performances se genera a partir de lo autobiográfico para hacer notar que lo personal es político.

Nuestra venganza es ser felices

El proyecto de Nepantleras forma parte de una plataforma transmedia de mujeres –y para mujeres- interesadas en la investigación y experimentación escénica/ performática, coordinada por Karen Condés y Xareny Orzal.

Nuestros principales intereses son:


1. Explorar otras formas de representación de los cuerpos femeninos en el teatro y el video.


2. Reivindicar y visibilizar el papel de las mujeres en la política de México, a través del uso e intervención de archivos audiovisuales.


3. Construir un espacio dedicado al estudio y experimentación de procesos artísticos conformados por mujeres desde narrativas decoloniales.

Bibliografía:

Anzaldúa, Gloria. (2016). Borderlands/La frontera: The new mestiza. Madrid: Artes Gráficas Cofás.

Bartra Muria, Roger. (1987). La Jaula de la melancolía. México: Grijalvo.

Durán, Fray Diego. (1984). Historia de las Indias de Nueva España 1-2 · Biblioteca Porrúa Historia No. 36 y 37. México: Porrúa.

Spivak, G. C. (1998) ¿Puede hablar el sujeto subalterno? Orbis Tertius, 3 (6), 175-235. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2732/p r.2732.pdf