La permanencia de lo efímero

Guadalupe Aguilar

La permanencia de lo efímero, es un diálogo visual sobre la percepción. Está compuesto por fotografías que han capturado muy de cerca fragmentos y residuos de instalaciones y videos.  Los tres proyectos que aquí presento abordan la percepción a través de desarrollos visuales que relacionan arte, naturaleza y filosofía.

 La forma de lo posible

Esta propuesta parte de Hyle, un concepto desarrollado por Husserl que refiere a la percepción pura: la impresión bruta de un acto intencional.  La Hyle se traslada al ámbito plástico como fundamento conceptual para indagar en la materia informe, la materia como hecho anterior a la división del sentido. La forma de lo posible se vale de filamentos, piel y agujas, los considera como materia absoluta por la que transitan las ideas desde el mundo  inmaterial –platónico-  al terreno físico,  la sola visibilidad de la idea, un mero acto de percepción es ya la forma.

Las fotos son acercamientos a la instalación homónima, una trama sutil y delgada que  indaga en los secretos internos del espacio, el énfasis de las pieza está en el ámbito ideal de la existencia porque genera formas que en un primer momento parecieran negar la realidad, más sin embargo hilan el abismo entre lo real y lo ideal.

   

   

 

Armonía

Es un recorrido por las geometrías de un lago seco, que intenta armonizar nuestros pensamientos para generar un estado de contemplación y hacer posible la percepción de la pura y auténtica belleza: empezando, por supuesto, por la belleza de las cosas simples hasta llegar a apreciarla en sus estructuras más complejas.

Las imágenes producto de la instalación homónima indagan en la forma del alma para situarnos momentáneamente al margen de la arrebatada corriente cotidiana y la confusión reinantes; de esta manera se nos invita a reflexionar sobre aspectos básicos constituyentes de nuestra humanidad. Es decir, la parte fundadora de sentido: lo creativo, lo que va más allá de lo inmediato en la resolución de nuestras necesidades vitales.  Aquí la sola visibilidad de la idea —un simple acto de percepción—, es ya la forma.

   

   

 

El ser aquí y los árboles ahora

El proyecto trata el habitar desde una perspectiva dual: la casa y la tierra, ambos hábitats proporcionan el estar que hace posible el ser, la vinculación entre ambos medios crea un ambiente propicio para generar la sensación de pertenencia al mundo, el aquí y ahora. En términos materiales se vale de lo vegetal como eje vertebrador para abordar la relación entre el individuo, su entorno y el paisaje a través de la resignificación de algunos recursos naturales.

El proyecto aún en ciernes, explora y propone ámbitos ideales para la reflexión, lugares y situaciones que inducen a experimentar la propia existencia:  el dasein, ese ente que en cada momento soy yo mismo y que tiene como peculiaridad ontológica el hecho que estar en el mundo implica consciencia de su ser,  zusein, es decir que su esencia consiste en su existencia, la cual necesariamente está sujeta a la temporalidad y por ende a una incesante transformación. Para propiciar pensamientos sobre la permanencia (o impermanencia) nos enfocamos en captar las formas fugitivas que se generan durante los cambios que experimentan elementos componentes de un entorno paisajístico específico.

Las fotos de El ser aquí y los árboles ahora son de Alejandro Osuna.

 

  

 

 

Guadalupe Aguilar

Es una artista que transita por diversas facetas del arte contemporáneo, como productora, investigadora y gestora; el resultado de su trabajo toma forma en: instalaciones, objetos, videos, publicaciones, diálogos productivos, curaduría, conceptualización y gestión de espacios públicos destinados al arte. Tiene un especial interés por las estrategias de producción participativa, en las que ha indagado tanto de manera teórica como práctica. Como productora ha explorado la relación arte y naturaleza, por un lado, y por otro; la filosofía, la poesía y el arte valiéndose de la instalación, el video y los objetos escultóricos, sus proyectos han sido expuestos, tanto en México como en el extranjero, en espacios museísticos y alternativos. Entre sus exposiciones individuales más importantes, destacan: “Armonía” un proyecto de instalación en la GAALS (2016), “Formas para detener el mundo” en el Espacio Anómalo en Culiacán (2016). En la Galería Carlos Olachea, del Instituto Sudcaliforniano de Cultura expuso “Philos” (2015). En 2012 “Soles Filiformes”, en la Celda Contemporánea de la UCSJ en la Ciudad de México. “Hilografías” en la Sala Naranja de Valencia, España (2007), “El agua en un hilo” Kunsthalle de Krems Austria (2005) y “Momentos de posibilidad” en el Instituto Mexicano de Cultura de Viena (2004). Ha participado con video, instalación, sonido y objetos en varias exposiciones y proyectos colectivos dentro y fuera de México y ha llevado a cabo proyectos curatoriales independientes. Sus ensayos sobre arte se han publicado en revistas nacionales y extranjeras y en publicaciones especializadas. Es autora del libro El Arte Participativo (2012), editado por el Instituto Municipal de Cultura de Culiacán, editora y coautora de Orbital (2014) editado por el Instituto Sinaloense de Cultura y coautora de Arte Contemporáneo Sinaloense. Recuento de años 2005-2011. En cuanto a su formación académica, es abogada por la Escuela Libre de Derecho, diplomada en Arte Contemporáneo, por el ITAM, estudió la maestría en Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; y doctora en Bellas Artes, con especialidad en escultura por la Universidad Politécnica de Valencia. Actualmente vive en Mazatlán, donde trabaja en diferentes proyectos artísticos.