“Y sé que no querrás volver a confiar en mí,

ya nadie confía en la energía nuclear después de lo de Chernobyl,

pero el cielo, aún tan negro

es nuestro cielo, es nuestro.”[i]

Nacho Vegas

La “cosa nuclear”, ausencia de precedente: el no-acontecimiento.

La “cosa nuclear”, en tanto que fantasma, condiciona todos los discursos y todas las estrategias.

La “cosa nuclear”, terrorífica <<realidad>> que nos hace pensar “la presencia de este presente por medio de esta fabulosa textualidad. Mejor y más que nunca”.[ii]

La “cosa nuclear” como guerra no localizable, sin lugar.

La “cosa nuclear”, existente por lo que se dice de ella y allí donde se habla de ella.

La “cosa nuclear” domesticada, asimilación anticipadora de ese totalmente-otro inanticipable.

La “cosa nuclear” ¿mito?

La “cosa nuclear” ¿imagen?

La “cosa nuclear” ¿ficción?

La “cosa nuclear” ¿utopía?

La “cosa nuclear” ¿figura retórica?

La “cosa nuclear” en tanto fantasma…

La “cosa nuclear” ¿en tanto fantasma?

La “cosa nuclear” en tanto deseo… “es preciso distinguir esta <<realidad>> de la era nuclear; y es preciso distinguir la ficción de la guerra”[iii] que en tanto deseo inconsciente no existe.

La “cosa nuclear”, motor del fabuloso esfuerzo de guerra.

La “cosa nuclear”, energía impulsora de la carrera de velocidad con vistas a la velocidad, a la precipitación enloquecida.

La “cosa nuclear”, invención que sigue estando por inventar.

La “cosa nuclear”, independiente del lenguaje al ser representada en el habla en tono de charla, opinión, creencia.

La “cosa nuclear” en tanto estrategia va unida a una sofisticación de la creencia.

La “cosa nuclear” en función de la retórica nuclear: hay que no hacer algo.

La “cosa nuclear” en función de la retórica de la disuasión definiendo en relevos la esencia de la humanidad moderna.

La “cosa nuclear”, pharmakon absoluto tejido por palabras que, en el tejido de la retórica, diseña el horror [próximo, siempre próximo].

La “cosa nuclear” pregunta cómo integrar las viejas palabras, los viejos miedos, las viejas creencias, las viejas retóricas de la entidad llamada “Administración”[iv] en el mundo de la tecnología nuclear.

La “cosa nuclear”, retórica de la demagogia y de la acusación.

La “cosa nuclear”, ¿por qué emprender una guerra donde nadie puede ganar o ser el vencedor?

La “cosa nuclear”, referencia de las aporías “su-ser-por-primera-vez-y-quizá-por-última-vez”[v] [o-quizá-nunca].

La “cosa nuclear”, hipótesis de destrucción total que gravita sobre la desconstrucción, guía su andadura, permitiendo reconocer a la luz, por así decirlo, de esta hipótesis o de este fantasma, las estructuras o de las instituciones que es preciso desconstruir”.[vi]

La “cosa nuclear”, hospitalaria de la desconstrucción en la era nuclear.

La “cosa nuclear”, amenaza para la era de la literatura.

La “cosa nuclear”, íntimo vínculo con la crítica literaria en manos de Mallarmé, Kafka, Joyce…

La “cosa nuclear”, amenaza de la totalidad.

La “cosa nuclear”, referencia posible de todo discurso y de toda experiencia literaria.

La “cosa nuclear”, referencia del absoluto aniquilamiento del archivo.

La “cosa nuclear”, muerte absoluta que suspende el duelo simbólico de una cultura y una memoria social.

La “cosa nuclear”, <<tema>> que no puede ser <<tema>>, <<referente>> que no puede ser <<referente>> nombrable.

La “cosa nuclear”, innombrable en la literatura.

La “cosa nuclear”, “invención de lo totalmente otro como invención posible”.[vii]

La “cosa nuclear”, la disuasión no es medida, ni técnica, ni garantía.

La “cosa nuclear, el azar como espectro inaprensible.

La “cosa nuclear”, “destinoerrancia aleatoria del envío de la escritura (código, inscripción, huella, etc)”.[viii]

La “cosa nuclear”, ¿por qué hay algo y no más bien nada?

La “cosa nuclear” en el borde resistente al análisis, a la descomposición o a la división.

La “cosa nuclear”, “nombre de la guerra nuclear que es el nombre de la primera guerra que puede ser hecha en nombre sólo del nombre, es decir de todo y de nada”.[ix]

La “cosa nuclear”, pensamiento de los límites de la experiencia como pensamiento de finitud.

La “cosa nuclear”,

            ¿Morir por algo que vale más que la vida?

La “cosa nuclear”, “destrucción sin resto, sin simbolismo, sin memoria, sin testigo… sin duelo”.[x] 


[i] Nacho Vegas, “Nuevos Planes, Idénticas Estrategias”[Canción] en Los Hermanos Pequeños, España, 2011.

[ii] Jacques Derrida, Cómo no hablar. Y otros textos. Proyecto A Ediciones, Barcelona, 1997, p. 144.

[iii] Ibid, p. 145.

[iv] Ibídem, p. 147.

[v] Ibídem, p. 150.

[vi] Ibídem, p. 151.

[vii] Ibídem, p. 153.

[viii] Ibídem, p. 155.

[ix] Ibídem, p. 156.

[x] Ibídem, p. 157.

Miroslava Cárdenas Sandoval

Soy escritora de diarios desde la infancia. Apasionada a la luz de luna llena y amante irremediable de los gatos. Nací en Atlacomulco pero un soplo de vida me cobijó en la Ciudad de México, bebo cerveza obscura y bailo envuelta en música y fuego gitano. Con la poesía de Alejandra Pizarnik tatuada en mi piel he emprendido un camino poético en el cual intento, con cada línea e imagen, sumarme al esfuerzo porque la escritura me permita, de forma valiente, evocar pequeñas renuncias al sufrimiento.