El incesto en el tiempo

Jessica Denise Hernández Labra

“La palabra incesto designa circuitos sexuales muy variables

de una cultura a otra. No obstante cada vez que se lo emplea,

suscita un auténtico sentimiento de horror, como si

todos los miembros de un grupo lo utilizarán

para organizar un imaginario común”

Boris Cirulnik.

Escribir sobre el incesto en el tiempo, ¿por qué hacerlo?…   Tal vez la idea de mirar un poco en el pasado da sentido a lo que sucede en este tiempo frente a las formas de relación de las familias. Hoy existen normas que delimitan lo permitido y lo prohibido; desde la ley religiosa, la cultura y el Estado, se ha llevado a la escritura los criterios posibles e imposibles en los vínculos humanos. La idea del presente trabajo es hacer un breve recorrido sobre algunos relatos de dicho tema para analizar en el transcurso si hasta hoy existe como tal una renuncia incestuosa o si los remanentes de la misma posibilitan la presencia actual de relaciones que escenifican el incesto en diversos dramas de la vida. Conforme a lo anterior, se propone tratar de responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la efectividad de las prohibiciones y cuáles son sus consecuencias en el proceso de subjetividad? y ¿de qué manera el incesto esta presente en la estructuración psíquica y en un instante se convierte en un acto de violencia y más aún de crueldad? Para finalmente saber si olvidamos aquello que causa horror, pero recordamos lo que la ficción demuestra.

Como elementos clave dentro de este escrito encontramos las palabras deseo, prohibición, ley y trasmisión. Para revisarlas con cierto cuidado se abordará el discurso religioso, psicoanalítico y socio-cultural, con la intención de tratar de ubicar desde donde comienza el incesto,  luego el mito fundante de la cultura y  finalmente la continuidad del mismo hasta nuestros días en diversas familias. De modo que quizás puede notarse que tanto en la escritura como en el acto, el incesto sucede, y de ello poco se puede hablar o en realidad no se habla.

En mi breve andar por el espacio clínico he escuchado diferentes historias que muestran el incesto en las distintas familias, en algunos ha sido nombrado como una ligera sospecha de algo… que el sujeto no sabe exactamente si ocurrió o no por lo nublado del recuerdo, ese recuerdo reprimido al que no se tiene acceso. En otros casos la persona asegura tener en la memoria cada detalle de la escena y más aún de diversos momentos en que se repitió, ya sea con el mismo autor del acto o con algunos otros miembros de la familia. Así surgen otras preguntas: ¿Sucede el incesto más en mujeres o en hombres?, ¿Pasa en el tiempo de la infancia, la niñez o la adolescencia?, ¿La persona que lo vive se coloca como objeto de placer del Otro y ello determina que la repetición del síntoma sea seguir siendo objeto de placer de un Otro cayendo en relaciones violentas y de abuso? Y finalmente: ¿hasta donde se bifurca la pulsión de muerte con la pulsión sexual,  que puede llevar a alguien que vivió este tipo de escenas a experimentar situaciones de riesgo y de límite hasta llegar a un pasaje al acto? Como puede notarse, en todo ello está inmersa la condición de violencia. Ya decía Freud en ¿Por qué la guerra? de 1932: “Los conflictos de intereses entre los hombres se zanjan en un principio mediante la violencia” y más adelante expresa: hemos averiguado que son dos cosas las que mantienen cohesionada a una comunidad: la compulsión de la violencia y las ligazones de sentimiento. Suponemos que las pulsiones del ser humano son solo de dos clases: aquellas que quieren conservar y reunir- las llamadas eróticas- y otras que quieren destruir y matar, a éstas últimas las reunimos bajo el título de pulsión de agresión o destrucción”.[1]

Bajo este orden de ideas, iniciaré con un breve esbozo del concepto. La palabra “Incesto” deriva del latín incestum, que significa “sacrílego”, viene también de incestus, que significa impuro o manchado. A su vez tendría el sentido de “no casto”. También se revela que el término “castus” se confundió en la evolución de la lengua con “casus” que significa “vacío”, “excento de”, hasta suplantarlo como supino del verbo “careo”- “me falta”. De este modo se podría traducir incestus, por aquel a quien nada le falta.

Se puede referir también que incesto, tiene una raíz indoeuropea, con sufijo Kas-tro, en latín castro: cortar o castrar. Con respecto al sufijo kas-to. En latín castus: puro, casto, castigar. Con el prefijo negativo: incestus: no casto. Entonces el incesto se define como no puro y en la raíz etimológica contiene la amenaza al castigo.

De manera conceptual se define como la práctica de relaciones sexuales entre individuos que comparten una misma alianza de parentesco o consanguinidad. También puede entenderse como la infracción o la prescripción sobre el régimen de alianzas y uniones sexuales cuyo objetivo es preservar el orden exogámico. A su vez, es un término largamente entendido como un elemento tabú, en muchas sociedades (no en todas).

El concepto otorga elementos importantes a analizar en el transcurso del texto, tratemos de ir al principio, aunque nunca sabemos cuál es el principio, pero para intentar acercarse a este,  con la intención de saber quién estableció este tipo de normas y bajo qué condiciones y dónde podría encontrarse la escritura de la ley. Vayamos entonces primero a la Religión. Religión viene de re-ligare, como un volverse a unir con aquello divino. Se define “como el conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social así como de prácticas y rituales principalmente la oración y el sacrificio para darle culto”[2]. La religión, así como la cultura son un tipo de freno a las pulsiones especialmente de destrucción. Freud reconoció en “el porvenir de una ilusión” (1927), la importancia de la religión para el hombre definiéndola como un sentimiento oceánico que solo puede ser una fuente de energía si él mismo constituye la expresión de una intensa necesidad. Además, descubrió que las necesidades religiosas derivan de un desvalimiento infantil y de la añoranza del padre que aquel despierta y que además es conservado duraderamente frente a la angustia del hiperpoder del destino. Lo que permite la religión es que el hombre pueda salvarse ante su propia vulnerabilidad frente al mundo gracias a la existencia de un Padre simbólico y una Madre simbólica.

 En la religión Judeocristiana. En el Libro del Levítico[3], capítulos 18 al 20 se presenta la prohibición del incesto y las consecuencias[4].

Levítico. Cap. 18: Relaciones incestuosas e inmorales. “Jehovah habló a Moíses diciendo: habla a los hijos de Israel y diles que yo soy Jehovah, vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual habeís habitado. Pondréis por obra mis decretos y gurdaréis mis estatutos para andar en ellos. -Ningún hombre se acerque a una mujer que sea su parienta cercana para descubrir su desnudez.

-No descubrirás la desnudez de tu padre o la desnudez de tu madre.

-No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre

-No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera de ella.

-No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija.

-No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre.

-No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre

-No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre

-No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre

-No descubrirás la desnudez de tu nuera

-No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano.

-No descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija

-No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival

-No te acercarás a una mujer durante su impureza menstrual, para descubrir su desnudez

-No tendrás relaciones con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella

-No te acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer

-No tendrás cópula con ningún animal

-No os contaminéis con ninguna de esas cosas, porque con todas éstas cosas se han contaminado los pueblos que yo echo delante de vososotros. La tierra ha sido contaminada; por eso castigue la maldad de ellos sobre ella, y la tierra vómito a sus habitantes…. porque cualquier persona que hace alguna de éstas abominaciones será excluída de entre su pueblo. Gurdad, pues, mi ordenanza, no cometiendo las cosas abominables que se practicaban antes de vosotros-, y no os contaminéis con ellas. Yo Jehovah vuestro Dios”[5].

El levítico, libro importante del Pantateuco donde se presentan las normas al pueblo de Israel:  los primeros cinco libros de la Biblia del Antiguo testamento (Génesis, Éxodo, Lévítico, Números y Deuteromío) se recogen en la enseñanza de Dios al pueblo de Moíses.

Dicho libro representa una “pausa” en los eventos del Pueblo Hebreo y enfoca su atención en las normas de santidad y pureza necesarios para el acceso a la relación con Dios desde el pacto que se establece con él. La primera parte del Levítico está dedicada al ritual de los sacrificios[6] (Capítulos 1-7) Luego vienen el ceremonial para la investidura de los sacerdotes (Cap. 8-10), los de la Ley sobre lo puro e impuro (Cap. 11-15) que concluye con el ritual para el gran día de la expiación (Cap. 16). En los (Cap- 17-26) la Ley de la santidad que se cierra con una serie de bendiciones y maldiciones. A modo de ápendice, el Cap. 27 determina las condiciones para el rescate de las personas, los animales, los bienes y los consagrados al Señor.

Con lo anterior, hay palabras de este escrito a las que hay que regresar para revisar con poco más de detalle. Si el libro del Levítico es una pausa en los eventos del pueblo hebreo. ¿Qué hay entonces de distinto de este tercer libro con los dos anteriores y con los dos que le suceden? ¿Será acaso este tercer libro “Un acontecimiento”, decir este acontecimiento es posible? Citando a Derrida. “Uno de los rasgos del acontecimiento es, no solo que viene como aquello que es imprevisible, lo que viene a desagarrar el curso de lo ordinario de la historia, sino también que es absolutamente singular”[7]. Este libro en su escritura, especifica las normas a las que debe acatarse el Pueblo Hebreo y aparece en el orden de la historia después del libro del Éxodo, éste último donde se desarrollaron los eventos que hicieron de Israel el pueblo de Dios; la salida de Egipto, el paso al mar rojo y la alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó en la memoria de Israel convirtiéndose en fundamento mismo de su fe. Israel logro salir de la esclavitud de Egipto gracias al Patriarca Moíses, quien promulga la Ley en nombre de Dios. Bajo este precepto ¿el libro segundo del Éxodo y el tercero serían un acontecimiento? Y si regresamos al primer libro, que es el Génesis, donde se narra el origen del universo, del hombre y del pueblo de Dios. Es un libro que se divide en dos partes: La primera denominada la historia primitiva, donde se presenta un amplio panorama de la historia humana desde la creación del mundo hasta Abraham y la segunda narra los orígenes más profundos del pueblo de Israel: Es la historia de Abraham, Moíses y Jacob. Como grandes antepasados de las figuras hebreas. En el cuarto libro que es el de los números, en su título refleja de forma importante el contenido, destacándose la preocupación por las precisiones numéricas. Aquí se reglamentan los sacrificios (Cap. 28-29) y las instrucciones para el reparto del botín (Cap. 31) para la división del territorio alrededor de las ciudades levíticas. Y finalmente el quinto libro, el deuteronomio, viene de una palabra de orígen griego que significa, segunda ley. Hace referencia más que una ley en sentido estricto, es una larga exhortación que pretende recordarle a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza. De ahí que las prescripciones se acompañen siempre de advertencias y reproches, de promesas y amenazas. Para cerrar esta parte, se podría decir que quizás y más que nada la Biblia está cargada de acontecimientos que demarcan esa parte de la historia que se pudo escribir, traducir y transmitir. Son esos archivos de la historia religiosa. Regresar a ellos es necesario para detenerse en palabras como Ley, sacrificio, alianza, ofrenda y los nombres de aquellos patriarcas que serán retomados a lo largo de este texto. Quizás por ahora no se puede reconocer de forma importante la relación de dichas palabras con el incesto, pero en el recorrido se demostrará el modo en que se encuentran cada una de ellas con las huellas de memoria que se bifurcan entre la vida, la muerte y la sexualidad.

Vayamos desarrollando un poco más el tema del incesto,  cito de un artículo titulado: “El incesto marital:  “Pese a la severidad de las prohibiciones de la Biblia hay algunos casos notables de incesto como el matrimonio entre el Patriarca Abraham y Sara, que era su media hermana[8]. San Agustín explica que estos incestos y los que se daban entre hermanos, eran necesarios porque el mundo estaba recién creado y los hijos de Adán y Eva y su descendencia tuvieron que unirse para poblar la tierra. En su opinión, las nuevas formas que impedían el matrimonio entre consanguíneos se hicieron cuando la demografía lo permitió”.[9] De este modo,  puede notarse que tanto en el discurso religioso como  en el discurso cultural, la endogamia fue parte de aquello que nos antecedió y que las relaciones exogámicas fundaron una nueva época. Ya Levi Strauss nos esclareció que existe un pasaje de la naturaleza a la cultura y que aquello del orden de lo instintivo tendría que verse normado para la inclusión al grupo social. Él propuso que el problema del incesto está cargado de ambigüedad. En sus aportaciones cita a H. Morgan y Hnery Maine, quienes determinaron que la prohibición del incesto es al mismo tiempo natural y social, además de que la prohibición es una medida destinada a proteger a la especie de los resultados nefastos de los matrimonios consanguíneos. También se puede recordar el tabú en las tribus australianas con respecto a los castigos para aquellos que transgredían las reglas. Por otro lado, no debe olvidarse que desde el fin del Paleolítico el hombre utilizo procedimientos endogámicos de reproducción que llevaron a las especies a un grado de perfección[10]. Incluso, en un estudio que hace E. M. East, en trabajos de reproducción del maíz, encontró que la creación de un linaje endogámico, tiene como resultado un primer periodo de fluctuaciones, donde las variaciones van disminuyendo con las reproducciones sucesivas hasta desembocar en un tipo constante y variable. Las relaciones endogámicas posibilitarían entonces la trasmisión de lo idéntico[11].

Regresemos un poco al discurso religioso, en el Libro del Génesis donde se muestran aquellos casos de relaciones endogámicas, desde Adán y Eva a las generaciones que les sucedieron. Pero me gustaría solo detenerme en una de ellas para continuar revisando el tema. La historia de Lot, hermano de Abram[12]. Ambos estuvieron durante algún tiempo juntos, gozando de los mismos privilegios en cuanto a los bienes. Ambos tenían rebaños, vacas y tiendas. Pero la tierra ya no les permitía vivir en un mismo lugar, debido a que sus rebaños eran demasiado grandes. Hubo una pelea entre los pastores del rebaño de los dos y entonces Abram le dijo a Lot  “Mira,  es mejor que no haya peleas entre nosotros, ni entre mis pastores ni los tuyos, ya que somos hermanos. ¿No tienes todo el País ante ti? Pues bien, separémonos. Si tu te vas a la izquierda, yo me iré por la derecha. Y si tu te vas por la derecha, yo tomaré la izquierda….. Así se separaron el uno del otro. Abram se estableció en Canaán, y Lot en las ciudades del valle, llevando sus tiendas desde ahí hasta Sodoma”[13] En adelante, la historia de ellos será totalmente distinta. Abram es bendecido por Yave y Lot estará en tierra de excesos y pecado. En el capítulo 14 del Génesis Abram rescata a Lot de estar prisionero y en un tiempo posterior, capítulos 18 y 19 Abram intercede por Sodoma, para después ser destruida por Yave. Sin embargo, Lot es salvado, logra salir de Sodoma gracias a dos Ángeles, llegando a un pueblito en donde se refugia. Ahí estaban él y sus dos hijas. Se dice que la Esposa de Lot, miro hacia atrás mientras huían y se convirtió en una estatua de sal. En el Capítulo 19, titulado Varias leyendas se presenta lo siguiente: “Cuando Dios destruyo las ciudades de la llanura, se acordó de Abram[14] y libro a Lot de la catástrofe, mientras arrasaba las ciudades donde Lot había vivido. Después Lot salio de Soar con sus dos hijas, pues no se sentía seguro allí, y se fue a vivir al monte en una cueva. Entonces dijo la hija mayor a la menor. Nuestro padre esta viejo y no ha quedado ni un hombre siquiera en esta región que pueda unirse a nosotras como se hace en todo el mundo. Ven y embriaguémoslo con vino y acostémonos con él. Así sobrevivirá la familia de nuestro padre. Y así lo hicieron aquella misma noche, y la mayor se acostó con su padre, quien no se dio cuenta de nada, ni cuando ella se acostó ni cuando se levantó. Al día siguiente dijo la mayor a la menor, ya sabes que me acosté anoche con mi padre. Hagámosle beber vino otra vez esta noche y te acuestas tú también con él, para que la raza de nuestro padre no desaparezca. Le hicieron beber y lo embriagaron de nuevo aquella noche. Y la hija menor se acostó con él. El padre no se dio cuenta de nada, ni cuando ella se acostó ni cuando se levanto. Y así las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. La mayor dio a luz a un hijo y lo llamo Moab; este fue el padre de los Moabitas, que todavía existen hoy. La menor también dio a luz a un hijo y lo llamo Ben-Ammí, y es el padre de los actuales amonitas”[15]

Lo anterior demuestra uno de los casos de incesto de la historia Bíblica, quizás si ello nos antecede es porque en el pasado tenemos la experiencia de lo que se vive en un presente o lo que viene en el futuro. En este sentido es importante resaltar una parte del relato en palabras de la hija mayor de Lot: “Acostémonos con nuestro padre, así sobrevivirá la familia”. Quizás el incesto, por un lado, permite que prevalezca la familia, incluso en algunas sociedades se consideraron a las relaciones endogámicas como necesarias a favor de la pureza de la raza, pero tal vez incluso va más allá de ello. Posiblemente lo que se busca en las relaciones incestuosas es un más allá de la misma vida, es negar la propia muerte y fantasear que la vida persiste… Lo cual, pareciera que no se logra con la vida de un hijo, que da continuidad de la vida, un legado,  tal vez lo que se busca en realidad es un sí permanente a la vida. Posiblemente es así, o definitivamente no. Al final, la idea es seguir pensado en el incesto en un antes y un después……

Ahora bien, retomando brevemente el libro del Levítico, solo para ir generando relaciones entre otros discursos. Se nota que su escritura tiene un estilo minucioso y preciso sobrecargado de términos técnicos y repeticiones. Este es un elemento importante en las legislaciones culturales, que consideran hasta los más mínimos detalles con el fin de asegurar la eficacia del ritual. Algunos de los elementos que integran el libro tienen un origen muy antiguo. Como lo son las reglas relativas a la pureza que conservan vestigios de la edad primitiva, que están cargadas de tabúes y concepciones mágicas.

A pretexto del concepto de Tabú, entremos brevemente al tema de los tótems y tabúes y su relación con el incesto. Westermack y Haverlock Ellis, refieren que la prohibición al incesto tiene su origen tanto en lo fisiológico como en lo psicológico, de modo que existe una repugnancia al incesto que se explica por la influencia negativa de las costumbres cotidianas sobre la excitabilidad erótica: “la menor frecuencia de los deseos sexuales entre parientes próximos se explica por el acostumbramiento físico o psicológico o como consecuencia de los tabúes que constituyen la prohibición misma”[16]. Por su parte, Mc Lennan y Spencer, resaltaron que la prohibición del incesto se deriva de la exogamia, esto porque en las tribus guerreras el medio normal para obtener esposas era el rapto, quienes además poseían un valor de bienes individuales. Las hipótesis presentadas por Durkheim, desde las observaciones a tribus australianas, consideradas como una ilustración de tipo primitivo en la organización que antes era común a todas las sociedades humanas, proporciona desde su perspectiva la solución al problema del incesto: “La vida religiosa de estas sociedades está, dominada por creencias que afirman una identidad sustancial entre el clan y el tótem. La creencia de esta identidad sustancial explica las prohibiciones especiales que afectan a la sangre considerada como símbolo sagrado y el origen de la comunidad mágico- biológica que une a los miembros de un mismo clan”[17]De este modo, los clanes tienen rasgos esenciales y están unidos por un vínculo de parentesco, el cual se determina por el simple hecho de llevar el mismo nombre, considerándose una misma familia, y a su vez también pueden estar unidos por una especie determinada de cosas materiales que son llamados tótems. Las creencias demarcan formas de relación regidas por normas que caracterizan a los diferentes grupos, tribus o clanes. “Los objetos que sirven de tótems pertenecen, en la gran mayoría de los casos, ya sea al reino vegetal, ya sea al reino animal, incluso a objetos inanimados”[18], la elección de los tótems tiene que ver con el valor y el absoluto poder que se da por ejemplo al animal con respecto a sus ancestros. Es importante mencionar que hay divisiones de grupos que son las tribus, los clanes y las fratrías. En cada uno de estos grupos hay reglas, entre las cuales se puede hacer mención de tres fundamentales en las tribus australianas: En la primera el niño tiene el tótem de su madre por derecho de nacimiento, en la segunda el tótem se transmite por línea paterna y en la tercera el tótem del niño no es necesariamente el de la madre o el del padre sino más bien el del ancestro mítico.

Un aspecto más del tótem es que los objetos que lo representan se vuelven parte de lo sagrado, por lo cual se les guarda un respeto y adoración. Aunque cabe mencionar que no es la única forma de cercanía con el tótem. Existen rituales con animales y plantas en los que el carácter de lo sagrado se reconoce por la interdicción de comerlo. “Sin duda por ser cosas santas, pueden pasar a formar parte de ciertas comidas místicas, y a veces sirven de verdaderos sacramentos. Es así, que hay ocasiones solemnes en que la gente del clan o su jefe no sólo pueden sino deben comer al animal o la planta totémica y a su vez, los mitos refieren que lo grandes ancestros, fundadores de los clanes, comían regularmente del animal o planta de su tótem”.[19] Esto puede verse en el ritual de la religión Judeocristiana al comer y beber el cuerpo de Cristo como una forma de alianza y veneración. Pero también una rememoración del sacrificio de Jesús por mandato del padre a favor de la humanidad.

Un aspecto más, Durkheim considera al totemismo como lo esencial de todo sistema religioso, que va tomando diversas formas a lo largo de la historia, ante lo cual propone a la religión como una acción colectiva y/o estrictamente social. Por su parte, Sigmund Freud en tótem y tabú, inicia el relato reconociendo los estados de desarrollo por los que paso el hombre de la prehistoria, de los que se tiene noticia por las tradiciones, la religión, los mitos y los cuentos. El estudio de Freud retoma ciertos aspectos de Frazer, considerando también como referente a las tribus autralianas, por ser Australia el continente más joven y del que se han conservado rasgos arcaicos. En ellos se halla el sistema del totemismo en los que las tribus se dividen en estirpes y clanes. “¿Qué es un tótem? Por regla general, es un animal comestible, inofensivo o peligroso y temido, rara vez una planta o fuerza natural (lluvia o agua) que mantiene un vínculo particular con la estirpe entera”[20]. El tótem se hereda en línea materna o paterna y el lazo totémico es más fuerte que el lazo de la sangre o familiar en sentido moderno. “Casi todos los lugares donde rige el tótem existe también la norma de que los miembros del mismo tótem no entren en vínculos sexuales recíprocos, vale decir, no tengan permitido casarse entre sí. Es la exogamia conectada al tótem”[21]. Así, las prohibiciones resguardan la convivencia grupal y ante la trasgresión existen consecuencias como la muerte, de modo que el hombre impropio es atrapado y muerto por los hombres de su clan, lo mismo para la mujer[22]. En las tribus australianas encontramos una serie de costumbres que previenen del comercio sexual entre parientes cercanos, como por ejemplo no estar solos en casa dos hermanos, ni la madre y el hijo, ni el padre y la hija, ni la suegra y el yerno, ni el suegro y la nuera; entre otras. Incluso se evita si quiera acercarse o hablarles para no ser tentados por el impulso hacia la sexualidad. Así es como las restricciones protegían las relaciones entre los grupos para evitar llegar al castigo que implicaba la muerte. Justo aquí, podemos relacionar dichas normas con las que se presentaron en el libro del Levítico: No descubrirás la desnudez de tu padre o de tu madre, de tu hermano o de tu hermana………  Estos son los archivos que norman las relaciones prohibidas, quizás aquí lo interesante, es que algo de esas costumbres arcaicas tiende a re aparecer más allá del tiempo…… Dice Freud, las mociones anímicas escondidas pugnan por salir “en la vida anímica inconsciente, las fijaciones incestuosas de la líbido, siguen desempeñando o han vuelto a desempeñar un papel principal. Por eso hemos llegado a proclamar como el complejo nuclear de la neurosis, el vínculo con los padres, gobernado por apetencias incestuosas”[23]. De este modo, puede decirse que aquella desautorización es producto de una profunda aversión del ser humano a sus deseos incestuosos de antaño.

En este punto, quisiera integrar una breve viñeta de caso para relacionar la información anterior con lo que se desarrollará de modo sucesivo:

 “Escucho una noticia en la radio….   Un chico de 18 años mata a su padre ayer por la noche… El locutor desarrolla un breve análisis del relato: Esta es la historia que hasta hoy conocemos de este joven que termina por matar a su padre…  Se encontraban cenando los cuatro miembros de la familia. Al término de la misma. El padre le dice a la esposa, debo hablar con ustedes!

Pasan a la sala y escuchan las palabras de ese padre que parece estar arrepentido y que  expresa aquello de lo que nunca antes se hablo…  ¡Le dice a la Esposa, debo confesarte que hace algunos años yo abuse sexualmente de nuestros dos hijos, no sucedió una vez sino repetidas ocasiones, estoy arrepentido y les pido perdón!   -rompe en llanto-  (La escena completa no aparece frente al relato del locutor…. solo un espacio de silencio…. de ese silencio estremecedor que anuncia que algo está por venir……. el chico sube corriendo a la habitación de sus padres, pocos instantes después baja con una arma y da cinco tiros hacia su padre…… quien cae al piso causando un estruendo temblor en la madre y la hermana que están paralizadas de miedo….   pasaron solo unos minutos para que llegará la policía, ante el llamando de los vecinos que escucharon los disparos…….      Este joven, con solo 18 años dice con una voz firme y segura…… ¡Yo lo mate…… y no me arrepiento!

Así es aprehendido esa misma noche o más bien ya en la madrugrada…

Al finalizar el relato….  las palabras del locutor hacen eco en mis oídos cuando expresa: “¿Qué sigue en la historia de este chico?, ¿Es culpable?, ¿Quién o quiénes son las víctimas en este caso?, ¿La ley será justa?… Al paso del tiempo, no sé qué ha sucedido con este chico, quien toma una decisión determinante para su historia y la de su familia. Un joven que antes de apalabrar eso que duele o que tal vez “no quería recordar” lo llevó al acto y toma una postura que cambia su destino y el de los suyos.

Hagamos ahora un breve enlace entre dicha viñeta, con el mito y el discurso religioso, con la intención de analizar la muerte del padre en la historia y la muerte del hijo en la historia, para llegar al tema del sacrificio y la consciencia de culpa.

El mito del padre que mata a su hijo, y del hijo que mata a su padre, aparece en los mitos fundantes de las distintas sociedades a fin de generar ley y orden social. Sin embargo, aparecen de formas diferentes. En el mito del banquete totémico retomado por Freud se muestra un Padre que puede gozar de todas las mujeres que desee, es un Padre que no tiene freno hasta que los hijos se revelan y en complicidad le dan muerte: “Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente les había sido imposible. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos.”[24]Esta es una de las explicaciones que fundan la cultura, ya Freud mismo definía la cultura como la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales y que sirve para dos fines: seguridad del ser humano ante la naturaleza y la regulación de los vínculos humanos. Así: “Ya en su primera fase el totemismo, conlleva a la prohibición de la elección incestuosa de objeto, que tal vez constituya la mutilación más tajante que ha experimentado la vida amorosa de los seres humanos en el curso de las épocas. Por medio del tabú, de la ley y de las costumbres, se establecen nuevas limitaciones que afectan tanto a los varones como a las mujeres. No todas las culturas llegan igualmente lejos en esto; la estructura económica de la sociedad influye también sobre la medida de la sociedad restante”[25]. Los hijos matan al padre, imaginado que tendrían el poder de éste cuando él no estuviera presente, sin embargo, se encontraron con que el poder del Padre era aún mayor ya estando muerto y se delimitaron nuevas formas de relación.

En la tradición griega tenemos el mito de Edipo, que mata a su Padre y desposa a su madre teniendo cuatro hijos con ésta. En este mito, una vez más, un hijo que mata al padre, solo que si regresamos un poco en el tiempo con el Oráculo y la historia de Layo y Yocasta, se puede notar que los padres habían tomado la decisión de matar a su hijo, ante la tragedia anunciada del oráculo. Pero Edipo sobrevive y aunque trata de huir a su destino en el mismo camino lo encuentra…

Y entonces vayamos nuevamente, al discurso religioso con la historia de Abraham,  pero ahora con su hijo Issac: Génesis del Antiguo Testamento: “El sacrificio de Issac”:

“Dios quiso probar a Abraham y lo llamo: éste respondió y Dios le dijo: toma a tu hijo, al único que tienes, al que amas Issac, y anda a la región de Moriah. Ahí me lo sacrificarás en un cerro que yo te indicaré.  Abraham se levantó de madrugada, ensilló su burro y tomo dos muchachos para que lo acompañaran y a su hijo Issac. Partió la leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día levanto la vista y vio el lugar desde lejos. Entonces dijo a los muchachos: quédense aquí con el burro mientras yo y el niño subimos. Vamos a adorar allá arriba y luego volvemos donde ustedes. Abraham tomó la leña para el sacrificio llevándola con su hijo Issac. Tomó en su mano el brasero y el cuchillo y en seguida partieron los dos. Entonces Issac dijo a Abraham, ¡Padre mío, llevamos el fuego y la leña pero ¿Dónde está el cordero para el sacrificio?, Abraham respondió: Dios pondrá el cordero hijo mío. Y continuaron juntos el camino. Llegaron al lugar y Abraham levanto un altar. Preparó la leña y ató a su hijo poniéndolo en el altar sobre la leña. Estiro la mano y tomo el cuchillo para degollarlo. Entonces el ángel de Dios lo llamo desde el cielo y le dijo: Abraham, no toques al niño ni le hagas nada. Abraham levanto los ojos y vio un carnero que tenía los cuernos enredados en el zarzal. Fue a buscarlo y lo sacrifico en lugar de su hijo. Abraham llamo a aquel lugar ¡Yaveh provee!. Volvió a llamar el ángel de Dios y le dijo: ¡Juro por mi mismo que te colmare de bendiciones y multiplicare tanto a tus descendientes que serán como las estrellas del cielo y como la arena que hay en la orilla del mar. Conquistarán las tierras de sus enemigos. Porque obedeciste a mi voz, y bendeciré, por medio de tus descendientes a todos los pueblos de la tierra. Entonces volvió Abraham al lado de sus muchachos y emprendieron la marcha juntos hacia Bersebá, donde fijo su residencia”.[26]

En este momento será oportuno entrar al tema del sacrificio para relacionarlo en adelante con el tema de la culpa y por su puesto todo ello tiene que ver con el incesto.

Primero es importante decir que la palabra sacrificio procede de la lengua latina sacrificium, que significa hacer algo sagrado, también hace referencia a un homenaje u ofrenda que se realiza a una divinidad con la intención de rendirle tributo. En estos casos, el sacrificio incluye dar muerte a un ser humano o un animal. Así, cuando Dios pide a Abraham sacrificar a su único hijo, éste lo que hace es obedecer a un mandato sin cuestionar, guarda silencio y acepta la ley de Dios.  El texto inicia con las palabras de Dios quiso probar a Abraham y le da el mandato, aquí era el momento de “la prueba sobre la fe de Abraham y su temor[27] a Dios”. Abraham está dispuesto a matar a su hijo y entregárselo a Dios para ser bendecido manteniendo en secreto este hecho y tal como lo explica Kikkegard en Temor y temblor, que retoma Derrida, el silencio no es ausencia, no es que Abraham no diga, habla sin hablar[28], dice sin decir, especialmente en el momento en que Issac le pregunta sobre el cordero para el sacrificio, él responde: ¡Dios proveerá!, “dice algo que no es más que no decir nada y que no es falso. Dice algo que no es una no verdad, y por otra parte, algo que aunque no lo sepa todavía se verificara. Abraham asume la responsabilidad que consiste en estar siempre solo y atrincherado en la propia singularidad en el momento de la decisión”.[29] Entonces se puede decir que Abraham responde de forma responsable tanto en la palabra como en el acto, aún a pesar de lo que se oculta tras el sacrificio, debe ejecutar, sostiene su palabra y toma una decisión, ambos hechos que nadie puede hacer por el otro, tomar una decisión en el instante oportuno, lo que solo le corresponde al individuo en esa absoluta soledad, así como Derrida plantea también,  que la muerte es aquello que uno tendrá que pasar y nadie puede morir por el otro o en el lugar del otro.

Las palabras que se están re-pasando en el libro del Génesis muestran algunas contradicciones que de tiempo en tiempo se trasmiten y configuran algunas confusiones que tendrían que mirarse para analizar la responsabilidad y la culpa desde nuestra historia.  Abraham acepta dar muerte a su hijo, pero al final de la escena la niega, la afirmación de la muerte trae la vida. “Ese es precisamente el lenguaje de la ley que lleva a la muerte, pero que esconde eso sosteniendo que esa afirmación de la muerte tiene la promesa de la vida”[30]. Es así que la buena disposición de Abraham salva la vida de Issac. Pero entonces cabe la pregunta de ¿Se puede elogiar un crimen así? Aquí se esconde la apología de la violencia detrás de texto ambiguo.

Más, por otro lado, hacer mención de la disposición de Abraham de matar a su primogénito para responder a la fe en Dios, encontrándose con que llegado el momento crucial aparece el ángel que le pide que no lo haga, esa voz que detiene a Abraham para negar el acto de dar la muerte a su hijo genera una ruptura con la cultura y la sociedad de su tiempo, pasa entonces por encima de la ley para someterlas a la libertad del hombre, que es afirmación de la vida. No es que transgreda la ley siendo arbitrario para esclavizarse a la misma, sino que toma una decisión que trasciende la ley al aceptar dar la muerte a Issac,  para poder darle vida, entonces Abraham entrega su hijo a Dios,  precisamente al no matarlo. El acto grandioso de entregar a su hijo es transformado por la buena voluntad que es suficiente y es así que la ley obliga al judío a sacrificar a su hijo simbólicamente en el templo donde se sustituye al hijo por un animal en sacrificio. De aquí la relación que ya había establecido Mc Lennan entre el totemismo y las religiones de la antigüedad.[31]

Continuando con el tema del ceremonial y el sacrificio será prudente detenerse un momento en algo que podría nombrarse como “la voz de Yaveh”, es la voz de Yaveh, la que llega hasta los oídos de Abraham, una voz fuerte, una voz que estremece y da un mandato que configura la escena que podría llamarse el climax de la historia, en ese instante en que Abraham toma el cuchillo para matar a su primogénito[32]. Es aquí donde se hace una pausa en la imagen para relacionar este acto con un objeto divino que se utiliza en los rituales de la sinagoga en las fiestas judías, un shofar, un cuerno de carnero que emite sonidos celebres y valiosos en las ceremonias, ¿de qué forma se relaciona el shofar con esta escena y además con la voz de Yaveh?  Primero, “el cuerno de carnero es indicativo de la correlación y del conflicto con toda la estructura social totémica en la que está inmersa toda la aventura histórica de Israel”[33], el shofar como ese cuerno de carnero aparece en los sacrificios totémicos y en dos momentos de la historia del antiguo Israel: el primero con respecto al sacrificio del carnero en lugar de Issac y el segundo  cuando Moíses desciende del Sinaí,  encontrándose con el becerro de oro al que destruye y se lo dará de comer en forma de polvo a todos los hebreos. “el becerro en cuestión será necesariamente el representante de una divinidad hijo junto a una divinidad padre”[34].

Theodor Reik en un artículo del Shofar hace un estudio detallado sobre el ritual, su trabajo inicia con una exploración sobre el origen de la música en los pueblos primitivos,  así como el enlace de la misma con dioses y semidioses, descubriendo que con el ruido se pretendía llamar la atención de la divinidad y llega al shofar al que identifica como único instrumento primitivo que aún forma parte del rito del judaísmo.[35]. Reik señala también que el sonido del Shofar puede ser comparado con el bullroaerer, que es otro instrumento que utilizan algunas tribus australianas y que emite un sonido como un ronquido que se parece al ronquido de un buey, a su vez lo hace equivaler con otros pasajes del texto bíblico que lo llaman el bramido de Dios. Entonces avancemos un poco más, “la función del shofar entra en acción en ciertos momentos periódicos que se presentan a primera vista como renovaciones del pacto de alianza”[36], es así que el shofar es presentado como una rememoración del pacto, esa remembranza del instante, es decir, el momento preciso del sacrificio de Abraham en que Dios detiene su mano, para sustituir a la víctima Issac por el carnero. El sonido remite, hace recordar, tal y como ese retorno a lo reprimido para hacer recordar nada más y nada menos que……. a Dios.

En el retorno a lo reprimido algo se muestra y conforme a lo que se ha presentado, se estaría hablando de la culpa, en ese instante donde se da el carnero para sustituir a Issac, un carnero por el hijo, un carnero cargado de simbolismo porque es el sustituto totémico del padre, la muerte del hijo se reemplaza por la del padre. “El padre primordial es el padre anterior a la prohibición del incesto, anterior a la aparición de la ley, al orden de las estructuras de la alianza y el parentesco, en una palabra, anterior a la cultura. Por eso Freud lo convierte en el jefe de la horda, cuya satisfacción, de acuerdo con el mito animal, no tiene freno”[37].  El mito permite que se rememore  desde lo inconsciente, el antiguo ultraje para revivir la culpabilidad oculta en cada individuo, aquello que liga al sujeto (el akeda)[38] con ese padre que gozaba de todas las mujeres y al que se le da muerte. El resonar del shofar se convierte entonces en un recordatorio de la resolución de no volver a cometer ese ultraje primitivo.

En este sentido, existen dos sentimientos primordiales hacia el padre (amor-odio) que se constituyen sobre la base del mito y a los que se tendría que añadir un profundo remordimiento que surge a partir de la muerte, justamente el mito del banquete totémico[39] dio paso al nacimiento de la cultura y a su vez la conciencia moral surge con la muerte del padre, de ese padre primordial, constituyéndose así una consciencia de culpa que alcanzará el estatuto de un imperativo categórico en tanto que aparecerá la autoridad como consciencia moral (súper yo) . El poder del padre muerto es aún mayor que el que poseía en vida y sumándose a la culpa produce un efecto retroactivo (nachträglich) que se descifra en una obediencia retrospectiva, ante lo cual los protagonistas evitaran el contacto sexual con las mujeres accesibles ya para ellos. De este modo Freud encontró una especie de paralelismo con las dos prohibiciones fundantes desde el mito del banquete totémico y el complejo de Edipo (la muerte al padre y la posesión de la madre), es así que la culpa por el deseo de ocupar el lugar del padre se muestra en ambos mitos, lo mismo que la ambivalencia adherida al complejo paterno que se continúa en el totemismo y las religiones en general.

Las formulaciones freudianas del sacrificio se anudan a las del superyó para encontrar un nexo con la culpa de la tentación de ofrecimiento sacrificial al padre, que termina siendo el reverso del anhelo parricida. “el sometimiento del yo al superyó implica una renuncia pulsional cuyo saldo no se traduce en pacificación sino en hostigamiento, pues, justamente la potenciación de esa renuncia deviene retroalimentación de la erotización de la pulsión de muerte. La culpa se hace sometimiento y la alianza amorosa con el padre troca en temor y fascinación sacrificial- saldo masoquista inevitable en toda filiación”[40]. Con estas últimas palabras se seguirá pensado en el tema del sacrificio y el incesto.  En ese sometimiento sacrificial fundante y saldo masoquista de toda filiación, encontramos una parte que antecede las relaciones incestuosas y el castigo. Quizás en aquellas huellas de la memoria, ya tenemos esa historia religiosa, mítica y familiar que demostró que el deseo puede expresarse en un más allá de la expresión de amor de una madre que erotiza a su hijo y que en algún momento no alcanza a identificar cual es el freno de las pulsiones sexuales que constituyen a un sujeto. Tal vez, los seres humanos no tenemos la capacidad de reconocer en que punto de los actos y los vínculos pasan un cierto límite que no se habla, pero se muestra, dando por resultado relaciones incestuosas que sucedieron al inicio de los tiempos, en medio del tiempo y en el momento actual. Mirar nuestro pasado da un poco de sentido al presente y al futuro. Ya la historia misma, nos demostró que el incesto sucedió y sigue ocurriendo. Hay un sacrificio fundante pero también un sacrificio posterior, que en esa consciencia de culpa demuestra el modo en que la culpa se expresa por medio de un auto-castigo que remite al sujeto a un retorno a lo reprimido por medio del síntoma. Como ejemplo, un caso que escuche en un documental de una mujer prostituta que inicio su vida sexual con el tío materno y que después del acto de abuso le daba dinero. Acto que se repitió en la vida adulta, al ser objeto de placer del otro y recibir algún tipo de recompensa.

Para ir cerrando el escrito, vayamos nuevamente a las preguntas de inicio:

¿Cuál es la efectividad de las prohibiciones y cuáles son sus consecuencias en el proceso de subjetividad?  Aún no se puede responder… La ley, puede tener argumentos sólidos, tratar de ser efectiva en su cumplimiento, pero de ahí a que realmente pueda seguirse tal cuál se propone, no es posible… Por lo menos la historia misma nos enseña que el incesto persiste en el tiempo y hasta nuestros días…   y ¿De qué manera el incesto está presente en la estructuración psíquica y en un instante se convierte en un acto de violencia y más aún de crueldad?

Esta segunda pregunta, así como algunas otras que se presentaron a inicios de este escrito, quedarán ahí para desarrollarse en otro momento conforme a algunas revisiones que se harán relacionando el discurso religioso, mítico y psicoanalítico con algunas viñetas de caso y por su puesto con la literatura para seguir pensando en un tema tan amplio como el incesto…


[1] S. Freud. Nuevas conferencias de Introducción al psicoanálisis. Tomo XXIII. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, 2007. Pag. 188, 191, 192.

[2] Diccionario de la RAE.

[3] El levítico es el tercer libro del Pentateuco. Contiene las prescripciones rituales que deben poner en práctica los Sacerdotes de la tribú Leví. Se considera la Ley manual de los sacerdotes. La Septuaginta le dio el nombre “Levítico” proque el sacerdocio se había reservado para Aron y sus hijos descendientes de la tribú Leví. La vulgata lo denomina Liber Levíticus “Libro de los levítas”.

[4] Las consecuencias al incesto se ubican del lado del castigo, generalmente colocándolo en la pena de muerte.

[5] Santa Biblia. Antiguo y nuevo testamento. Editorial UNILIT. Pag. 103 -104

[6] Para Israel-Como para toda Religión- El acto del culto por excelencia, la expresión más natural y expontánea de reconocimiento debido a la absoluta soberanía a Dios. Es el “sacrificio”. Al ofrecer un sacrificio, el hombre de despega de algo valioso, de un buen alimento necesario para la vida, y lo consagra al Señor sobre el fuego del altar. El humo que sube de la ofrenda es como un lazo de unión entre el cielo y la tierra.

www. Ecured cu/levítico_ (libro_de_la_biblia)

[7] Derrida Jacques. Decir el acontecimiento.

[8] Sin embargo, en Génesis 12. Dios llama a Abram: Yave pide a Abram que deje su País y que vaya hacia la tierra que le mostrará. Así llega a Egipto, llevando a su esposa Sara y a Lot, hijo de su hermano. En el versiculo 11 dice: “Ya estando para entrar en Egipto,  Abram dijo a Saray, su esposa: -Estoy pensando que eres una mujer muy hermosa. Los Egipcios al verte dirán. Es su mujer y me matarán para llevarte. Di pues que eres mi hermana; esto será mucho mejor para mí, y me respetarán en consideración a ti”. Sin embargo, ya en Egipto el Faraón la hizo su mujer, a lo que Yave afligió al Faraón con grandes plagas. Posterior a esto, el Faraón le reclamo a Abram y lo corrió junto con Saray y Lot. (La biblia Latinoamericana. Genesis 12. Pag. 20)

[9] Eukene Lacarra Lanz. Universidad del País Vasco. “El incesto marital en el derecho y en la literatura Europa Medieval”. Junio 2010. Pag. 5.

[10] Con perfección se hace alusión a la no diferenciación.

[11] El equilibrio del mundo, su armonía, depende siempre y en todas partes de la ponderación de las causas, de la naturaleza auténtica o de naturaleza diferente. La prohibición del incesto no es otra cosa que una separación de lo mismo, cuya acumulación, por el contrario, es temida como nefasta. Recíprocamente la búsqueda del incesto no sería posible sino en una cultura, en la que la acumulación de identidades sea buscada como algo del orden de lo fausto. (Del incesto. Pag. 8)

[12] Abram era nombrado así en la Biblia antes de ser padre de Issac. Saray su esposa también fue nombrada después de ser madre como Sara.

[13] La biblia Latinoamericana. Génesis 13, Versiculos 7-10. Pag. 20

[14] Abraham había pedido a Yave interceder por los hombres justos que vivian en Sodoma.

[15] La Biliblia Latinoamericana. Génesis 19. Versículos 26 al 38. Pag. 28

[16] Levi Strauss. “Las estructuras elementales del parentesco” Pag. 50

[17] Ibid. Pag. 54

[18] Emile Durkheim.  Las formas elementales de la vida religiosa

[19] Ibid.  Pag. 180-181

[20] Sigmund Freud. “Tótem y tabú en Obras Completas”. Tomo XIII. Pag 12

[21] Ibid. Pag. 13-14

[22] La herencia materna es más antigua que la paterna, pues hay fundamento para suponer que las prohibiciones totémicas están dirigidas sobre todo a las apetencias incestuosas del hijo varón (Tótem y tabú en Freud)

[23] Sigmund Freud. Tótem y tabú. Pag. 26

[24] Sigmund Freud. Tótem y tabú. Tomo XIII Obras completas. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, Madrid. 2007. Pag. 143

[25] Sigmund Freud. El porvenir de una ilusión y el malestar de una cultura. Tomo XXI. Obras completas. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, Madrid. 2007. Pag. 101.

[26]Franz J. Hinkelammert. “La fé de Abraham y el Edipo occidental”. Consejo Latinoamericano de Iglesias. Huampamani, Lima. 1982.

[27] En el escrito de Derrida de “Dar la muerte” hace referencia a “temor y temblor” de Kikkegard para decir en una parte que tenemos miedo del miedo, estamos angustiados por la angustia y temblamos. Temblamos de esa extraña repetición que vincula un pasado irrecusable (ha tenido lugar un golope, un trauma nos ha afectado ya) con un futuro inanticipable, anticipado pero inanticipable. El temor, el temblor, el espanto como el misterio tremendo es en latín (adjetivo verbal del tremo) lo que hace temblar, lo espantoso, lo angustioso, lo terrorífico.

[28]En este punto se puede hacer referencia a aquel momento de la época Griega en que los actores usaban máscaras que amplificaban la voz y otorgaban al actor, a veces, el carácter sagrado representante de los dioses. La propia voz de un hombre se convertía en sostén de la voz inaudible e inaudita de Dios.

[29] Jaques Derrida. “Dar la muerte”  Editorial Paidos, España. 2000. Pag. 62

[30]Franz J. Hinkelammert. “ La fé de Abraham y el Edipo Occidental”. Consejo Latinoamericano de Iglesias.

[31] Mc Lennan había realizado algunos estudios sobre el tema del totemismo, pero es Robertson Smith quien profundiza en las creencias totémicas. En su libro sobre el parentesco y el matrimonio en la Arabia primitiva, había hecho ver que el totemismo supone una consustanciabilidad, natural o adquirida del hombre y del animal (o de la planta). En su religión de los semitas, hizo de esa misma idea el origen primero de todo sistema sacrificial: la humanidad debería el principio de la comunión alimentaria al totemismo.

[32] En la pintura de Caravaggio aparece la escena del Sacrificio de Issac en el que se observa la cabeza del muchacho apretada contra el pequeño altar de piedra, sufriendo y haciendo gestos de dolor. El cuchillo de Abraham se levanta encima de él, aparece el ángel del lado izquierdo y del otro lado el carnero que será sacrificado.

[33] Jaques Lacan. Seminario 10. La angustia. Pag. 267

[34]Ibid

[35] Theodor Riek refiere que el Shofar se hacía sonar tanto en la coronación de un rey o por la proclamación de una ley como por la muerte de un rabino importante. También se usaba como señal de alarma pero su uso se fue restringiendo hasta que actualmente se toca únicamente en dos fiestas religiosas: El RoshHashaná (año nuevo Judío y también el día del juicio) y el YomKipur (Día de la expiación o del perdón). Estos días marcan el inicio y el fin del tiempo en el que Dios juzga al mundo y decreta lo que sucederá en el transcurso del nuevo año.

Reik destaca la intensa emoción que el sonido del shofar despierta en quienes lo escuchan y se pregunta porque conmueve tanto a los que lo oyen. El Talmud asocia el instrumento con el sacrificio de Issac por parte de su padre Abraham, y en diversos lugares, así como en el oficio litúrgico de la mañana del día del año nuevo se revela la idea de que el sonido del shofar se usa como medio para convencer o aplacar a Dios y conducirlo a la misericordia.   (En Silva Grasses. “El ritual. Estudio psicoanalítico de los ritos religiosos, 2008)

[36] Jaques Lacan. Seminario 10. La angustia. Pag. 271

[37] Jaques Lacan. “De los nombres del Padre”. Editorial Paidos. Buenos Aires 2005. Pag. 86

[38]La akeda hace referencia a la ligadura entre dos mitos. El de Totem y Tabú de Freud y el del sacrificio de Issac. En el primero se trata del padre muerto destacándose la cuestión del parricidio; en el segundo, la del sacrificio del hijo, lo que remite también a la muerte del padre. Articulando los dos mitos puede advertirse la bifurcación, en relación al padre, del deseo del Otro y goce del Otro.

[39] El banquete totémico es un dato que retoma Freud primero de Robertson Smith, quien formulo en su obra sobre la religión de los semitas (1889), el supuesto de una peculiar ceremonia llamada el banquete totémico, donde analizo el sacrificio entre los antiguos semitas, destacando el origen y significado del rito sacrificial para delimitar que el sacrificio era una acción sagrada que se ofrenda a la divinidad para reconciliarse con ella o ganarse su simpatía. Como sacrificio se ofrendaban cosas de comer y beber, aquello de lo cual el hombre se nutría, carne, cereales, frutas y aceite. La forma más antigua del sacrificio fue hacia los animales, cuya carne y sangre tomaban en común el dios y sus adoradores.  Comer y beber forman un vínculo de la comunidad. El banquete totémico también es retomado por la propuesta de Charles Darwin, quien habla de los comienzos del totemismo: Hay ahí un padre violento, celoso, que se reserva todas las hembras para sí y expulsa a los hijos varones cuando crecen. Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente les habría sido imposible. (Totem y Tabú, pag. 135 y 143)

[40] Sacrificio y paradojas de los nombres del padre. Revista latinoamericana de pisocopatología fundamental 2005. Pag. 4

Jessica Denise Hernández Labra

Licenciada En Psicología por la facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México. Especialidad en clínica psicoanalítica Freud-Lacan, por la Red Analítica Lacaniana. Maestría en Saberes sobre subjetividad y violencia, por el Colegio de Saberes. Diez años de experiencia en el ámbito clínico y docente en algunas Universidades de la Ciudad de Toluca. Co-fundaora de Freud a la Letra y con una Publicación en co-particpación con Alma Barrera del libro ¿Qué es el cuerpo del niño para el psicoanálisis? en el año de 2016.