Cartografías del lado obscuro: monstruos y superhéroes

Laura Elena A. Ferrón Martínez

Y todo lo que diga el poeta maldito. Yo ahora aquí…

No son más que preceptos para caminar por la sombra.

Preceptos que no tienen vigencia… ya lo sé…

Pero con ellos puedo moverme por ahora de algún modo…

No los traigo aquí para ganar adeptos ni para abrir disputas…

Los despliego como un mapa sobre mi mesa para determinar bien donde estoy.

Y estoy aquí…aquí…en este cruce sombrío de caminos…

en las tinieblas… en las sólidas tinieblas… Otros estarán más cerca de la luz…

Acaso alguno ha traspasado ya el muro negro y espeso…

y pisa firme al otro lado del infierno…

León Felipe, 1942

Advertencia

El presente texto pretende ser un mapa. Una cartografía de planos y pliegues con trayectorias cruzadas de la clínica a la cultura; de una realidad, a lo real, a las ficciones. No pretendo ganar adeptos ni generar disputas. Se trata de preceptos y conceptos desde los cuales puedo moverme por ahora de algún modo para explorar lo que denomino el lado obscuro[1]. En el cruce sombrío de caminos desde la soledad del trabajo de la clínica, en las sólidas tinieblas, escuchando monstruos y demonios, de este lado del infierno.

Utilizo la expresión lado obscuro para referirme al núcleo destructivo de lo humano, frase popularizada por las sagas de Star Wars a partir de los 70s. Coincido con Melanie Klein y “difiero de Freud en que postulo la hipótesis de que la causa primaria de la angustia es el miedo a la aniquilación, el miedo a la muerte que surge de la acción del instinto de muerte dentro de nosotros”[2] suponiendo una destructividad innata, mucho más primitiva y más irrepresentable que la sexualidad. Comparto con Wilfred Bion[3] la concepción de un vacío irrepresentable y caótico a partir del cual se codifica la existencia. El instinto de muerte habita el interior del psiquismo produciendo el miedo a la aniquilación, por lo que debe ser evacuado, colocado en el afuera para ser representado.

Las representaciones vienen de la otredad, del lenguaje y la cultura cuya encarnación es la madre o quien ejerza el maternaje del infante. Si los contenidos terroríficos son representados por el continente materno, son devueltos como representaciones susceptibles de ser pensadas, procesadas en el reveríe Bioniano. Los restos consolidan los objetos persecutorios, terroríficos de la posición esquizoparanoide kleniana[4]. El filósofo francés Clément Rosset menciona al respecto que “cuanto más un objeto es real, tanto más es inidentificable. […] cuanto más intenso es el sentimiento de lo real, tanto más es indescriptible y oscuro.”[5] Más adelante indica sobre el objeto terrorífico y su representación en el cine fantástico que:

El otro radical del hombre (es decir, sobre todo, de sí mismo) es el muerto (es decir, yo mismo en tanto que prometido a la nada). Ahora bien, lo otro del hombre presentado por el cine fantástico no es el muerto sino el monstruo (por monstruo se comprende una alteración del hombre que no se confunde naturalmente con el puro y simple no-ser: condición ambigua que ya no participa del todo de la vida, pero tampoco del todo de la muerte). Siendo menor el peligro del hombre de volverse otro que el que consiste en volverse nada. […] un monstruo en la pantalla que disimula el telón de fondo de la muerte[6].

Replegando… el psicoanálisis, el cine y la filosofía trágica hacen trazos sobre un mismo concepto: el miedo como experiencia ante la ausencia de representación de lo mortífero[7]. “El miedo es el camino al lado obscuro… el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”[8] advierte el maestro Yoda al niño Anakin Skywalker mucho antes de convertirse en uno de los íconos del mal en la cultura Pop: Darth Vader. Monstruo cinematográfico vuelto al lado obscuro en el devenir de su trágica existencia.

En la mitología moderna creada por George Lucas, como la mayoría de las mitologías occidentales, la obscuridad remite al mal. Star Wars desde la ficción y el psicoanálisis desde la clínica, se aproximan en la descripción del fenómeno de la destructividad humana. La maldad, el odio, la ira, la alta capacidad destructiva que si bien ha sorprendido al humano en los últimos 100 años por su fuerza aniquiladora, se ha manifestado desde los orígenes de la humanidad.

En la cultura occidental, la potencia destructiva se ha representado como maldad, atribuida a lo monstruoso, temida y condenada a lo abyecto. En contraparte, se han exaltado como virtudes la obediencia, el bien común, el amor al prójimo y demás valores cristianos. Nietzsche[9] es probablemente el primero en denunciar la moral cristiana como estatuto de poder y en cuestionar la polarización de representaciones del bien y del mal. Heidegger[10] condenará abiertamente al cristianismo como el mal que obstruye al Dasein en su ser-en-el-mundo a partir de la culpa y la manipulación que impiden la libertad del ser. Ambos filósofos han sido asociados al nazismo (diablo contemporáneo) y satanizados por sus líneas de fuga[11].

Código Jedi: No existe ignorancia, sólo existe conocimiento. No existe pasión, sólo existe serenidad. No existe caos, sólo existe armonía. No existe muerte, sólo existe la Fuerza.
Código Sith: La paz es una mentira, sólo hay pasión. Con la pasión, obtengo fuerza. Con fuerza, obtengo poder. Con poder, obtengo victoria. Con victoria, mis cadenas se rompen. La Fuerza me liberará.[12]

Con la intención de indagar el estatuto ontológico del lado obscuro, he trazado una serie de planos: el núcleo de las observaciones es la escucha analítica como acontecimiento, siendo el plano de la experiencia. Para poder trabajar estos contenidos, es necesario abordar sus representaciones por lo que un segundo plano obligado es la teoría psicoanalítica que en sus indagatorias genera los conceptos de pulsiones e instintos de muerte, narcisismo y superyó. El análisis de las patologías del superyó traza una trayectoria hacia el siguiente plano: el estudio de las representaciones del mal en la historia de la humanidad. Dichas representaciones se han agrupado por épocas: Antigüedad, Medievo, Modernidad, Siglo XIX y Siglo XX. De estas historias deriva un cuarto plano; el de las representaciones en la literatura desde los relatos mitológicos de la antigüedad hasta los contenidos de la cultura pop con énfasis en el comic y las mitologías modernas. Un quinto plano corresponde a las trayectorias de la filosofía en el abordaje del problema del mal. Un sexto plano comprende los trazos desde la ciencia, particularmente desde la psiquiatría moderna a la neurociencia contemporánea.

Escuchando monstruos

Las trayectorias de mi trabajo surgen de la escucha analítica del lado obscuro. Por una parte de los demonios que los pacientes refieren en sus asociaciones libres pero también de la escucha de individuos que han sido referidos como monstruos por sí mismos, sus familiares u otros colegas de la salud mental. Lo que se escucha y se manifiesta en el consultorio son experiencias sublimes y monstruosas que se juegan en la transferencia y las narrativas de cada paciente. Como refiere Adriana Zambrini sobre Una clínica del acontecimiento:

Los personajes míticos estructuran al psiquismo, y justamente lo patológico es la estructuración del mismo, ya que inhibe el devenir. […] Su decodificación recupera la coexistencia de lo heterogéneo en la multiplicidad, cambiando el discurso por la narrativa. Por narrativa entendemos el discurso de las sensaciones y signos del lenguaje, en una resonancia de vibraciones que posibilitan devenir en el habla no discursiva del Mundo.[13].

De manera que tendremos que bordear la clínica desde las ficciones de la teoría para desterritorializar las mitologías haciendo referencia a las figuras del monstruo[14] y el héroe[15] como representantes morales del bien y del mal para descolocarlos después.

Desde la teoría psicoanalítica representamos el lado obscuro con conceptos como pulsión de muerte[16], psicopatología del odio[17], núcleo aglutinado[18], narcisismo maligno[19] entre otros. Y a los monstruos los denominamos Superyó, Ello, sadomasoquismo y perversión. El héroe en el diván es el paciente y su yo, combatiendo freudianamente sus instintos, pulsiones e impulsos, pretendiendo domesticar sus monstruos internos.

 

Yoda: Cuidado con el lado obscuro. Ira, miedo, agresión. El lado obscuro de la fuerza son. Fluyen con facilidad, es fácil unirse. Si inicias en el camino obscuro, por siempre dominará tu destino, te consumirá como lo hizo con el aprendiz de Obi-Wan.
Luke: Vader. ¿Es el lado obscuro más fuerte?
Yoda: no… no… no. más rápido, más fácil, más seductor
Luke: ¿pero cómo distinguiré el lado bueno del malo?
Yoda: Lo sabrás[20]

Dentro de los personajes que aparecen en el consultorio, el neurótico combate sus demonios internos por mandato del Superyó, mismo, que fue heredado al instaurar la ley de la cultura. El psicótico sucumbe al lado obscuro y frecuentemente es olvidado, deshumanizado. La amplia gama del estrato borderline se constituye por monstruitos impulsivos fijados en los primitivos años preescolares de la analidad. ¿Y si en vez de domesticar los monstruos, se les da voz? ¿Si se abraza la potencia destructiva del lado obscuro en vez de combatirla?

Tony Stark (IronMan): He leído todo sobre tu accidente. Tanta radiación gamma tendría que haberte matado.
Bruce banner (Hulk): Estás diciendo que Hulk, el otro tipo… ¿salvó mi vida? Es lindo, es un buen cumplido. ¿Me salvó para qué?
Tony Stark (IronMan): supongo que lo sabremos
Bruce banner (Hulk): tal vez no te guste
Tony Stark (IronMan): tal vez a ti sí. [21]

En el psiquismo, la moralidad es dictada por el Superyó. El bien y el mal son parámetros que torturan al neurótico por la herencia cultural que ha incorporado. Del trabajo con el superyó como instancia moral, surge un pliegue hacia la cultura sus concepciones del mal y sus prohibiciones. La prohibición existe porque el impulso requiere ser regulado para la superviviencia de la especie en comunidad. En esta línea, el primer impulso que debería ser regulado es el asesinato, el propio y el del otro. Sin embargo, la complejidad de la sociedad humana no se articula de esta forma. La ley, la moral y lo prohibido varían de una cultura a otra, de una época a otra dependiendo de los dispositivos de poder que dominan una comunidad. De ahí la necesidad de plegarse a las concepciones filosóficas de la maldad.

El problema del mal

A partir de Platón, el problema del mal se ha trabajado tanto en la filosofía como en la literatura como lo abyecto al ideal humano. Se le han atribuido al hombre y a Dios la virtud y la bondad como estatutos de su ser. En toda historia, literatura y recuento científico, la maldad se encarna en monstruos demoníacos que deben ser aniquilados al representar un peligro para la humanidad. Las mitologías contemporáneas como El Señor de los Anillos, Star Wars o los cómics de DC perpetúan esta tradición en la que el bien y el mal son fuerzas opuestas, a veces con una influencia Hegeliana son complementarias, pero el bien siempre triunfa sobre el mal.

En 1914, Freud escribe desolado sobre la gran guerra y sus horrores sin poder entender cómo es que el humano habiendo llegado a la cima de la cultura y la civilización pueda ser tan destructivo. ¡Como si la domesticación de los impulsos implicara erradicar la malicia y el odio! En la famosa correspondencia con Einstein, ambos comparten su preocupación por las tendencias destructivas del humano. Finalmente en malestar en la cultura, no tiene más que establecer la sospecha de un instinto violento y mortífero en el humano al cual la civilización no puede domesticar.

La historia de la humanidad es una historia de guerras y muertes violentas. Sin embargo, el siglo XX escandaliza por la capacidad científica y tecnológica para construir máquinas de guerra y perfeccionar las técnicas de aniquilación. El Holocausto pasará a la historia como el gran genocidio. ¡Como si los grandes imperios de la antigüedad – Grecia, Roma, el Imperio Romano Apostólico del Medievo con sus guerras cristeras – o los imperialismos – el británico, el francés o el español que conquistaron el nuevo mundo – no hubieran sido genocidas!

El problema para pensar el mal consiste en la idealización narcisista que el humano ha hecho de sí mismo. Desde Platón hasta Freud, pasando por la tradición cristiana que se instituyó en la cultura occidental durante el Medievo, la concepción del hombre ha sido polarizada e idealizada. La hegemonía de la bondad colocada en el hombre y en Dios mantuvieron la concepción de la maldad en las periferias de lo humano, representada en las monstruosidades. Y lo monstruoso y demoníaco merece y debe ser destruido. De ahí que las matanzas realizadas en nombre de Dios durante el Medievo no se consideraran genocidios. Los indios y los negros africanos no tenían alma, las brujas estaban poseídas por el Diablo, de manera que al no ser considerados humanos, su exterminio carecía del juicio moral de genocidio. Paradójicamente, los judíos en el tercer Reich también fueron extirpados de sus derechos como ciudadanos y condenados al exterminio. La diferencia: no fue un designio divino sino humano… o bien demoníaco si sostenemos que la maldad de Hitler lo ubica como la encarnación misma de Satanás. ¿Y qué hay de Hiroshima y Nagasaki con sus muertos y afectados por generaciones y generaciones debido a la radiación? Tampoco es genocidio ya que los japoneses eran “malos” y fueron bombardeados por los “héroes de guerra”: los estadounidenses que rescataron a los judíos de ser aniquilados por los monstruosos alemanes. ¿Esto es un relato histórico o un guión de ficción? Las líneas son tenues.

Mutantes. Desde el descubrimiento de su existencia han sido relacionados con miedo, sospecha, y odio frecuente. Por todo el planeta, el debate continúa. ¿Son los mutantes el siguiente eslabón en la cadena evolutiva, o simplemente una nueva especie de la humanidad luchando por su participación en el mundo? De cualquier manera, es un hecho histórico: Compartir el mundo nunca ha sido característica definitiva de la humanidad.
Charles Xavier[22]

Hay que recordar que la historia de la humanidad ha sido contada por los pueblos que sostienen el poder. Las mitologías y los relatos heroicos han formado parte de la instauración del dominio de los poderosos sobre los pueblos popularizando los valores y tradiciones de cada cultura, así como las representaciones de la maldad. De ahí que resulte interesante observar cómo en el siglo XX, ante la muerte de Dios y la destrucción provocada por las guerras, surgen en una literatura de masas mitologías contemporáneas que llenan los vacíos de historias y generan nuevos conceptos de heroísmo y monstruosidad.

En los últimos sesenta años, después de las guerras mundiales y el holocausto, el problema del mal y la destructividad humana así como su abordaje han tenido que virar de manera significativa. La filosofía y la ciencia han hecho su parte en tratar de explicar y entender la maldad. La ficción, como siempre, bordea la problemática humana y resulta más certera.

La industria del Cómic: ¿producción estética o mass-media?

Después de las guerras, el imperialismo norteamericano domina de manera importante la cultura occidental. Con los medios masivos de comunicación, la cultura cobra dimensiones líquidas en la era del vacío. Las masas consumen producción de medios, iniciando con los medios impresos, la radio, la televisión, el cine y actualmente el internet. Y son estos medios a partir de los cuales se permea la cultura dominante. Al igual que en la antigüedad, las historias de ficción permean los pueblos como estrategia de dominación, determinando los valores de una cultura. Felix Guattari indica que:

El cine, la televisión y la prensa son instrumentos fundamentales para formar e imponer una realidad dominante y significaciones dominantes. […] son instrumentos de poder. Manipulan, antes que mensajes, energía libidinal. […] Hoy los mass-media funcionan esencialmente al servicio de la represión. Pero pueden hacerse instrumentos de liberación muy importantes.[23]

El cómic surge en el contexto de la masificación de la información en los medios impresos. Hacia finales de los años veintes, los periódicos popularizan las tiras cómicas con un sin fin de personajes que se hacen entrañables. Estos primeros cómics, como su nombre lo indica, tenían la intención de divertir con imágenes simples y personajes simpáticos contando historias graciosas y sencillas.

Durante la gran depresión en Estados Unidos, a principios de los años treinta, las revistas de cómics se vuelven el medio de literatura barata para un pueblo desesperanzado. Las tiras cómicas de los periódicos evolucionan a pequeños pasquines que cuentan historias divertidas. Las temáticas de estas revistas eran fundamentalmente los westerns de aventura, la comedia y el terror. Rosset en su filosofía trágica[24] señala que la risa y el terror son las reacciones comunes frente a lo real. No sorprende entonces que estos géneros sean tan populares en esta época. La gran depresión representa la caída de los valores del imperio naciente frente a la devastación de la primera gran guerra: cruel realidad difícil de representar. El heroísmo de los vaqueros contra los indios en la conquista del oeste norteamericano domestican la rabia de las clases obreras oprimidas por las crisis financieras, generando el estereotipo del monomito americano[25] que moldeará la cultura norteamericana y posteriormente invadirá los imaginarios culturales de occidente. La premisa del western consiste en el extranjero que llega a una comunidad sin ley y se ve obligado a hacer justicia por su propia mano. No se trata de un héroe virtuoso, sino de un personaje trágico arrojado a una circunstancia en la que combate la injusticia. Una vez restaurado el orden, el héroe desaparece, no se integra nunca a la comunidad, es siempre un forastero.

El nacimiento de Superman en 1938 representa el inicio de la era del comic de superhéroes, temática que impactará de tal forma que se adueñará del término cómic. Cabe indicar que Superman en sus inicios era un extraterrestre dedicado a proteger a los débiles y desprotegidos. En la misma línea del héroe del western. Al año siguiente, Bob Kane crea a Batman, siendo el primer justiciero oscuro.

                                                        

Al estallar la Segunda Guerra Mundial[26], DC Comics, dueños de la franquicia de Superman, modifican la imagen del superhéroe, convirtiéndolo en un patriota americano para no ser confundido con comunista, en apego a la legalidad del imperio dominante: Estados Unidos. Si bien el cómic de superhéroes nace como una corriente transgresiva; como línea de fuga ante la hegemonía capitalista, es utilizada por el sistema como propaganda por su impacto mediático. En la Segunda Guerra Mundial, los cómics fueron utilizados a favor de los aliados comandados claramente por Estados Unidos. Con Hitler y el nazismo como villanos, los héroes americanos Superman y Capitán América portan los colores heroicos de la nación que salvará al mundo.

                                                               

Al término de la guerra, son víctimas de la moral de los años cincuentas y satanizados por el psicólogo Fedric Wertham y su artículo La seducción de la inocencia en el cual acusaba a los cómics de provocar la delincuencia juvenil y la falta de valores en la juventud.[27] Tal prejuicio persiste a la fecha: demasiada violencia en los cómics, demasiada maldad para las mentes infantiles. El artículo genera tal impacto, que los editores de las revistas, escritores y dibujantes de comics fueron citados en comisiones de las cortes norteamericanas en una cacería de brujas digna de la Santa Inquisición. Después de derrotar al demoníaco Hitler, los superhéroes eran acusados de seducir malignamente las mentes inocentes de los infantes.

En 1954 se crea la Comic Code Authority para regular los contenidos de las revistas.  La mayoría de los cómics vieron su extinción ante el Código que prohibía la violencia explicita, los contenidos sangrientos y de terror, la simpatía hacia los criminales y estipulaba que en toda historia el bien debía ganar frente al mal así como una serie de reglas que lograron volver a los cómics una cosa satánica que no debía caer en manos de los niños para no contaminar su inocencia. Pero la semilla estaba sembrada.

 

Batman: ¿Por qué quieres asesinarme?
Joker: ¡Yo no quiero matarte! ¿Qué haría yo sin ti? Volver a robar a los mafiosos? No, no…¡no! Tú….tú me complementas.
Batman: Eres basura que mata por dinero.
Joker: ¡No hables como ellos! No lo eres…aunque quisieras serlo. Para ellos solo eres un monstruo, como yo. Te necesitan ahora. Pero cuando no sea así, te van a hacer a un lado, como a un leproso. Su moral, su código… Te olvidarán a la primera señal de problemas. Sólo son tan buenos como el mundo se los permite. Te aseguro que cuando haya dificultades todas estas personas civilizadas se comerán a sí mismas. Yo no soy un monstruo. Sólo voy un paso adelante. [28]

Universo extendido Marvel o los rizomas[29] de Stan Lee

En los años sesentas[30], DC cómics lanza La Liga de la Justicia de América, una agrupación de los grandes superhéroes de la marca (Superman, Batman, Mujer Maravilla, Flash, Acuaman y Linterna Verde) representantes de los valores patrióticos americanos, en apego a la legalidad de la época. Para competir en un mercado decadente, el editor de Timely Cómics, a punto de renunciar, harto de su jefe (Stanley Lieber, mejor conocido como Stan Lee) recibe el encargo de inventar un grupo de superhéroes para ganarle mercado a la Liga de la Justicia[31]. Así surgen los Cuatro Fantásticos, salvaguardando las reglas del código de cómics, pero desafiando los estereotipos del heroísmo. Un científico, una chica, un monstruo y un adolescente que obtienen poderes a partir de un accidente científico en el espacio. Al público le encanta y es el inicio de la era de Marvel.

                                                                

En 1962, hacen su aparición el monstruo Hulk, un superhéroe basado en la novela de Dr. Jekyll y Mr. Hyde; Spiderman, el adolescente melancólico y Thor, un médico lisiado que se transforma en el Dios Nórdico del Trueno. En 1963 aparecen Ironman, un magnate millonario comerciante de armas con una cardiopatía y Dr. Strange, un médico soberbio que se instruye en las artes oscuras. En 1964 se introduce a Daredevil, un abogado ciego que por las noches es el Diablo Vengador de Hells Kitchen en Nueva York.

En el mismo año lanza las agrupaciones Avengers y X-Men. A diferencia de la Liga de la Justicia de DC Cómics, Los Cuatro Fantásticos, Avengers, X-Men, Los Inhumanos y Los Defenders son agrupaciones explosivas de personalidades que se ven obligadas a trabajar en equipo pero sin ninguna armonía. Sus miembros van y vienen, se odian, se reconcilian, cambian de bando, hacen nuevos grupos. Se trata de ensamblajes energéticos cuyas cargas se atraen y se repelen en el azar trágico de la existencia.

Otro aspecto importante en las historias de Marvel es la presencia de personajes femeninos de gran fuerza. La chica invisible, Susan Storm, no es una amazona como la Mujer Maravilla o la novia o prima de un superhéroe como Batichica o Superchica. Susan es una mujer con personalidad propia y de carácter fuerte que une al equipo formado por su prometido (posteriormente su esposo), su hermano menor y su mejor amigo. En la serie de X Men abundan las personalidades femeninas: Storm, Dark Phoenix, Emma Frost, Mistique, Scarlet Witch…. monstruosas sin duda, herederas de la tradición occidental en al que la mujer es portadora del mal[32]. “En los inicios de los 60s Lee y Kirby crean un mundo de equidad de género sin precedentes”[33].

Sin la seguridad de las galaxias lejanas, los tiempos remotos o las ciudades ficticias de Metrópoli o Gótica, los protagonistas del Universo Marvel coexisten con sus fans en un mundo real. Sin temor por el lado obscuro ni profecías míticas que aseguran la victoria del bien, los personajes de Marvel muestran toda su potencia obscura nacida del odio, el resentimiento y el miedo. Los mismos creadores, dibujantes y escritores se vuelven personajes en los cómics[34] evidenciando la ficción de sus creaciones e interactuando sarcásticamente con sus personajes.

                                                      

Todas las historias de los personajes y sagas en Marvel se entrecruzan entre sí generando posibilidades infinitas. Reed Richards (Sr. Fantástico) quien vive en Nueva York, imparte una conferencia en la preparatoria donde estudia Peter Parker (Spiderman), situada en Nueva Jersey. Posteriormente, Stan Lee y su equipo trazarán el Universo Marvel, una ficción basada en la mitología nórdica de los siete reinos permeada de ciencia ficción y astrofísica. Entre una revista y otra, los personajes comparten localidades y entretejen una compleja historia cuidadosamente cuidada por Stan Lee.

Tony y Banner se saludan de mano. Se nota la mutua admiración.
Tony Stark (IronMan): Encantado de conocerlo Dr. Banner. Su trabajo en la colisión de anti electrones es sin paralelo. Y soy un gran fan de la manera como pierde el control y se convierte en un enorme y furioso monstruo verde.
Bruce Banner (Hulk): Gracias.[35]

Me interesa trabajar los comics de Marvel como representaciones no polarizadas de los ideales humanos. Stan Lee y su equipo de creativos dan vida a una serie de historias y personajes donde los monstruos se vuelven héroes y los conceptos de maldad y bondad se vuelven puntos de vista. La soberbia, los vicios, la ira, la venganza y el odio son características propias de los superhéroes de Marvel, impactando a generaciones y generaciones de outcasters[36] identificados en la alienación de sus personajes favoritos.

Yondu: Puedes engañarte a ti y a cualquiera. Pero a mí no me engañas. Sé quién eres.
Rocket: No sabes nada sobre mí, perdedor.
Yondu: Sé todo sobre ti. Sé que actúas como el más duro e infame, pero eres el que está más asustado.
Rocket:¡Cállate!
Yondu: Sé que robas baterías que no necesitas y que ahuyentas a cualquiera que quiera soportarte, porque sólo un poco de cariño te recuerda lo grande y vacío que es ese agujero dentro de ti.
Rocket:¡Te dije que te calles!
Yondu: Conozco a los científicos que te hicieron: nunca les importaste.
Rocket: Amigo, ¡hablo en serio!
Yondu: Como mis propios padres que me vendieron, ¡a su propio bebito!, como esclavo. Sé quién eres, chico. Porque eres como yo.[37]

A partir de 2008, surge una nueva era para Marvel cómics: el proyecto del Universo Cinematográfico Marvel. Si bien en los ochentas se llevaron a pantalla los X-Men y los Cuatro Fantásticos, el proyecto MCU implica la expansión de la marca desde el interior de la máquina capitalista. A la vez, el liderazgo de Stan Lee mantiene un vínculo dentro y fuera de la ley en tanto movimientos subversivos (en los comics impresos) y parte del establishment (asociación con Disney, franquicias de películas y series de televisión). Así ha logrado conquistar un amplio espectro de representaciones con productos para pre-escolares, niños, adolescentes y adultos, sin descuidar el Fandom[38].

Sin identidades secretas, iracundos, dubitativos, melancólicos, incluso discapacitados, los personajes creados por Stan Lee y su equipo de dibujantes y escritores son arrojados al mundo: héroes y villanos ante la nada por igual. Hulk, La Mole, Wolverine y los X Men en general son monstruos. Dignos ejemplares del lado obscuro. Bruce Banner (alter ego de Hulk) vive con miedo de convertirse en un monstruo iracundo que lo destruya todo. Ben Grimm (La Mole) odia ser un conglomerado rocoso que asusta y provoca aversión en la gente. Wolverine sufre su existencia con un odio profundo a la vida. Su monstruosidad es su súper-poder. ¿No es esto la desterritorialización del monstruo?

 

Donald Blake (Thor), Tony Stark (Ironman), el profesor Charles Xavier (X-Men), Stephen Strange (Dr. Strange) y Matt Murdok (Daredevil) presentan discapacidades físicas y habilidades extraordinarias. Xavier y Murdok apelan claramente al sello del heroísmo Marvel: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Mientras que Thor, Stark y Strange presentan claras personalidades egocéntricas, desbordadas de hybris, cristianamente pecaminosas. Héroes y Anti-Héroes; ¿cuál es la diferencia?

El mal en todo caso, consiste en el deseo de dominación y poder exacerbados sin interés por la comunidad, de manera que el verdadero monstruo es el sistema: la máquina despótica.[39] Arrojados a un mundo así, la justicia pertenece sólo al vengador y al mundo de la ficción.[40]

                                                               

[1] Aclaro que no me refiero al lado obscuro del cual habla Elizabeth Roudinesco en su libro Nuestro lado obscuro: Historia de los perversos. Si bien comparto algunas perspectivas sobre la obscuridad de las perversiones, y su lugar central en el psiquismo, yo apunto más allá de la perversión, al instinto de muerte como potencia destructiva.

[2] Melanie Klein, Obras Completas, vol. 3, La influencia mutua en el desarrollo del yo y el ello, Buenos Aires: Paidós, 1994, p. 66.

[3] Las impresiones sensoriales y experiencias emocionales no trasformadas se denominan elementos beta. Estos elementos son vividos como cosas en sí, insusceptibles de ser representados. Las experiencias a las que refieren estos elementos beta son aquellas cargadas por el instinto de muerte que por su contenido insoportable son evacuados a través de la identificación proyectiva. Si la madre en tanto objeto en la realidad es capaz de contener y elaborar las ansiedades primitivas del infante, le devuelve estas impresiones como elementos alfa. Esto requiere del infante la tolerancia a la frustración que Bion considera parte innata de la personalidad como derivado del instinto de vida. La contención materna y la capacidad de tolerancia permite al psiquismo activar la función alfa por sí mismo para generar primero alucinaciones (reverie o ensoñación), luego signos y símbolos y posteriormente protopensamientos que le permiten diferir la satisfacción del instinto.. W. R.  BION, A Theory of Thinking. En: Second Thoughts, Selected papers on Psycho-Analysis., Londres, William Heinemann Medical Books, 1967. pp. 110 – 119. El resumen y la traducción son mías.

[4] Melanie Klein utiliza el término esquizoparanoide para determinar el estadio en el cual para protegerse del instinto de muerte, el psiquismo necesita separar y negar este instinto del vital. Para separarlos y preservar su existencia, escinde los objetos del mundo y se escinde a sí mismo: objetos buenos cargados de instinto de vida y objetos malos cargados de instinto de muerte. El sí mismo bueno y el objeto bueno en el exterior son idealizados como pareja amorosa absolutamente libidinizados. Los objetos malos son negados y proyectados al exterior en la ausencia del objeto bueno, donde se fantasean como perseguidores generando la paranoia y su consecuente violencia hacia el objeto persecutorio en aras de su destrucción para preservar a los objetos buenos. Melanie Klein, Obras Completas, vol. 3, Notas sobre algunos mecanismos esquizoides. Buenos Aires: Paidós, 1994.

[5] Clément Rosset. El objeto singular. Madrid, Ed. Sextopiso, 1979. p 43

[6] Clément Rosset. p 67

[7] Otro concepto que arrojo sobre la mesa, en el mapa para nombrar las cosas obscuras en relación al instinto de muerte.

[8] George Lucas. La amenaza fantasma. http://www.imsdb.com/scripts/Star-Wars-The-Phantom-Menace.html. Consultado el 5 de enero de 2018.

[9] Frederick  Nietzsche, Genealogía de la moral, Madrid: Alianza, 1979.

[10] Martin Heidegger. Reflexiones VII-IX. Cuadernos negros. Ed. Trota 2017.

[11] Emmanuel Faye. Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía. Ediciones Akal, 2009.

[12] Irwin William (Ed.), The ultimate Star Wars and philosophy. You must unlearn what you have learned. West Sussex: Blackwell, John Wiley & Sons Ltd. 2016.Terrance MacMullan, “The platonic paradox of Darth Plagueis: How could a Sith Lord be wise? p 10. La traducción es mía.

[13] Adriana Zambrini. El deseo nómade. Una clínica del acontecimiento, desde Nietzsche, Deleuze, Guattari… Buenos Aires, Lugar Editorial, 2000. p 40

[14] Kant coloca lo monstruoso en el borde de lo cognoscible. “Un objeto es monstruoso cuando mediante su magnitud aniquila el fin que constituye su concepto”.  Lo monstruoso es aquello que excede la representación provocando terror y aversión al desviar el juicio. Estudiar los monstruos nos da un referente de lo abyecto. Immanuel Kant. Crítica del discernimiento. Madrid, Machado Libros S.A. 2003,  p 211

[15] “El héroe es propiciatorio pues su sacrificio instaura en una primera etapa el triunfo del orden sobre el caos y de la luz sobre la obscuridad. En una segunda etapa, el héroe representa el éxito de las fuerzas políticas: las jerarquías y la ley sobre la anarquía de las sociedades asediadas por los designios divinos y sin alternativas de instaurar un orden “humano”. Patricia Cardona Zuluaga. Del héroe mítico, al mediático. Las categorías heroicas: héroe, tiempo y acción. Revista Universidad EAFIT, octubre-diciembre. Vol. 42. No. 144. 2006. Medellín, Colombia. pp 51-68

[16] Freud utiliza el término pulsión de muerte como la tendencia al retorno de lo inanimado (Más allá del principio del placer). En otro texto denomina a las pulsiones narcisistas, pulsiones de muerte, Las considera así debido a que al retraerse al cuerpo o al yo, se acercan cada vez más al principio del placer, a la satisfacción inmediata y la destrucción del mundo de los objetos. Indica también que el superyó se vuelve un receptor para esas pulsiones de muerte tomando al yo como objeto de su agresión (El Yo y el Ello). Finalmente utiliza el término pulsiones de muerte para referirse a lo destructivo (El malestar en la cultura). Sigmund Freud, Obras Completas, 2° ed. Buenos Aires: Amorrortu 1997

André Green, psicoanalista francés, ampliará el concepto de la pulsión de muerte como descarga de la pulsión en términos de un estado de nulidad, de vacío, de Lo Neutro como muerte psíquica. Al no haber tensión, no hay energía que alimente el aparato psíquico, solo queda hastío y aburrimiento ante la vida. André Green, Narcisismo de vida, narcisismo de muerte. Buenos Aires: Amorrortu 1993

[17] El psicoanalista Otto Kernberg recurre a la conceptualización denominada psicopatología del odio, planteando que el odio es “el afecto nuclear de condiciones psicopatológicas graves, trastornos de la personalidad particularmente severos, perversiones y psicosis funcionales  […] en la psicopatología severa, el odio puede convertirse en algo prevaleciente y abrumador, dirigido tanto contra el sí-mismo como contra los otros” Otto Kernberg, La agresión en las perversiones y en los desordenes de la personalidad, Buenos Aires: Paidós, 2004, p. 45.

[18] El psicoanalista argentino José Bleger acuña el término para referirse a la parte psicótica de la personalidad que está formado por las identificaciones más primitivas en las que no se estableció aun una discriminación entre yo y no-yo. José Bleger. Simbiosis y Ambigüedad. Buenos Aires, Paidos 1967.

[19] Kernberg trabaja ampliamente con pacientes con conducta delictiva y el diagnostico psiquiátrico denominado trastorno antisocial de la personalidad. Afirma que estos pacientes presentan un trastorno narcisista de la personalidad caracterizado por: autoamor patológico; relaciones objetales patológicas definidas por la envidia exacerbada, tendencia a la explotación y falta de empatía; un estado básico de yo distinguido por un sentimiento crónico y un alto grado de patología del superyó. Otto Kernberg, La agresión en las perversiones y en los desordenes de la personalidad, Buenos Aires: Paidós, 2004, p. 27

[20] Lawrence Kasdan, Leigh Brackett. El Imperio Contraataca. 1980. Basado en una historia de George Lucas. http://www.imsdb.com/scripts/Star-Wars-The-Empire-Strikes-Back.html Consultado el 5 de enero de 2018

[21]Joss Whedon. The Avengers http://www.imsdb.com/scripts/Avengers,-The-(2012).html Consultado el 5 de enero de 2018

[22] X Men 2. (2003) Dirigido por Bryan Singer. Guionistas: Zak Penn, David Hayter, Bryan Singer, Michael Dougherty, Dan Harris, David Hayter (basado en los personajes de Marvel, creados por Stan Lee y Jack Kirby). Intenet Movie Database.

[23] Felix Guattari. Más allá del significante. En: Erotismo y Destrucción. Vittorio Boarini (Ed.) Fundamentos, Madrid, España, 1983. p 85

[24] Rosset p 43

[25] El arquetipo denominado Monomito Americano (American Monomyth) fue acuñado por Shelton y Jewett, estudiosos de la literatura de superhéroes en Estados Unidos. En su libro The Myth of the American Superheroe, señalan como desde el western se observa una singularidad en los héroes norteamericanos en contraste al famoso trabajo de Joseph Campbell, El Héroe de las mil caras. Esta singularidad consiste en la falta de comunidad: “una comunidad en armonía paradisiaca es amenazada por el mal; las instituciones normales fallan en contener el peligro; un héroe desinteresado emerge, renunciando a las tentaciones y lleva a cabo la misión; auxiliado por el destino su victoria contra el mal resulta en la restauración de la paz en la comunidad; el héroe entonces desaparece en la obscuridad”. Mills Anthony R. American Theology, Superhero Comics, and Cinema. The Marvel of Stan Lee and the Revolution of a Genre. Routledge. New York, 2014, p 4. La traducción es mía.

[26] Grant Morrison. Supergods. Random House, Nueva York, 2012

[27] Sean Howe. Marvel Comics the untold story. Harper-Perennieal, Nueva York. 2012. p 29.

[28]Batman: El caballero de la noche (2008) Director: Christopher Nolan. Guionistas: Jonathan Nolan y Christopher Nolan (basado en los personajes de DC Comics creados por Bob Kane) Internet Movie DataBase.

[29] Un rizoma es un concepto planteado por los filósofos Deleuze y Guattari como un modelo epistemológico donde los elementos se conectan entre sí sin jerarquías. El término es adoptado de la bótanica donde un rizoma es un tallo horizontal y subterráneo que contiene yemas de donde nacen las raíces y brotes herbáceos y crece horizontalmente. El universo Marvel es trazado en este sentido: como historias horizontales que se conectan las unas a las otras en un ensamble energético de personajes. Gilles Deleuze, Félix Guattari. El Anti Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona, Paidos, 1985

[30] Sean Howe. Marvel Comics the untold story.

[31] Ídem

[32] Pandora en la antigua Grecia, Eva en el Génesis, las brujas y poseídas del Medievo han sido representantes del mal en una época en la que se atribuyo al hombre y a Dios la bondad absoluta.

[33] Rebecca Housel. X-Women and X-istance. En: X-Men and Philsophy. Astonishing insight in the mutant X-verse. New Jersey, John Wiley &Sons, Inc. 2009. p 85

[34] Sean Howe. Marvel Comics the untold story

[35]Joss Whedon. The Avengers http://www.imsdb.com/scripts/Avengers,-The-(2012).html Consultado el 5 de enero de 2018

[36] Outcasters: individuos marginados por la cultura predominante, sin derecho ni pertenencia, monstruos incomprendidos que generan castas o subculturas que desde los años sesenta han proliferado en las juventudes del mundo. Pachucos, hippies, yupies, nerds, emos, chakas, millenials, geeks…. celulas de una sociedad fragmentada ávidos de figuras de identificación en la cultura.

[37]Guardianes de la galaxia Vol. 2 (2017). Director: James Gunn. Guionista: James Gunn (basado en el cómic de Marvel escrito por Dan Abnett y Andy Lanning) Internet Movie DataBase.

[38] Nombre que se da en el medio al gremio de fans.

[39] “El estado es la máquina despótica y recubre los viejos territorios fundados sobre el cuerpo de la tierra. El estado organiza un sistema de producción que unifica el anterior sistema territorial. Decodifica sus antiguos códigos y los recodifica en el lenguaje del despotismo estatal” Carlos Rojas Osorio. Gilles Deleuze: La Maquina Social. 1997. http://antroposmoderno.com/antro-version-imprimir.php?id_articulo=225. consultado el 9 de enero de 2018.

[40]Mark D. White, Superhumans ethics class with the Avengers. En: William Irwin (Ed.) The Avengers and philosophy. Earth´s mightiest thinkers. West Sussex: Blackwell, John Wiley & Sons Ltd. 2012. p 5-17

Laura Elena A. Ferrón Martínez

Laura Elena Ferrón. Licenciada en psicología, UNAM. Maestra en estudios psicoanalíticos, Universidad de Sheffield, Inglaterra. Ha sido docente e investigadora en diversas instituciones de licenciatura y posgrado en psicología y psicoanálisis. Trabajó en Control de Confianza en PGR y en el INM. Participó en el curso virtual de Psicología Forense Especializada en Niñas, Niños y Adolescentes impartido por la Suprema Corte de Justicia, UNICEF y la ODDI. Actualmente colabora en peritajes en ATIJ-ILEF, ejerce como docente y en la consulta privada.