La noche entera con un hacha me ha golpeado el dolor, pero el sueño pasó lavando como un agua oscura piedras ensangrentadas. Hoy de nuevo estoy vivo. De nuevo te levanto, vida, sobre mis hombros.
Abel Azcona.
Vivir, por definición, no se aprende. Ni de uno mismo ni de la vida por la vida. Sólo del otro y por la muerte>>. El vivir, cómo el morir, no se aprende. Tan sólo podemos esperarlo[1]
Jacques Derrida
¿Cómo escriturar el acontecimiento de un ser doliente?, ¿qué academia puede dar cuenta del duelo que transita el otro?, ¿cómo colocarse desde la escritura en la cicatriz que habita y hace a ese cuerpo?, ¿cómo no ser canalla ante el sufrimiento?, ¿qué hay del júbilo que nace de un eros que con fuerza se inscribe como pregunta, como acto?, ¿qué lugar se le da al que resiste, niega, su clasificación de víctima y deviene en fuerza, potencia de vida que se inscribe en el cuerpo como lugar de acontecimiento?.
Quiero un diálogo, ese que emite la pregunta y acepta el retorno de la misma, pero cargada de nuevas posibilidades, descolocada. Podría esconderme en la forma de escritura “académica”, pero es justo lo que no quiero hacer, no ahora. Toda traducción (en su sentido etimológico) es una traición; así que no intentaré “explicar” los performances de Azcona. A cambio, lo que intentaré, es desde el extravío como pérdida y posibilidad de exploración; dialogar desde la apertura posible de una “extra[vía]”. En este tenor anuncio que este texto, estará tejido con: los ecos que me convoquen, índices que se provoquen -desde mi experiencia de cuerpo-, el dolor habita como búsqueda de sentido(s) o desvaríos. La escritura también convoca la belleza de la pregunta, la duda ante lo sagrado, la reivindicación del lugar del desconsuelo, del fracaso, el reclamo por la posibilidad arrebatada de “no haber nacido”, frente a la exaltación vacía de la felicidad y la sobrevaloración de la vida en una comunidad de moribundos.
Leo las palabras y conceptos, que le califican y clasifican: blasfemo, enfermo, profanador, anormal, víctima, hereje, mártir, hijo de puta, mentiroso, timador, embaucador, loco, rebelde, artista, etcétera. Pocos hablan de una posible genealogía que de cuenta de una exploración ante su vida. Del valor que implica el retorno, la pregunta por un pasado que ha dejado heridas, la búsqueda histórica del rechazo primigenio desde el vínculo materno, las violencias acontecidas, escenarios y perpetradores. La pregunta, duda y desconcierto como condiciones de arrojo y vértigo. Posicionamiento que apela al distanciamiento crítico de todo aquello que -en apariencia- define, limita, pero que no se ha puesto en duda su posible origen, donde como cita Friedrich Nietzsche:
Nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros, nosotros mismos somos desconocidos para nosotros mismos: esto tiene un buen fundamento. No nos hemos buscado nunca, – ¿cómo iba a suceder que un día nos encontrásemos? Con razón se ha dicho: <<Dónde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón>>, nuestro tesoro está allí donde se asientan las colmenas de nuestro conocimiento. Estamos siempre en camino hacia ellas cual animales alados de nacimiento y recolectores de miel del espíritu, nos preocupamos de corazón propiamente de una sola cosa –de <<levar a casa>> algo. En lo que se refiere, por lo demás, a la vida, a las denominadas <<vivencias>>, -¿quién de nosotros tiene siquiera suficientemente seriedad para ellas? ¿O suficiente tiempo? Me temo que en tales asuntos jamás hemos prestado bien atención <<al asunto>>: ocurre precisamente que no tenemos allí nuestro corazón – ¡y ni siquiera nuestro oído! […] Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismo, no nos entendemos, tenemos que confundirnos con otros, en nosotros se cumple por siempre la frase que dice <<cada uno es para sí mismo el más lejano>>, en lo que a nosotros se refiere no somos <<los que conocemos>>…[2]
Retorno a la infancia, momento donde el “decir”, siempre es de/desde otro y donde, también, los padres hablan, las instituciones, la escuela, la ley. El discurso se estructura desde una voz montada en el involuntario silencio del infante: el “sin voz”. Memoria, cuerpo, afecto, violencia, se entretejen en el complejo entramado de algunos performances de Azcona, que van de lo íntimo (privado o acciones en solitario) a lo público (comunitario / de participación activa del espectador). El recorrido – sublimación – catarsis, que den cuenta de una imagen familiar fracturada – e inexacta- presidida por una madre prostituta. En diversas ocasiones Abel afirma que, si bien retoma aspectos claramente biográficos, no tiene la finalidad de ser terapéutico.
No me gusta utilizar la palabra terapia, porque esa palabra define curación. A mí, mi obra, no me cura. Mis heridas son tan profundas que no tienen cura. El desgaje, la sensación de pérdida, la adaptación forzosa a nuevos medios familiares marcan mi propio yo, y consecuentemente mi obra artística Nunca he superado algunos traumas. Siento que tengo dos opciones o ser un delincuente o ser artista. Para mí el performance, mi obra artística, y todo lo que trabajo con mi cuerpo y mi propio proceso creativo me sirve como herramienta de autoconocimiento. Toda mi infancia y mi adolescencia han sido una continua ocultación de mi verdadero yo. Pensaba que si no pensaba o procuraba olvidar mi propia experiencia de infancia, todos mis yos dolorosos, se quedarían atrás. Pero al contrario, los fantasmas no desaparecen y si se esconden vuelven con más fuerza. Eso me llevo a una inestabilidad mental, intentos de suicidio y por tanto a ingresos en centros psiquiátricos. Por mi propia necesidad de sobrevivir, el arte y el vínculo con lo creativo siempre ha estado presente, especialmente en los momentos más dolorosos de mi vida, por lo que lo decidí a él[3]
El performance como suerte de momento catártico, estrategia para sublimar duelo, terror, deseo, prohibiciones y decir lo impronunciable. Las acciones son imágenes poéticas, crudas, fuertes, que colocan al cuerpo en riesgo y comprometen al espectador afectivamente; trastocando la pasiva mirada de la contemplación y provocando la participación o perturbación.
El arte acción que nace del encuentro de cuerpo, tiempo, espacio y afecto. El cuerpo como presencia – soporte. Lo que me recuerda aquel texto de Michel Serres:
Para escribir leo en mi piel de desollado antes que copiar los pergaminos de la biblioteca; en lo sucesivo confío en esta memoria más que en los bancos de datos; un autor responde por sí mismo. Escribo sobre mí piel y no sobre la de otros que respondería por mí […] Me parece que el cerebro concentra especialmente este lugar de conocimiento. El yo pensante se estremece a lo largo de la espina dorsal: yo pienso por todas partes”[4]
El cuerpo como fragmento doliente, catártico, soberano, deviene en soporte/escenario de representación. ¿Cuál es la búsqueda o pregunta de Azcona cuando pone en plano visible temas vinculados con su infancia, escenarios de violación, pedofilia, prostitución, deseo, género, duelo, afecto religión, política, cuerpo, memoria, muerte y madre? Las críticas son frecuentes, los desacuerdos inevitables. La duda por una posible victimización que ha sido una puesta en escena de forma mediática y como autopromoción.
En performances como The Shadow[5], Visibles[6]. The adoption[7], Primal wound[8], Let the little children come to me[9], The cage. El tema de la infancia está presente, los abusos, el abandono. Azcona considera que el cuerpo es un desecho, vinculado a cada uno de nosotros, en una relación tensa pasado – presente, donde: “Todo lo vivido está presente y nos acompaña hoy. En mi piel y en mi mente está cada herida, cada abandono, cada lágrima”[10] El pasado es presente en su obra, escenario de acontecimiento, pero vinculado al cuerpo como lugar de autoconocimiento y crítica.
El cuerpo, su voz, lo que dice, lo que oculta, lo que olvida, lo agregado. El tiempo de la narrativa corporal, se transforma en movimiento y se acciona desde: la danza, la representación teatral, el canto, la memoria como herencia y el performance. La acción que convoca a la colectividad de un grupo que responde, a la palabra- gesto-imagen, y cuya naturaleza es contraria a la tradición occidental de la domesticación silenciosa e inmóvil del espectador solitario; del que recibe sin lugar de acontecimiento, solo como pura repetición mnemónica.
El cuerpo como texto en los performances de Azcona, apertura nuevas forma de inscripción, generando una suerte de “archivo” personal que -desde el presente-, configura, narra, escenifica, pone en acto, desmonta y desarticula; un pasado borroso, complejo, recuperado en fragmentos de los archivos de hospitales, hospicios, casas de acogida, procesos de adopción, órdenes de búsqueda por secuestros, etcétera. Y afirma:
Abel Azcona en este momento tiene una serie de herramientas, a nivel catárticas, que le hacen seguir hacia delante. Una de ellas y es muy importante, es el performance. Probablemente, sino la hubiera conocido y no la hubiera utilizado en mi vida, tal y como la utilizo hoy en día, no estaría yo aquí, por lo menos en las condiciones en las que estoy.[11]
La importancia por la búsqueda y cuestionamiento del “archivo personal”, es el retorno desde la pregunta, la memoria, el afecto. La búsqueda por lo que ha quedado oculto, borroso, censurado. Ante la pregunta ¿cuál narrativa [discurso] sobrevive en el relato que contamos de nosotros mismos? También cabria pensar ¿cuántas narrativas se inscriben como destino en el que las escucha, aprende y replica?, ¿cómo borrar el archivo de sí mismo que se ha montado como pura repetición de una voz ajena, del mandato del Otro?, ¿cómo abrirse a la pregunta por la diferencia?.
El concepto de archivo abriga en sí, por su puesto, esta memoria del nombre arkhé. Más bien se mantiene al abrigo de esta memoria que él abriga: o, lo que es igual, que él olvida. No hay nada de accidental o de sorprendente en ello. En efecto, contrariamente a la impresión que con frecuencia se tiene, un concepto así no es fácil de archivar. Nos cuesta, y por razones esenciales, establecerlo e interpretarlo en el documento que nos entrega, aquí en la palabra que lo nombra, a saber el <<archivo>>. En cierto modo el vocablo remite, razones tenemos para creerlo, al arkhé en el sentido físico, histórico u ontológico, es decir, a lo originario, a lo primero, a lo principal, a lo primitivo, o sea, al comienzo. Pero aún más, y antes aún, <<archivo>> remite al arkhé en el sentido nomológico, al arkhé del mandato.[12]
La recuperación del archivo personal de Azcona, es desde el lugar más primigenio, su origen: el cuerpo. Todo cuerpo está agrietado, herido, fracturado de origen. Es límite con el mundo y posibilidad del experiencia con el otro. El cuerpo en conflicto, se transforma todo el tiempo, deviene, reconoce su falta, y donde todo cuerpo- siguiendo a Nancy- “tiene lugar al límite, en tanto que límite: límite – borde externo, fractura e intersección del extraño en el continuo del sentido, en el continuo de la materia. Abertura, discreción […] Un cuerpo es un lugar que abre, que separa.”[13] El cuerpo ¿cuál / qué cuerpo? Pregunta Jean-Luc Nancy: “Éste que os muestro, ¿pero todo <<este>>?, ¿todo lo indeterminado del <<este>> y de los <<este>>? ¿Todo eso? […] Cuerpo es la certidumbre confundida, hecha astillas. Nada más propio, nada más ajeno a nuestro viejo mundo”[14]
La re/presentación de ese archivo-memoria, se hace desde y con el cuerpo, su cuerpo, donde tiempo, espacio y afecto, se ponen en juego, se mezclan, mixturan con lo social, crítico y político. En sus performances la nota biográfica es inevitable, es su origen, pero no se detiene en ese momento, por eso es tan inquietante. Temas como: maltrato, fundamentalismo religioso, biopoder, biopolítica, violencia de género, exploración de temas de carácter sexual y reproductivos, abordajes políticos.
Azcona explora estos tópicos, desde una tesitura personal que se desborda a sí misma. En este quiebre del “límite” del espacio de representación con el “espectador”, provoca una serie reacciones diversas en el asistente que -al no quedar aislado-, es inquietado, cuestionado, confrontado, reconocido, convocado, enunciado. La reacciones son múltiples: abrazos, llanto, aprobación, indignación, rechazo, cuestionamiento por la exhibición pública de su intimidad, acusaciones de promover el maltrato y la crueldad innecesaria, victimización, etcétera.
Es mediante el performance que, el artista, da lugar de re/presentación y acontecimiento a ese pasado -del que evitaba hablar- y que lo había llevado a intentar suicidarse en diversas ocasiones. El pasado como archivo/equipaje que le pesaba, una maleta que debía ser abierta para explorarse y entenderse. La imagen del cuerpo doliente, la crueldad, el desconcierto, la orfandad, la inestabilidad; lejos de convertirlo en un víctima -sin posibilidad de decir por sí mismo-, le ha servido de catapulta para alejarse de este estigma que paraliza. Es desde su cuerpo en conflicto, que hace de la huella primigenia de su infancia, un “destino” distinto.
La historia personal de Azcona, es la pólvora y su cuerpo siempre en constante amenaza de estallar, pero él ya lo anunció, su vida – muerte, también está en relación con su propia obra, no hay finales trágicos. La tragedia ya aconteció con su nacimiento y ahora en control, él decidirá cuando cesará de vivir.
El tiento inicial con el que pretendo avanzar, para explorar el abismo del ser doliente que es el otro, me resulta tenso. La duda y desorientación como invitación al diálogo. ¿Desde dónde escuchar el reclamo del que se anuncia como un ser que muere en todo momento? La afirmación dolorosa y molesta del que no debía haber nacido. Inevitable recordar aquella entrevista a Jacques Derrida, en los albores de su muerte, por Jean Birnbaum: “Alguien, usted o yo, da un paso adelante y dice: Quisiera aprender por fin a vivir […] ¿dónde esta usted hoy en cuanto a este deseo de <<saber vivir>>?”[15] Y la pregunta avanza con la misma impunidad como lo hace la muerte.
La vida, como ese impulso de fuerza, resiste, transitando por el recuerdo de los momentos dolorosos. La felicidad es una bastarda que abandona la escena e incluso parodia su innata resistencia a la muerte. Todo momento es posibilidad de catástrofe. La sobrevivencia, como el impulso más fuerte de vida, arremete en el cuerpo y desplaza, con tal intensidad, que coloca en “estado de suspenso” todo acto de resistencia frente a la posibilidad de muerte.
La escritura como huella, es al mismo tiempo herida física, la desaparición del cuerpo es inevitable. El retorno como fantasma -en la lectura de “otro”- es aquello que se piensa como “continuidad del pensamiento” y -sin embargo- esto no es suficiente para soportar la idea de la vida como muerte. Las acciones de Azcona, parecen “retornar” desde el cuerpo a la escritura. El espectro, puesto en acción, es el reclamo de vida del que ha caminado hacia la muerte. Abel dice que ha dejado de perseguir fantasmas, ahora los representa, los conjura, confronta y exhibe mediante el performance.
La amenaza por la desaparición del cuerpo es inevitable. El retorno del fantasma desde la lectura de “otro”, acontece como pura “continuidad del pensamiento” y -sin embargo- esto no es suficiente para soportar la desaparición. El espectro es el reclamo de vida, de justicia, de enunciación, de resistencia. En este ejercicio de ser “ineducable” en lo que refiere a la sabiduría del “saber morir” ó “saber vivir” Derrida responde: “..la vida es supervivencia”[16]. También es un acto narcisista, de resistencia a la renuncia de lo que se ha amado. Y señala: “Pedirme que renuncie a lo que me formó, a lo que tanto amé, a lo que fue mi ley, es pedirme que muera. En esta fidelidad hay una especie de instinto de conservación”[17] ¿No es acaso lo que le piden a Abel? La renuncia a una búsqueda y exploración, desde su cuerpo, de lo que lo ha fracturado, dejar de preguntarse por la herida fundacional.
La pregunta del “saber vivir” más que llegar a puerto seguro, plantea la condición de vida y muerte que acompaña cada acto, pulsión, afecto, idea. La apuesta por “sobrevivir” es potencia no desprovista de matices de muerte. La vida como recuerdo, olvido y desplazamiento (acaso huella); provoca índices de lo que “hemos sido y acontecido”. Y sin embargo, la duda más intima de hombre, es la que se formula, cuando se abandona una vida en plena conciencia, llegando a la muerte con la radical certeza de no poder decir nada de ese momento.
La muerte, siempre es narrada por un otro. La historicidad del relato se antoja a ficción, mentira que cobija la brutal herida de violencia, opacidad de recuerdos, discontinuidades, arritmia del registro que fractura y escinde un abismo entre: he vivido, he leído, he recordado, he sentido, he dicho. Al final cuerpo: cuerpo signo, cuerpo fragmento, cuerpo historia, cuerpo memoria, cuerpo evidencia, cuerpo de todos. Espectros que demandan lugar, rostros inexactos que amenazan la perfecta narrativa del censo, estadística de ocultamiento, archivos lapidarios que niega al amante, al padre, al hermano, al hijo -y a sí mismo- la posibilidad de narrar la piel, heridas, gritos, afectos, deuda.
¿Qué se recuerda?, ¿para qué “el recordar” de Abel?, ¿qué se decanta en los devenires repetitivos de la voz que siempre cuenta lo mismo?, ¿qué dolor es la deuda que obliga a la memoria a no decaer, no obstante que su condición última sea construir/se, fracturar/se, anudar/se, negar/se y autoafirmar/se una y otra vez?, ¿qué caricia, afecto, dolor, silencio ha escapado a su enunciación?. Abel no quiere callar, le piden que “supere” lo que apenas está configurando y que renuncie a la exploración de aquello que lo constituye: dolor, temor, fractura, deseo. Que abandone, en una falsa aceptación, los pocos y borrosos recuerdos que aún le permiten preguntar por sí mismo, condenarse a la muerte por olvido.
La diferencia que se impone con mayor inmediatez es que la imagen objetiva perdura, mientras que la mental es efímera. Del mismo modo, un recuerdo objeto perdura […] puede perdurar mucho tiempo, hasta millones de años si un vestigio es verdaderamente una especie de recuerdo objetivo […] mientras que un recuerdo “mental” se borra ineluctablemente, y a corto plazo: la memoria viva, la memoria vivida, es esencialmente lo que flaquea, y siempre termina por dejarnos. La muerte no es otra cosa que la borradura total de la memoria.[18]
El olvido como acto de resistencia a un recuerdo que nos acosa, es una emboscada de la memoria, incluso, cuando promete felicidad y destino. La pregunta se manifiesta entonces: ¿Cómo afrontar desde el cuerpo y el performance, aquello que se resiste a ser de-velado? La escucha, la memoria, la enunciación, la relación – e incluso- el silencio, son algunos de los parámetros (si acaso cabe el término) que se pueden entreverar en el ejercicio de “desciframiento” de un código polivalente, dinámico y polisémico. ¿Qué se olvida vs qué se recuerda?. Abel no quiere olvidar, quiere recordarlo, ponerlo en acto-escena, transitarlo, habitarlo, [re]vivirlo.
Azcona afirma “el dolor físico es su cuerpo”, pero del que no se habla es del psíquico, de la subjetividad que no se puede explorar sino es encarando, hablando, recuperando fragmentos de un relato inconexo, confuso, violento. La muerte como una pieza artística, donde la protección a la infancia (su infancia) debería haber acontecido con la autorización para que su madre lo abortara. Al no haber sido así, entonces, seguirá con las piezas que hablen del porqué no debió de haber nacido. Ante la pregunta de si teme a la muerte, responde:
Para mí la muerte es un suceso que vivimos todos los días, entonces, yo estoy muerto desde que nací. Es muy contundente pero he llegado aun momento que, solo que tengo que buscar yo en mi vida es algo que no existe o un atisbo de felicidad para toda la vida, yo creo no hubiera sido una persona feliz nunca […] yo acepto como persona: el dolor, el maltrato y sobre todo que la muerte siempre esté presente […] la muerte no es que sea bienvenida pero la muerte llega.[19]
¿Cómo evitar, controlar, borrar, olvidar ó acaso disimular, archivar, aquello que es inmaterial? La memoria como suma de recuerdos, imágenes, sensaciones, apariencias, huellas desgastadas, desgarraduras anímicas, registro caótico, fragmentado, anacrónico. Posiblemente, el vínculo, la empatía con la comunidad de mortales y dolientes sea un inicio.
En sus acciones, el tránsito cada vez es menos en solitario y más colectivo. La suma de otros dolientes, el encuentro con otras búsquedas, el llamado desde otros cuerpos y voces. La infancia ha sido un punto detonante de su obra. Proyectos como “The Shadow”[20] hablan de la vulnerabilidad infantil y de cómo esta primer violencia – transgresión, puede destruir o ser potencia[21] generadora de un ser crítico, de una forma de resistencia y demanda. Aquí veo potencia donde otros se obstina en pensar en Abel como una víctima, yo apunto por alejarlo de esta consideración y pensarlo como el que pregunta no solamente por el daño, sino por el qué hacer después[22]. Él lo ha hecho y es hacerse responsable de sí mismo, del daño y del impacto del mismo en su vida de adulto. El performance es parte de estas “herramientas” de catarsis y trasgresión para enunciar el daño y lanzar la pregunta.
La imagen del juego, que se podría plantear desde el uso del columpio, aparece como posible lugar de suspensión y apertura al decir del otro. El juego como estrategia política y territorio de representación, donde, “hacer”, des-hacer”, “dramatizar”, “aligerar” e incluso “re-presenta” imaginarios, violencias, saberes y memorias, que se accionan en el espacio de la posibilidad que llamaremos escenario /cuerpo.
Lo que se acciona en el juego, son todas las potencias del cuerpo en desdoblarse hacia otro/s (personaje), un tiempo/s (ser adulto, bebé), un espacio (orfanatos, casas de acogida), trama/s (el abandono, la prostitución, los abusos) El impacto que genera la suma de todos estos elementos acontecen en su cuerpo. El poder de “la puesta en escena”, cita a la imaginación en un “otro” territorio, desplazamiento que da paso al afecto, al impacto, a la solidaridad y la infinita gama de emociones que re-crea la acción ó narración de la que se es testigo.
En sus performances Azcona convocan a las narrativas disidentes, oratorias que citan a la indisciplina, representaciones que desenmascaran lo que ficcional, realidad desnuda de artificios que se oculta –devela, retando su posible borramiento. El escenario político como una puesta en escena que es mirada, pensada, desnudada, representada, con y desde, la pregunta que cuestiona las narrativas de violencia, abusos y juegos perversos que resistimos –acaso dudamos- jugar sin que algo se inscriba como experiencia.
En piezas como Juegos de Cama[23], Someone Else[24], VOYEUR[25], Seven days without victoria[26], “Empatizando” con mi madre biológica, “La Calle” [27] Empathy and prostitution[28], se somete a una terapia de hormonas para adquirir una apariencia más femenina. En Colombia (Bogotá) busca la asociación con prostitutas transexuales del barrio de Santa Fe -considerado como un de los más peligrosos del mundo-, donde le enseñaron a ocultar su pene, caminar en tacones, maquillarse, usar postizos, beber sin emborracharse, robar, etc. Ejercicio de memoria, cuerpo y afecto, que retorna al lugar de vida de su madre. En esta acción experimenta desde su cuerpo, la dureza de vida, violencia, marginación -y exclusión- que vivió su madre. Esta performance la repetiría en Madrid; en la Bienal de Houston, México y otros lugares.
Nací de una madre que la ejercía, y fui gestado en un intercambio económico-sexual. Posteriormente, a lo largo de la infancia y en mi adolescencia, siempre me ha acompañado de diversas formas. Gran parte de mi obra personal está marcada por esta herida, y es una investigación en primera persona. Primero mantuve relaciones no completas en un barrio de Madrid, posteriormente realicé mi proyecto ‘Empathy and Prostitution’ en Bogotá, Madrid y Houston. Pero tenía la sensación de que al ejercer en espacios de confort, como un museo o una Galería, el proyecto no podía implicar la empatía real que yo buscaba con mi propia madre en ese día de mi gestación. Hace tres años localicé a mi madre biológica, y ella me contó que era incapaz de empatizar conmigo. Porque no me gestó con amor, me gestó por dinero y por accidente y además no se le había facilitado el abortar por la situación de las madres solteras en los años ochenta. A partir de ahí decido, ya que ella no lo puede hacer conmigo, intentar empatizar yo con ella. Este tercer proyecto donde la prostitución es la protagonista debía ser más real, debía sentirme exactamente como se sentía ella. Salir a la calle[29].
En la versión presentada en Madrid en artista “se vende” o es usado por la cantidad de cien pesos colombianos, un euro o un dólar por 3 minutos. En este tiempo de intercambio sexual, el comprador puede hacer con él lo que quiera. El cuerpo de Azcona como propiedad y mercancía de uso de su comprador – consumidor. El artista – objeto accionado por el espectador – actor, en una acción donde la empatía será hacia la madre del artista, ausencia – presencia en la acción.
Los performance orientados a temas de género son frecuentes: My Body Rules[30], Habitación, Leather Memory, Fourteenth week, Walking, donde coloca su cuerpo en diálogo con la sangre menstrual y el derecho al aborto como posibilidad para niños que como él, no son deseados, evitando que tengan una vida de maltratos. El vínculo de su obra con la muerte, el duelo, afecto y maternidad son presentes en performance como: Feed me[31], PESESHKEF[32], No deseado[33], Biological meeting[34], Vaginas Anónimas[35], Útero[36], Umbilical, Pain, Mother Earth, Trash me, Caída y recuperación, Giving Birth, Healing ties with others.
Este retorno al origen, la figura de lo materno, siempre es contradictoria, dolorosa. En acciones como “Útero” pieza que ha evolucionado desde el 2012 hasta 2014. La placenta como el lugar mítico de nacer, de los cuidados primarios, del vínculo como materno, es la cueva llena de tóxicos, asfixiante, amenazante con la figura del aborto, imágenes que son reflejo de la vida familiar del Azcona, como él cita: “En Útero los espectadores temen por mi vida, irónico, ya que en mi vida real, en mi placenta real, nadie temió por mi vida, y hasta me dejaron nacer, con mis marcas, con mis heridas”[37]
Los temas vinculados con la religión siempre son del campo crítico y político, donde los cuerpos se presentan subversivos. Abel Azcona en acciones como: Seropositive[38], Week Rental[39], WINING HORSE[40], Confinement with Regina, Sacrament, AntiBasque, Accionarar, Telling stories with body, Eating Koran, Water: In Door, Silence, Oil, The Rain Dance, Innocent way. Propone una estrategia visual compleja que confronta, denuncia y visibiliza lo violento cotidiano, la secrecía, los quiebres morales, incluso, los daños ecológicos provocados por las practicas humanas.
Si bien Azcona afirma que sus performances no tiene una finalidad terapéutica, y confronta toda posibilidad pedagógica, sí considera que son catárticos y recursos de búsqueda de su identidad en acciones como: Confinement In Search Of Identity[41], Black Hole, Confinemetn in search of identity, Dark Room: Confinement in search of identity, Dialogues in action , I´m lovin it, Personality disorder, Self-punishment.
El cuerpo en la obra de Abel Azcona es el escenario de re/presentación, lugar del acontecimiento donde: memoria, duelo, afecto e identificación, aparecen en la compleja relación entre perceptor- performance- receptor. El lugar a la pregunta acontece: ¿Qué hacer después del daño? ¿dónde queda el perpetrador? ¿el que mira qué corresponsabilidad tiene? Los performances de Azcona son el lugar de posibilidad –incluso- de lo indecible, espaciamiento para la memoria, el duelo y la pregunta por las violencias.
El cuerpo siempre anuncia develar un secreto, que habla del mensajero, explorando los secretos de su más profunda intimidad. Toda lectura del otro tiene una condición caótica, sin límite, sin posibilidad de hacerlo propio, solamente queda apreciar los restos, residuos que no son de fácil de comprensión y que se resguardan como misterio.
El que escucha o es testigo, tendría que estar dispuesto a la apertura, del que contempla el secreto, actos, palabras que se mezclan con visiones y espectros de memoria, confundidos por la escucha de un orden de naturaleza inaprensible, la dureza de lo viviente.
¿Cuál es el tono con el que se invoca o se habla al destinatario? La idolatría del pensamiento, es un problema que no se libra con la secularización del mismo. La verdad del secreto revelado, camina por un laberinto lleno de enigmas, espejos, rutas que no llevan a ningún sitio, falsos guías, hilos de oro que terminan por adentrarnos en el caos. La palabra, ley y destino, caminan buscando esa escucha y esa habla que les permita manifestarse –acaso transitar- con claridad, pertinencia, poética, fin y verdad.
La apuesta de la acciones de Azcona -desde mi perspectiva- apuntan al porvenir. La narrativa que plantean algunas de sus acciones han sido consideradas como pesimistas, incluso apocalípticas; sin embargo, lo que anuncia es el presente del por-venir como acontecimiento de un presente manifiesto. El decir desde el cuerpo en acto como mensaje-mensajero-secreto, que no tiene dirección, ni sentido concreto, su condición es detonar la pregunta.
Toda representación o enunciación del dolor, es el misterio que reclama un mensaje sin destinatario, cuya ruta es múltiple, indeterminada, constante e inexacta. El encuentro, ha de ser desde el pliegue que como condición de posibilidad, pero siempre abismal. El desenmascaramiento del pensamiento, es el ejercicio de reconocimiento de la “clave” que permita descifrar el pensamiento como código y que burle la censura, para que su voz convoque al que espera ser llamado.
La religión será otro de los temas álgidos en los performances de Abel Azcona, específicamente en “Eating a Koran”[42] y “Amén”[43]. Los ataques, acusaciones de blasfemia, profanación, amenazas de muerte, juicios legales, me invita a pensar esta pieza desde Nietzsche. La crítica [crisis] en la que se hace evidente los abusos constantes por casos de Pederastia, coloca la acción de Abel en el terreno de lo que siendo conocido, no se puede enunciar. El control y complicidad en la secrecía de este tema, hace que una pieza tan sencilla, sea tan inquietante.
En este lugar no hay víctima, no es un cobrador que reclama el pago por el daño. Lo que miro, es un cuerpo que se posiciona –solitario- frente a un momento de su vida. La libertad de expresión, la crítica al fundamentalismo religioso, la exploración desde el arte como herramienta crítica, son algunos de sus argumentos.
Creo en la libertad de expresión, la provocación y la libertad artística para expresarme libremente y seguiré haciéndolo hoy, mañana y siempre. Creo en el arte como herramienta crítica y muy importante para crear debate sobre la política de identidad. Desde que empecé a utilizar el arte como herramienta de expresión acepto las críticas pero no van a cambiar en ningún momento mi forma de pensar y de trabajar, es más las amenazas me aclaran mi camino, y sé que estoy en el correcto. por eso seguiré utilizando el arte como arma crítica para quien quiera sentirlo y escucharlo.[44]
El hombre esta solo, con dudas, oprimido por sus ideas y en eterna deuda con su origen. El hombre camina como ciego, guiado por voces que le confunden, olvidando su propio instinto, entregado a una exterioridad que le pone trampas. Y el camino recorrido, siempre es el mismo. La rutina da una certidumbre, una seguridad que atrapa, que aleja del miedo, ese temor de andar lo desconocido, de cantar nuevos himnos, dudar de las palabras.
El que sigue fiel y disciplinadamente su “destino” y cumple con el “mandato” es – para Nietzsche- un hombre frío, muerto “con las entrañas heladas”[45] En este tenor el dolor es calor, es la llama que despierta al hombre, que agita al cuerpo. Y cita: “Sólo el gran dolor, en tanto maestro de la gran sospecha, es el último liberador del espíritu…”[46] Y este estremecimiento, no es para ser “mejores”- va más allá de tal liviandad-, la premisa es que “nos hace más profundos”[47] Y es el mismo sentimiento del que regresa de un profunda enfermedad, del que con el cuerpo sano e integrado como una totalidad, ha recuperando la confianza en la vida, antes vista como enfermedad y problema. Y afirma:
Que no quede por decirse, por último, lo más esencial: se sale de tales abismos, de tan grave enfermedad, incluso de la enfermedad de la grave sospecha, de nuevo recién nacido, con la piel mudada, más sensible, más malicioso, con un gusto más sutil para la alegría, con una lengua más delicada para todas las cosas buenas, con sentidos mas placenteros, con una segunda y más peligrosa inocencia en la alegría, también, al mismo tiempo, más infantil y cien veces más refinado de lo que se había sido nunca.[48]
La imagen del hombre como un “reloj de arena” que se vacía y se llena, mira lo recorrido y entiende el infinito del que viene, de lo que es y le falta caminar. El vigor del renacido es potencia le nutre de fuerza intelectiva y de vida, la verdadera vida, esa llena de incertidumbre, dolor, rituales, sin dioses, maestros, ni saberes que dejan sean las flechas que señalen el camino, donde el mandato es por la entrega total hacia la vida y la muerte: el llamado del dios Dionisos y Apolo. Es el estado de éxtasis, donde el artista, liberado de la esclavitud de su voluntad y espíritu, sabe que esta en “su estado `más natural´, es decir: su libertad para ordenar, establecer, disponer y plasmar las cosas en los momentos de inspiración[…] algo por lo que vale la pena vivir en la tierra, como la virtud, el arte, la música, la danza, la razón, la espiritualidad, algo transfigurado, refinado, loco a la vez que divino”[49]
El que libre de espíritu mira al mundo y lo comprende de forma distinta, donde su instinto se activa, reconociendo la diferencia entre lo que “se cree” y lo que la razón conoce. Y este saber –como sabor- incluso permite detectar el veneno de las falacias, los discursos de los falsos maestros, las retóricas vacías de contenidos y llenas de bellas formas. Y en donde el APRENDER transforma, alimenta. Y aún así, advierte, se debe recordar la naturaleza instrumental de la razón y la ciencia el lenguaje que sostiene su mentira. El mandato será, derrocar a los que se llaman así mismos maestros, en donde cada uno deberá ser dueño de su deseo y conocimiento, de su voluntad de saber
Los performances de Azcona son su vida misma, inquietudes, obsesiones, miedos, deseos, que transmutan en el escenario del Arte. El que es hostil al arte es, en esencia, hostil a la vida, donde “…toda vida se basa en la apariencia, en el arte, en el engaño, en la óptica, en la necesidad de lo perspectivístico y del error”[50] Y siendo este el principal recurso empleado por el cristianismo, será el principal ingrediente de este festín religioso que “..hubo que recordarle al hombre su “mala conciencia de origen”, su deuda, el dolor de sí y hacia sí mismo, separando y aniquilando cualquier posibilidad de reconciliación con su parte instintiva, animal, promueve un proceso de interiorización del hombre, donde:
… únicamente con esto se desarrolla en él lo que más tarde se denomina su `alma´. Todo el mundo interior, originariamente delgado, como encerrado entre dos pieles, fue separándose y creciendo, fue adquiriendo profundidad, anchura, altura, en la medida en que el desahogo del hombre hacia fuera fue quedando inhibido[…] hicieron que todos aquellos instintos del hombre salvaje, libre, vagabundo, diesen vuelta atrás, se volviesen contra el hombre mismo.[51]
La religión y la moral serán, desde el lugar de lo sagrado y de la ética, los que demandarán del hombre una actitud, un compromiso, una entrega. La noción del rebaño y del pastoreo, presentes en la crítica del Nietzsche al hombre que se entrega a su “pastor” replicando lo que le dice y siguiéndolo sin pensar/(se). La deuda y la culpa, estrategias de introyección de la ley – acaso sistema de vigilancia y dominio -a distancia- que servirá para controlar al hombre, eterna promesa de un “deber ser” y, nunca un ser completo, siempre en falta, siempre en carencia, acreedor a quién “…se le concede como restitución y compensación, una especie de sentimiento de bienestar […] a quién le es lícito descargar su poder, sin ningún escrúpulo […] participa de un derecho de señores”[52]
¿Qué de la persistencia en las acciones a Abel desde el afecto y la memoria juegan como posibilidades de enunciación, pero también como límites? ¿qué pregunta es la que puede desprenderse desde es cuerpo herido, huérfano pero también que pregunta, se pregunta frente a su propia catástrofe?. En contra de la idea hombre sujeto a la memoria, y su “deber” como único sentido de vida. Aquí no se trata de olvidar, la apuesta por recordar desde el cuerpo, la experiencia de vida.
En las piezas de Abel Azcona, la pregunta por su historia personal, anuncia la búsqueda de la propia genealogía, la apuesta por revelarse al supuesto origen, derrumbarlo, trascender desmontando toda idea de un destino fijo que se cuenta desde una historia monolítica que le narra como un hecho, un ser dañado, destino determinado de origen. El residuo social. El pasado y el presente se vinculan como paredes que aprisionan al que intenta preguntar por el futuro y recuerda el sacrificio original. Mirar al futuro para enfrentar la impagable deuda que le espera o para desestimarla.
En sus acciones Azcona no parece olvidar de la potencia creativa de todo ser que ha nacido para saber. El hombre creador, se crea a sí mismo, es un artista por naturaleza, esa es su naturaleza. La enfermedad, también es dimensión y experiencia compleja de vida que resiste abandonar. Por eso pregunta, explora, quiere saber de sí mismo. Desde el discurso médico, Abel recupera los distintos diagnósticos con los que ha sido clasificado, etiquetado. Lo interesante, es la forma en la que vincula ciencia y el arte, como algo que no esta separado del hombre, de la vida, y de su experiencia de mundo.
Los mismos parámetros que pueden regir, limitar -e incluso- condicionar la vida misma de los hombres, como “síntoma”. En muchas de sus acciones, el rostro e historia que aparece no es el del artista, son los otros, los que han sido excluidos, silenciados, incapaces por el daño de hablar con voz propia, de representarse desde otros escenarios como no sean los del diagnóstico. Mirar la vida desde la ciencia, la ley y los discursos estructurantes que se autoproclaman como paradigmas de verdad, es mirar lo humano y al ser doliente, desde el parámetro que limita, constriñe, cataloga y terminará por alienar; matar la potencia creativa e intelectiva del hombre, en el gradual proceso de eliminar la duda, la incertidumbre y con ello la vida misma. La vida como experiencia dolorosa, de construcción y destrucción será lo trágico de la vida, pero también es condición de posibilidad:
El éxtasis del estado dionisíaco, con su aniquilación de las barreras y límites habituales de la existencia, contiene mientras dura, un elemento letárgico en el que se sumergen todas las vivencias personales del pasado. Quedan separados entre sí por este abismo del olvido, el mundo de la realidad cotidiana y el mundo de la realidad dionisíaca. Pero tan pronto como la primera vuelve a penetrar en la conciencia, es sentida en cuanto tal con náusea […]. En este peligro supremo de la voluntad, aproximase a él el arte, como un mago que salva y que cura: únicamente él es capaz de retorcer esos pensamientos de náusea sobre lo espantoso o absurdo de la existencia convirtiéndolos en representaciones con las que se puede vivir.[53]
La inquietud artística en las acciones de Azcona va más allá, incide constantemente en la aparente simplicidad y naturalidad con la que algunos discursos, pretende dar cuenta de la complejidad de lo humano, más aún, del sufrimiento humano. En la actualidad la sociedad del rebaño racional y de la vigilancia, del control, ubica al hombre como un sujeto que sujetado, dócil, acrítico, pasivo y replica los modelos discursivos heredados por la ciencia, la academia, la iglesia y todas las formas pastorales de guía y sumisión.
El filósofo, el hombre sabio y el artista, se mirarán desde lugares distinto, el primero en la luz del reconocimiento y el hombre en la obscuridad del anonimato que le exige el retorno al sí mismo, del que sabe tomar riesgos, que a diferencia del filósofo que actúa desde a razón, el hombre es dirigido por el impulso de la pasión. El hombre libre es que el se arroja, el que arriesga, el que toma su voluntad como motor de saber.
Enseñar al hombre que su porvenir es su voluntad, que es tarea de una voluntad humana preparar las grandes tentativas y los ensayos generales de disciplina y de educación, para poner fin a esta espantosa dominación del absurdo y del azar que se ha llamado, hasta el presente, ‘historia’; la falta de sentido de ‘las mayorías’ no es más que su última forma. Para realizar esto es preciso un día una nueva especie de filósofos y de jefes cuya imagen hará parecer sombríos y mezquinos todos los espíritus disimulados, terribles y benévolos que ha habido hasta el presente en la tierra.[54]
La novedad, la utilidad y la nobleza, serán las nuevas narrativas que constituirán el deseo de los individuos, que solitarios, buscan encajar, cuestionan su vida desde la utilidad y olvidando la libertad, la soledad como mirar al mundo con ojos propios y la voz como el hablar desde sí mismo y silenciar. El asunto es que Abel Azcona busca ser inactual, sabe que no “encaja”, que el retorno constante a sí mismo es abismal, doloroso, pero que aún lo sostiene en la vida.
Todos nos “ocultamos”. El cuerpo se nutre de fracasos, también deviene en aprendizaje. La extensión y variedad de afectos, que el cuerpo manifiesta (desde el movimiento) aparecen como afectación que estremece. La herida aglutina los fragmentos rotos. ¿Cómo hablar de ellos y de la fuerza que se despliega? El cuerpo fija una trayectoria y -en tanto la inicia- se da cuenta de su imposibilidad. Y sin embargo, aún, algo se manifiesta. ¿Qué se ha dicho, escrito he inventado del cuerpo sino una pura ficción que sostiene el relato?, ¿cómo hacer que el cuerpo tenga “sentido” y poder hablar desde ese lugar?, ¿tiene que tener “sentido” y no será, acaso, que la carencia del mismo sea su posibilidad?, ¿la escritura podrá hacerlo, ser territorio para enunciarlo?. La palabra y la experiencia de cuerpo se separan, donde, lo que se dice carece de contenido y los actos de veracidad son simples apariencias debilitadas, ausentes.
El cuerpo en la obra de Azcona, también deviene como un índice que explora las posibilidades de su enunciación. El conflicto apertura, acentúa la grieta, permite la filtración, la exhalación. El afecto es grieta honda, dolorosa, llena de goce que es deleite. La [a]grieta apertura al otro y -al mismo tiempo-separa en un juego del adentro/ afuera. Un lado y el otro.
El cuerpo tiene matices de los que no puede dar cuenta la razón, escapa de todo aquello que intenta envolverlo en discursos y regresarlo como concepto. El cuerpo reserva un misterio, que puede ser decodificado y para ello, invita a desmontar todas las narrativas previas, heredadas. La compleja estratigrafía de registros que lo sepultan, encriptan y compartimentan, se hacen presentes en forma de historia, nuestra “novela familiar” formada por esa sucesión de relatos – ficción, que nos acompañaron como paradigma de verdad, mitologías, memorias ajenas -ahora engañosas- de las que se duda su veracidad y pertinencia. El ser herido también resguarda un secreto, un enigma, eso es lo impenetrable.
La piel expresa en la forma de la cicatriz, un punto limítrofe entre un pasado que ha dejado huella, un presente que mira esa marca tratando de transformarla y un futuro que es lo que está por venir. La herida tiene un orden de representación de eventos que –temporalmente- se distienden durante el proceso de recuperación. El presente siempre está alterado por esa grieta supurante del cuerpo que intenta “cerrarse”, [re]hacerse.
La relación del cuerpo con lo otros es un [ex]ponerse, posiblemente por eso, siempre la empatía es en sí misma, imposible, la demanda del vínculo, inabarcable, la cercanía y presencia del otro, abrumadora.
Algo del otro siempre resulta espectral y confronta, no se manifiesta en su totalidad, indefinido escapa, es la presencia de una ausencia. Toda búsqueda de sentido es espectral. La palabra es provocadora, convoca la diferencia, abre mundo. Pensar el cuerpo, como una suerte de simulacro, montaje de discursos que se estructuran como imperativos. ¿Y qué tal que no se busca el encuentro sino más bien de [des]encuentro? La distancia como posibilidad de sostener la fuerza del otro.
Retorno a mi pregunta de origen, donde Si partimos de la idea del cuerpo como un depósito de recuerdos, archivo, donde las impresiones sensibles quedan grabadas desde una grafía que se anuncia como un misterio, como algo aún ilegible, suma de escrituras que se amontonan, entrelazan, distorsionan. ¿Cómo conocer, escribir, leer, aproximarnos al decir de Abel Azcona? Acaso sea el momento de dar un paso y habla con voz propia, decir el saber y la ignorancia que nos anteceden, deleitarse con lo discontinuo que ha de ser narrado, aprender de la fractura, de la grieta; la pregunta por el dolor, reivindicando el lugar del duelo, la importancia de repensar la empatía con el sufriente, el herido, todo el que se atreva desde el temblor de la propia catástrofe a decir con fuerza “ que sabe de la herida y reconoce la cicatriz como potencia de vida.
FUENTES CITADAS
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________________. DERRIDA, Jacques & Bernard Stiegler. “La imagen discreta” en: Ecografías de la televisión. Entrevistas filmadas. Buenos Aires: Eudeba Ed., 1996.
LISPECTOR, Clarice. “APRENDIENDO A VIVIR” en: Revelación de un mundo. Argentina: Adriana Hidalgo Ed; 2008. 3ª reimp. (Col. Narrativas)
NANCY, Jean-Luc. Corpus. Madrid: Arena Libros, 2003. 1ª ed
NIETZSCHE, Friedrich. El nacimiento de la tragedia. España: Alianza Editorial, 2000 (Biblioteca Nietzsche, El libro de bolsillo. Biblioteca de Autor.
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ENTREVISTAS
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BERNAL, Fernando. “Abel Azcona: el artista que se hormonó para prostituirse como trasvesti” en: VICE, Enero 14, 2015. Fuente: http://www.vice.com/es/read/abel-azcon-la-calle-654 [Consultado el 26/11/2017]
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CREADORXS. Conoce a ABEL AZCONA. Documental. Neurads. Publicado el 21 de mayo del 2018. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=g3NqmXrGW5c [Consultado el 06/07/2018]
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CONFERENCIAS
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PÁGINA DE ARTISTA
AZCONA, Abel. Página de artista. Fuente: http://www.abel-azcona.com / NOTA: Esta página quedó inactiva para la fecha del presente escrito, pero por cuestiones de citas, autoría y referencia metodológica, se cita a lo largo del texto.
AZCONA, Abel. Página de artista. Fuente: https://www.abelazcona.art/ (ACTIVA)
[1] Derrida, Jacques. “Llevar el duelo. Derrida como un niño” en: Aprender por fin a vivir. Entrevista con Jean Birnbaum. Buenos Aires: Amorrortu Ed.; 2007(Col. Nómadas A) Pág. 15
[2] NIETZSCHE, Friedrich. “Prólogo” en: La genealogía de la moral. Un escrito polémico. España: Alianza, 2011 Pág. 26
[3] GARCÍA, Óscar. Entrevista a Abel Azcona. Artist Interviews. (Entrevistas, Performance). 29, marzo, 2013 Fuente: http://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/entrevista-a-abel-azcona/
[Consultada el 26/11/2017]
[4] SERRES, Michel. “El sentido Común” Apartado del Cap. I: Velos, en: Los cinco sentidos. Ciencia, poesía y filosofía del cuerpo; Trad. María Cecilia Gómez B. México: Taurus, 2002 (Col. Pensamiento) Pág. 96
[5] The Shadow / La Sombra (2015 – 2016) es un proyecto artístico gestado en Pamplona (ciudad natal de Azcona). La pieza es un puente de denuncia y visibilidad del abuso, prostitución, pederastia y maltrato infantil. La mayoría, vinculados a la Iglesia Católica. Fuente: http://www.abel-azcona.com/the-shadow [Consultada el 02/ 09 /2015] Video: https://vimeo.com/239693604 [Consultado el 10/06/2018]
[6] Visibles (2014 – 2015) es un proyecto expositivo y performativo que expone un ejercicio de memoria, escritura y denuncia de abuso sexual a 24 personas, víctimas del abuso sexual. El proyecto se realizó en Colombia con al colaboración de la artista Paola Rojas. Fuente: http://www.abel-azcona.com/visibles [Consultada el 02/ 09 /2015] y https://www.facebook.com/abelazcona/posts/1005809969449050 [Consultado el 19/06/2018]
[7] El tráfico de niños para la venta de órganos, prostitución y esclavitud es una de las prácticas que se esconde tras el rostro de la adopción ilegal, clandestina y oficial. Estrategia de guerra y de intimidación. Fuente: http://www.abel-azcona.com/the-adoption [Consultada el 02/ 09 /2015]
[8] La herida original o primaria es el nombre psiquiátrico que se ha dado a los menores abandonados al nacer, es una herida psicológica que acompaña toda la vida al menor que ha sufrido abandono o maltrato. Abel Azona Véase: http://lebastart.com/2017/01/abel-azcona-la-empatia-como-materia-artistica/abel-azcona-primal-wound-neebex-gallery-photography-viviana-cardenas/ [Consultado el 03/05/2018] / Video: https://www.youtube.com/watch?v=ka1sPAfxjDs [Consultado el 03/03/2018]
[9] Performance que aborda el tema del robo, explotación y tráfico de niños y su vínculo con la religión y la iglesia mediante sus representantes. http://cargocollective.com/abelazcona/let-the-little-children-come-to-me [Consultado el 11/12/2017]
[10] ROIG, Anna, “Siempre de construido desde mí como desecho y seguiré haciéndolo” en: ANORMALMAG. 02/09/2013, Fuente: http://www.anormalmag.com/entrevistas/abel-azcona/#_ [Consultado el 26/11/2017]
[11] Transcripción de un fragmento de la entrevista de la Colección de Arte Africano Arellano Alonso. Uva. Publicada en 18 marzo del 2014. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lbx7xaPnJsI [Consultado el 26/11/2017]
[12] DERRIDA, Jacques. Mal de Archivo. Una impresión Freudiana. Argentina: Editorial Trotta, 1997. Pág. 10
[13] NANCY, Jean-Luc. Corpus. Madrid: Arena Libros, 2003. 1ª ed. Pág. 17
[14] Ibíd., Pág. 8
[15] DERRIDA, Jacques “Entrevista” en: Aprender por fin a vivir. Entrevista con Jean Birnbaum. Buenos Aires: Amorrortu Ed.; 2007(Col. Nómadas A) Pág. 21
[16] Ibíd. P.23
[17] Ibíd. P.29
[18] DERRIDA, Jacques & Bernard Stiegler. “La imagen discreta” en: Ecografías de la televisión. Entrevistas filmadas. Buenos Aires: Eudeba Ed., 1996. Pág. 181
[19] Transcripción de un fragmento de la entrevista de la Colección de Arte Africano Arellano Alonso. Uva. Publicada en 18 marzo del 2014. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lbx7xaPnJsI [Consultado el 26/11/2017]
[20] Véase nota núm. 5
[21] La idea de vulnerabilidad como potencia la retomo de la siguiente referencia. BUTLER, Judith. Vulnerabilidad y resistencias revisitadas. Conferencia Magistral. México: UNAM. Dictada el 23/03/2015. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=eU8fqEPdDFo [Consultada 26/11/2017]
[22] En este apartado me ubico en el la propuesta del daño en el sujeto del perjuicio, referida en ASSOUN, Paul. El perjuicio y el ideal. Argentina: Nueva visión, 2001.
[23] Juegos de Cama (2014) Es una acción lúdica, que se desarrolla en un Hotel de Bogotá. Azcona desnudo juega en y con la cama, al tiempo que es registrado su juego y él invita con su mirada a la participación de la acción. Fuente: http://www.abel-azcona.com/juegos-de-cama [Consultada el 02/ 09 /2015]
[24] Someone Else (2015) Acción en la que Azcona se mantiene desnudo en una cama a la espera de los visitantes que les interese participar con él, besos, caricias, felaciones, ocurre, Al final, él se lava los dientes, el cuerpo y regresa a su posición de espera. Fuente: http://www.abel-azcona.com/Someone-Else [Consultada el 02/ 09 /2015]
[25] VOYEUR (2014) surge de la búsqueda de Azcona por entender su incapacidad para establecer vínculos afectivos y sexuales permanentes. Para el proyecto convoca voluntarios y profesionales en el campo de la prostitución y la pornografía, para tener relaciones sexuales por primera y última vez. Fuente: http://www.abel-azcona.com/voyeur [Consultada el 02/ 09 /2015]
[26] SEVEN DAYS WITHOUT VICTORIA. Nuevamente el tema de la prostitución como vínculo materno. Fuente: http://www.abel-azcona.com/seven-days-without-victoria [Consulta el 02/07/2015].
[27] En una entrevista Azcona comenta como en este performance, un joven en silla de ruedas, se recostó su lado y le dijo que se quería suicidar. Este comentario le impactó tanto al artista que aún lo tiene presente. Fuente: ERENAGA, Amaia. “ABEL AZCONA” en: ZAZPIKA. Fuente: http://www.donostiartean.com/wp-content/uploads/2014/04/Entrevista-a-Abel-Azcona.pdf [Consultada 01/09/2015]
[28] EMPATHY AND PROSTITUTION (2013) El artista como objeto es “comprado” por 3 minutos, el cambio puede ser sexual o de cualquier tipo. La búsqueda es por la empatía con el recuerdo de su madre que ejercía la prostitución. Fuente: http://www.abel-azcona.com/empathy-and-prostitution [Consultada el 02/ 09 /2015] Para ver el vídeo: https://vimeo.com/89459627 [Consultada el 26/ 11 /2017] / https://lasdisidentes.com/2015/10/09/abel-azcona-empathy-and-prostitution/ [Consultada el 01/03/2017]
[29] BERNAL, Fernando. “Abel Azcona: el artista que se hormonó para prostituirse como travesti” en: VICE, Enero 14, 2015. Fuente: http://www.vice.com/es/read/abel-azcon-la-calle-654 [Consultado el 26/11/2017]
[30] My Body Rules. (2013) En este acción Azcona recorrió las calles de Pamplona, rapado y sin cejas, cubierto de sangre menstrual donado por 10 mujeres navarras, vestido con ropa interior femenina. Fuente: http://www.abel-azcona.com/my-body-my-rules [Consultado el 02/07/2015]
[31] Feed me / Aliméntame (2014) partiendo de su conflictiva relación con su madre, retoma la imagen de la leche como metáfora de la lactancia, primer contacto de afecto y supervivencia del niño con su madre; relación negada e inexistente para el artista. Como el lo refiere, es la experiencia de su “no-lactancia”. Fuente: http://www.abel-azcona.com/feed-me [Consultada el 02/ 09 /2015]
[32] PESESHKEF (2014) es un proyecto de Abel Azcona y Paola Rojas en la ciudad de Bogotá en el mes de Noviembre 2014. La acción propone un vinculo de piel entre los artistas, la idea de la maternidad clandestina y de comercio, la gestación y el parto. El uso de objetos quirúrgicos es la cita aun ritual egipcio que usaban una herramienta, llamada peseshkef para cortar los cordones umbilicales, posteriormente se usaría, también, en las ceremonias de momificación. Fuente: http://www.abel-azcona.com/peseshkef [Consultada el 02/ 09 /2015]
[33] No deseado (2014) Es una exposición que reúne algunas de sus obras desde el 2004. La propuesta es la idea del aborto como opción a todos los niños 2no deseados” como fue su casi, denunciando que por una actitud moralista o y puritana, los niños son entregados a casa de tránsito y orfanatos donde sufren todo tipo de violencias y vejaciones. Fuente: http://www.abel-azcona.com/no-deseado [Consultada el 02/ 09 /2015] / Video: https://www.youtube.com/watch?v=ka1sPAfxjDs [Consultado el 05/05/2018]
[34] Biological meeting (2014) Acción en la que entra en contacto con una mujer embarazada, intercambiando una serie de mitradas y aproximaciones al tema de lo materno, en su caso ausente. De igual forma para esta acción y la de No deseado, se invitan a personas provenientes de escenarios de violencia infantil. Fuente: http://www.abel-azcona.com/biological-meeting [Consultada el 02/ 09 /2015]
[35] Vaginas Anónimas (2014 – 2015) Es un proyecto fotográfico con diez mil mujeres voluntarias para fotografías su vulva y vagina. Este registro refiere el anonimato de la madre de Azcona y su renacimiento en la identificación con otras vaginas. Fuente: http://www.abel-azcona.com/anonymous-vaginas [Consultada el 02/ 09 /2015]
[36] Útero (2012 – 2014) Acción en partes. Es una acción que cuestiona el lugar del útero como el espacio de protección del feto, el líquido amniótico, el vínculo materno, todos conflictivos y contradictorios, asfixiantes, en la vida de Azcona. Fuente: http://www.abel-azcona.com/utero [Consultada el 02/09/2015] Para ver el video: https://vimeo.com/88347948 [Consultada el 26/ 11 /2017]
[37] AZCONA, Abel. Útero. Página de artista. Fuente: http://www.abel-azcona.com/utero [Consultada el 10/08/2015]
[38] Seropositive (2015) Abel Azcona se recuesta en las piernas de 4 participantes mientras le tatúan los nombres de Keith Haring, Rudolph Nureyev, Freddy Mercury, Robert Mapplethorpe, Foucalt. Todos muertos a causa del VIH.
[39] Week Rental (2015) Crítica a Estados Unidos y su política hipócrita de prohibición de drogas, desnudo, prostitución, siendo que es uno de sus principales promotores. La acción consiste en la renta de 7 artistas del performance que convivirán con Azcona trastocando y compartiendo todo tipo de prohibición. Fuente: http://www.abel-azcona.com/week-rental [Consultada el 02/09/2015]
[40] WINING HORSE. (2013) Los roles sexuales, la sumisión, el sadismo y otras forma de manifestar el deseo, son retomada por Azcona que espera pacientemente ser montado por un voluntario. La obra parte de la propuesta de Freud de la sexualidad como un tema complejo, diverso y de su estudio de las perversiones. Fuente: http://www.abel-azcona.com/winning-horse [Consultada el 02/09/2015]
[41] Confinement In Search Of Identity (2014) Acción que consiste en el aislamiento en una casa abandonada de Bogotá con la misión de la búsqueda de su identidad. Proyecto en colaboración con el artista visual Juan Pablo Barceló. Fuente: http://www.abel-azcona.com/the-cage-1 [Consultada el 02/ 09 /2015]
[42] AZCONA, Abel. Eating a Koran” for Residence “Aufstrebende junge Kunst” in Berlin (Germany), 2010. Fuente: http://cargocollective.com/abelazcona/eating-a-koran [Consultado el 22/06/2018]
[43] Azcona, Abel. Amén. Fuente: https://www.abelazcona.art/amen/ [Consultado el 01/03/2018]
[44] GARCÍA GARCÍA. Óscar. “Abel Azcona amenazado por su trabajo <<Eating a Koran” en: PAC. Plataforma de Arte contemporáneo. Publicado el 197 01/ 2013. Fuente: http://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/abel-azcona-amenazado-por-su-trabajo-eating-a-koran/ [Consultado el 26/11/2017]
[45] NIETZSCHE, Friedrich. La ciencia jovial [La Gaya Scienza]Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, 2001. Pág. 66
[46] Ibíd., Pág. 66
[47] Ibíd., Pág. 67
[48] Ibíd., Pág. 68
[49] NIETZSCHE, Friedrich. Más allá del bien y del mal. México: Grupo Editorial Tomo, 2008 4ta. Ed. 2008. Pág. 121
[50] Ibíd., P. 33
[51] NIETZSCHE, Friedrich. La genealogía…, Op. Cit., Pág. 122
[52] Ibíd., Pág. 94
[53] NIETZSCHE, Friedrich. “Prólogo a Richard Wagner” en: El nacimiento de la tragedia. España: Alianza Editorial, 2000 (Biblioteca Nietzsche, El libro de bolsillo. Biblioteca de Autor. Núm. 14) Pp. 129
[54] NIETZSCHE, Friedrich “El espíritu libre” en: Más allá del bien y de mal. México: Grupo Editorial Tomo, 2008, 4ta. Ed; Pp.
Historiadora del Arte y Arqueóloga. Investigadora y docente. Ha trabajado para el INAH, Secretaría de Cultura, CENART, INBAL, FONCA y para diversas instancias educativas. Interesada en los saberes diversos, las derivas creativas y las indisciplinas del pensar. Ha enfocado su práctica al estudio del cuerpo y el arte contemporáneo, desde la escritura y la gestión de proyectos creativos. Actualmente realiza una investigación de doctorado en el Colegio de Saberes sobre la poética del andar, el cuerpo, territorio y afectos, desde diversos poetas, filósofos y artistas.