Comunidad y homosexualidad con anos chorreantes de inmanencia

Arturo Claverie

No os voy a decir que yo soy igual que vosotros, que me dejéis participar en vuestras leyes, ni que me reconozcáis como parte de nuestra normalidad social.
Sino que aspiro a convencerlos de que vosotros sois en realidad como yo.
Estás tentados por la misma deriva química.
La lleváis dentro: os creéis bio-mujeres, pero tomas la píldora, bio-hombres, pero tomas viagra, sois normales y tomáis Prozac o Seroxat en espera de algo que os libre del tedio vital; estáis chutados a la cortisona, la coca, la ritalina o la cocaina.
Vosotros, todos, sois también el monstruo que la testosterona despierta en mí.
Paul B. Preciado[i]

Para Deleuze la homosexualidad está conducida por una atractivo por el devenir de una minoría que va en su movimiento fuera de los caminos consensuados, de alguna forma buscando sus propios signos, pero sobre todo poniendo en marcha una ruptura de una representación de lo común. Se abraza en su propio movimiento y pensamiento donde ha permitido a individuos en una especie de actuar y en su ser. Pero como sabemos a su vez en Deleuze también hace una crítica, el riesgo de pensar en lo semejante donde no hay más diferencia, refiere que no es una categoría sexológicamente analizable, es un transitar a otros territorios, un mucho más allá, haciendo estallar las certezas de sexo y género. Lo refiere como un problema, no como una solución. Un problema de devenir-otro que fuga los valores de la ciudad, masculinidad, sexualidad, categorías como hombre y mujer.  Denuncia el problema, pero al mismo tiempo queda problematizado, entre lo que se dice y lo que se cree. Es decir, no se puede enunciar un “yo soy homosexual”, cuando se trata de una pregunta que debe de continuar abierta y que continúa produciendo enunciados que no descansen en la homosexualidad. Sino una movilidad en cuanto a que haga vivible una vida.  A través de esa propia marginalidad hace que tenga algo que decir.

Te contaré una historia. Escucha: …era un muchacho como tú o como yo, o como muchos que caminan por las aceras de la calle de las ciudades llenas de polvo. Y estaba solo. Por las mañanas abordaba los camiones repletos y luego se sentaba en los bancos destartalados de la escuela para escuchar las palabras de los hombres de la cabeza blanca. Los mediodías fueron simplemente idiotas. No hacia nada interesante: comía. Por las tardes se ponía a soñar y por las noches (claras o lluviosas) se iba por el mundo en busca de un signo[ii].

Los signos se oponen a la comunicación, a lo que es sobrentendido, se busca una especie de desciframiento, una interpretación, eso que se enseña emite signos, sin embargo. ¿quién enseña a hacer una relación homosexual con el otro?, Se establece una especie de provocación que facilita la apertura a otros movimientos, justo a veces expresada como algo que irrumpe en esa cotidianidad una especie de confusión que habita, algo que rompe la idiotez de lo cotidiano, una contraseña que es elegida independientemente de su propio significado. A veces se organizan, se cortan o constituyen puntos.  El homosexual puede reconocerse a través de la mirada, el cuerpo, posturas, formas de hablar, crea sus propios secretos. De alguna forma se la pasa dando signos, podría decir que hace un propio envolvimiento, algo complejo, no hay una claridad, excava su propia profundidad ¿cuál es el desciframiento de los signos que evoca un problema y no una solución? La diversidad es que estos signos no se pueden descifrar del mismo modo y que no cuentan con una relación idéntica con su propio sentido. Deleuze lo equipara en Proust como las propiedades de la mujer mediocre que se encuentra más cerca de la naturaleza, de eso material yo sumaría de la tierra un asunto de pertenencia mutua con el entorno, lo seres y no una cuestión antropocéntrica. Una relación retorno al origen donde los signos prevalecen sobre todo de contenido y de letras. Lo menor apunta a un movimiento bastardo, mestizo, negado, es siempre objeto de una persecución debido a su propia dimensión libertaria. Una tierra que comuna en relación con el entorno y los seres que habitan en esa correlación que esta de forma constante.

Dentro de la novela de Po, este hombre le implora no al Dios falso e inventado por el hombre, sino al Dios verdadero, donde la obscuridad de la noche, los árboles, son los cómplices con lo que se permite que se ame, aunque sea de una forma fugaz, es decir se descubre en eso de lo natural, que a su vez le lleguen los signos que viabilice ese encuentro con el otro. Para Genet la homosexualidad es una forma de vivirse fuera de sí mismo, con una posibilidad de encarnaciones múltiples, convirtiendo toda posibilidad de relación con el entorno de ahí que en su apellido porte la relación con la natural, con esa retama en cuanto a flor en solitario pero que reside con su entorno para poder seguir habitando un destierro donde se vislumbra la coherencia de lo que los demás poseían un orden. Pero sobre todo a partir de inaugurar a través de la criminalidad una nueva posibilidad de vida.

René Schérer refiere que la homosexualidad no puede ser una categoría definida, sino que está es revestida con un conjunto de conductas variables, donde no hay un tipo de homosexualidad porque la misma está generando singularidades que pueden encontrarse en cualquier otro individuo que no se haya declarado como homosexual. La separación entre activo y pasivo puede ser consideraba obsoleta y ridícula, como la distribución entre hombre y mujer. El problema radica en el miedo que evoca la homosexualidad y la propagación como una ideología basada únicamente en categorías entre lo gay y lo queer. Es decir, querer fundar la identidad sexual como un producto de construcción histórica y social, en lugar de producciones naturales e intrapsíquicas. Los binarismos (homosexual/heterosexual) son la base de la opresión. La homosexualidad a partir de la mitad del siglo XIX ha llegado a ser una especie de personaje, con infancia, historia, una forma de vida, una especie de morfología donde esta presente un secreto que traiciona, se convierte al homosexual en una especie y es el efecto de un régimen político denominado psiquiatría, la sociedad fabrica la homosexualidad como un producto del proletariado débil y temeroso. Seguir sustentando la categoría como identidad nos lleva a seguir en el sometimiento de ese régimen histórico, reducir a una persona por su categoría es un efecto de una construcción social y médica. A lo cual desafortunadamente hoy en día el movimiento homosexual ha caído en una especie de normalización de la homosexualidad, transformada en una forma de satisfacción sexual paralela a la heterosexualidad y a la formación de instituciones hegemónicas (familia, relaciones monogamicas, estatus y vida social). Es decir, una homosexualidad que se ha dejado cerrar el ano, para querer formar una identidad colectiva donde se estandaricen, comportamientos, actitudes, compromisos, normas que den pauta a asumir una “identidad”.

El discurso de la homosexualidad se efectúa en una serie de problemáticas y contradicciones en cuanto a la relación de ¿soy homosexual o me nombran? Dando paso a nociones mutiladas figuradamente señaladas como “comunidad LGBTTI” o “colectivo gay”, estas unidades se han dado en cuanto un sesgo de la ideología dominante y efectuando una posibilidad de enfatizar una no neutralidad, se separan los “buenos homosexuales” (piensen en esos homosexuales, afiliados al PAN, que viven en su burbuja de mundo gay capitalista) de los otros (los que viven en el borde de las ciudades o efectuando prácticas que atenten a la imagen del buen homosexual).

La homosexualidad se ha convertido en un término de uso inevitable, está creada en cuanto a su necesidad y posteriormente la comunidad decidió asumir está categoría que aspira como una especie de artificialidad, se ha beatificado el término identidad se emplea la palabra gay por darle esa nueva apropiación, como ese sujeto alegre y despreocupado. ¿qué diferencias se pueden plantear en cuanto a términos de lo gay, queer, homosexualidad? ¿es todo lo mismo? ¿se es homosexual solo porque se tienen encuentros sexuales con personas del mismo sexo?, ¿no es acaso las subjetividades las grandes trampas del capitalismo? Las maquinas que producen subjetividades varían, se hace una producción industrial se inyectan representaciones.  Podríamos empezar a ver que lo gay va implicar un conjunto de valores enfocados a la cultura, estando comprometidos en  refinamientos de la sensibilidad en cuanto a lo estético, la moda, estilo, cuerpo, eligiendo cosas que no son genéricas a los productos de la cultura mayoritaria, se rechaza lo pobre, lo corriente, lo chacal, una crítica al mundo heterosexual (del cual saca sus prototipos), son propensos a la música, al gimnasio, a las artes, existiendo un desbordé de creatividad, abriendo una especie de diversidad, un fiesta constante, al mismo tiempo llena de una calidez y frivolidad entre el estereotipo y la identidad, estableciendo una forma de relación diferente con el entorno, decodificando los aspectos de la cultura heteronormativa, -se encierran en campos de concentración-, perdón de ghettos, se forman colonias o barrios donde predomina lo gay, se articulan con el tejido humano de la metrópoli, se establece un habitar con el pensamiento y los actos de un comportamiento regulado, no habiendo camino para romper con una especie de cristalización, se establece una subjetivación capitalista que incluye lenguaje, familia, equipamientos,  no quedando únicamente en ideas o enunciados significantes, va más allá del padre y la madre, creando sistemas de conexión directas entre grandes máquinas de producción, pensemos en el cine como un formato de construcción social y de desarrollo de identidades, más atroz aun con el mundo gay que quiere ser capturado por Disney.

Bajo ese señalamiento se determina todo tipo de acción que pasa a ser gobernado por lo gay, desde pensamientos, actos, comportamiento, gustos o costumbres. El tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo no alcanzaría para decretar una identidad, desde luego menos da para establecer sentimientos compartidos con los demás, no hay cabida para la palabra nosotros. Es muy común que quienes ocupan todas estas formas de agrupamiento son lo que están afuera de esa supuesta comunidad, entre un adentro y un afuera o que tienen una confusión en cuanto a posturas de eso que se nombra y eso que se escapa. El armario tiene una forma de exclusión que es impuesta desde fuera, siendo una estrategia de institución de represión, control, persecución con la intención de hacer un borramiento de la palabra y el acceso a la vía pública, generando una especie de culpa por parte de la víctima, no permite que exista un colectivo fuerte y organizado. Esa construcción que nos han querido dar a lo largo de la historia (pecado nefando, homosexualidad), viene desde fuera por su propia necesidad de mantenernos ubicados en una especie de ajenidad de los rituales sociales y culturales. Podríamos pensar una especie de género diferenciado. La propia clasificación es la que señala la segregación. La homosexualidad aparece como una especie de sustrato y a partir de ahí es como si se quisiera establecer una identidad homosexual, una especie de construcción que en teoría nos hace contar con rasgos y ciertas características sociales desde cobardía, pasividad, narcisismo, histeria, promiscuidad, desleales, divertidos, fiesteros, drogadictos, sidosos, amanerados, gustó por lo caro y la buena vida, detallistas, sensibles, artistas, paranoicos y buenos para los trabajos manuales. Estos rasgos no necesariamente tienen que venir acompañados de un homosexualidad -no mi ciela- esto no pasa porque existe un problema en cuanto a esa idea que se han hecho que ocurre en la comunidad. Los gays piensan que tienen un avance por parecerse más a la cultura dominante, se perfila ese tipo de prototipos de hombres manufacturados por la industria, ese desplazamiento que se da desde la inauguración de la revista Playboy, que genera un tipo de masculinidad donde la arquitectura juega un papel principal, desde pensar el espacio donde vivirá el codiciado soltero con su vida envidiable, sus cortes de pelo obligatorios, camisetas, dietas, equipos de cuero, el ejercicio físico como una forma de trabajo forzado (perdón, trabajo placentero), una teatralización, una masculinidad construida, artificial no en su naturalidad con una proyección de ese soldado convertido en amante, seductor, camaleónico, se estable una serie de prótesis donde el cuerpo es conectado al flujo vital de la información, se persiste en una relación de sexo y consumo, una versión mercantil donde no existe una división entre placer y trabajo, están relacionados como un loft.  Se hace toda una cultura de lo que implica parecer lo menos afeminado posible, lo más deseado. Entonces podríamos pensar que la línea de la identidad lleva al sujeto a aquello de lo cual no es y eso que no es, es la posibilidad de confirmarse. El género como una vía que permite al cuerpo dirigirse, orientarse en el espacio y en relación con los objetos, una especie de colocación corporal que permite situarse en una especie de habitar. ¿no acaso la función del espacio tendría que ser la posibilidad de ampliar su forma?, ¿por qué no generar un movimiento de esos lugares?

Lo queer

Lo queer deambula por la calle desde siempre
como ruedan las prostitutas en busca de cliente.
Paco Vidarte[iii]

Lo queer es un término propuesto por Teresa de Lauretis en 1991 como una ruptura del sujeto del feminismo. Dando un reconocimiento por lo marginal a una condición desgraciada, -no habiendo cabida para recurrir a la ley o alguna autoridad-. Haciendo una especie de renuncia al nombre se asume un nombre con propiedad para ti, pero con ruptura para tú propia historia.  Surge la pauta para hacer cosas raras o fuera de lo esperado, se actúa en una especie de sobrevivencia viviendo en una indefensión. Provocando y abriendo espacio a través del cuerpo, que no queda sujeto a ninguna representación de institucionalización. No hay espacio de transmisión en la institución, porque las formas de saber institucionalizados se encuentran en una disputa constante, es una especie de antesala porque esto de usar un concepto queer tiene que evocar una movilidad que va de la calle, de eso que a veces transita en los lugares comunes y reales. Recordemos las acciones políticas de movilidad con relación al VIH, es decir, algo que se caracteriza más en un cuerpo en marcha. Pero curiosamente algo que siempre queda fuera, una especie de anonimato irracional, un cuerpo amorfo, esquizoide, con puntos de fuga y que corre por las calles. Se busca un accionar y detectar la incidencia de ruptura, a través de la filosofía, literatura, arte, performance, multiplicando disoluciones que no se dejan capturar, un desgarramiento de aquello que actúa como una especie de norma, podríamos pensarlo como la mutación de un virus que no se deja agarrar, que va cambiando, algo no coagula, se produce una apertura a una infinidad de lecturas posibles.

Lo queer produce un tambaleo, disuelve los conceptos, genera una inestabilidad de identidades es una oposición a una estabilidad, generando un territorio de tensión que va en contra de la narrativa dominante, contribuyendo en encontrar una especie de afinidad con lo secundario, con lo excluido, oprimido, extraño, lo peligroso. Hacer estallar las categorías de género, una traición a aquellas que se señalan como las genuinas. No se puede encerrar en una definición de género o de roles de participación en actos sexuales, es una guerra con aquello que sería la “producción de subjetividad capitalista[iv]” es un total rechazo a eso que se estanca y que produce normalización de costumbres, tradiciones e igualdades. Habitando aquello que quiere subvertir, sin cambiar violentamente de terreno, digamos que pervierte el orden de la estructura a través del cuerpo, contribuyendo a perder todo tipo de referencia, toda médula. Emplea lo anal como apertura donde reconoce que no se trata de hacer centros de la teoría anal, sino hacer pliegues y un andar por los bordes, deambulando entre lo poroso, el adentro el afuera eso que se esfuma como una flatulencia, desplegando dispersiones. No se trata de instalarse, de buscar el reposo del cuerpo, su fuerza esta en la posibilidad de no desfallecer, de afirmarse sin recurrir a una nueva jerarquía de valores. Actuar en tanto diferencia que permita diferimiento.

“Tu historia no es la del paso de un punto a otro, sino la historia de una errancia, la búsqueda de un intervalo como un lugar de vida. Una transformación constante, sin identidad fija, sin actividad fija, sin dirección fija, sin país… Tú nunca te mudas… Te mueves, pero no te mudas[v]. Palabras que le escribe Virgine Despentes a Paul Preciado acerca de lo que implica su propuesta filosófica, dichos movimientos buscan dar paso a una clandestinidad, se cambia de nombre, de documentos, de ciudades desde Testo Yonqui con la aplicación de la testosterona queda claro que no busca adoptar una masculinidad. Se hace de las transiciones una nueva posibilidad, nos muestra a través de sus escritos en esos pasajes de lengua diferentes como se deconstruye un cuerpo para dar paso a un movimiento[vi], esos cuerpos que están fuera de la ley. ¿Por qué eso detenta un interés?, ¿Por qué se piensan que somos un objeto de estudio con sus terminaciones clínicas, creyendo que pueden dar cuenta a través de su lenguaje académico y partiendo de una preferencia sexual? ¿No se trata de desdibujar esas máscaras de feminidad o de masculinidad que nos han impuesto sobre nuestros rostros?, ¿De qué forma se puede reconstruir el cuerpo para apropiárselo? ¿Quién se atreve a dejar lo habitual del nombre, familia, costumbres para darse otro lugar? Es un viaje de múltiples fronteras donde hay un transitar. Se reconoce que la problemática esta con relación a los niños, a esos niños diferentes. ¿Quién los defiende en tanto derecho? ¿Se defiende a los niños o a las normas sexuales y de género que se han aprendido a través de un sistema educativo que castiga con disidencia, amenaza a través de la muerte? No será necesario poder defender el derecho de todo cuerpo con independencia a su edad, órganos sexuales, es decir a un cuerpo que no necesariamente quede ligado a una fuerza de trabajo de producción. De antemano sabemos que el sistema educativo es un dispositivo biopolitico de control que hace una producción de niños, es decir donde esos aparatos funcionan más de manera despótica y silenciosa sobre el cuerpo. Se privatizan ciertas zonas y formas de relación con sus afectos, se cierra el ano como posibilidad de transferencia de un ser.

¿Cómo hacer explotar este sistema ideológico que se ha impuesto? Se emplea el uso del cuerpo como una forma de resistencia a esas formas dominantes. Desde lo queer se busca cuestionar eso de los “órganos sexuales”. La RAE hace alusión a que el pene es el órgano que sirve para la micción y la cópula, la vagina como un conducto muscular y membranoso, ¿Por qué el pene si está especificado en cuanto a que su función es para la cópula? La vagina solo como una forma de conducción. El ano es descrito como aquel orificio que remata y que expela el excremento. También serviría para preguntarse en cuanto a la relación de esa expulsión que se hace, ese remate de la propia rutina y de normalidad que se da.

Se tendrá que plantear una especie de terrorismo anal para poder invertir un órgano que no sea su única función la expulsión. Haciendo una fuerza de eso que se nombraba como una inversión, como ese que incorpora (el homosexual pasivo), eso que se vierte hacía dentro, podríamos apuntar que está al revés, algo que marcha hacía atrás, que no va en esa misma dirección de lo que supuestamente va la cultura y el desarrollo, hacer algo con eso que resulta como un inconveniente a lo social, ese acto del sexo anal (que cuenta con la potencia para múltiples orgasmos, ese ano que no eyacula, invirtiendo roles y que no se cansa) da la impresión que habitan varios fantasmas en relación a lo anal, desde la sífilis, el SIDA, aquel ano que se abre como el de la prostituta y el homosexual como una forma de destrucción a todo el exceso de los placeres carnales.

En terrorismo anal. El ano no tiene un género o un sexo que nos lleve a pensar la diferencia sexual, borrando lo privatizante de la vida y del rostro, se elimina la identificación entre algo masculino y femenino, todo cuerpo en relación en cuanto a orificio, permitiendo una apertura y una exposición directamente a los otros, una especie de igualdad con respecto a cualquier otro tipo de cuerpo disolviendo líneas de segregación en cuanto a género y sexualidad. Permite una desterritorialización del cuerpo. Es una puesta en marcha de descentralizar, que serviría como cualquier otro órgano, eliminar su privatización. El ano es percibido como ese órgano que no es políticamente correcto, donde produce únicamente desecho, basura, solo mierda, un órgano abyecto, se busca una posibilidad de colectivización con la mira de una posibilidad de acción. Es decir, hacer algo con ese residuo de la maquina social, que opere como una política de un agujero negro que absorba donde no sea una acción de deuda y de intercambio con el otro, dar para recibir, situando como esos lugares que son inexplorados, estando a un pendiente de exponerse que no sea únicamente receptiva, sino que produzca en cuanto a accionar con el desperdicio. Una posibilidad de enlazar algo de lo común en las existencias. En la búsqueda de la fecalidad Artaud hace alusión que ahí a donde huele a mierda es donde huele el ser, se elige cagar como se elige vivir, abrir el ano es enfrentarse a esa apertura de hacerse de una vida a través de producir algo que lleva una vida.

Lo anal es una sexualidad que no tiene género, siendo no genital ni reproductiva, el sexo se escapa, sobre todo porque lo anal tiene que ver con una regulación entre lo humano y aquello que se desecha. Se torna un espacio político donde se articulan discursos, miradas, exploraciones, prohibiciones, existen reacciones e intervenciones. En 1539 el rey de Francia elabora un edicto para erradicar los desperdicios, la ciudad está plagada de desechos de los ciudadanos. Queda prohibido retener en las casas durante tiempo los orines, las aguas corrompidas, aguas coladas, inmundicias, sobras de la muerte de cerdos u otras bestias las cuales deberán de ser vaciadas de inmediato en el arroyo, darles curso fuera de la ciudad. Así como se lava y se mantiene de forma compulsiva la limpieza y el orden, la lengua también deber de ser lavada para que se convierta en una lengua bella, como la letrina que funge como un medio de lavado en su etimología, se busca que se haga una descarga de la ciudad, se emplea la lengua lavada como una forma de economía más que de una política, se hace una relación entre un policía de la lengua y una política de la mierda, arrancarse de eso que es desecho y despojo terrestre. Haciendo alusión a que la lengua francesa no debe de ser llamada bárbara, la lengua trabaja para eliminar o para reducir lo que hay de bárbaro en ella, trabajando con tres exigencias de la civilización que refería Freud, orden, limpieza y belleza, efectuando una compulsión a lo limpio.

El siglo XVI no para de «inventar» órganos, principalmente de la vista, o de administrar los beneficios de una vela y un casco, que desmultiplican las fuerzas de los órganos motores y empujan los límites de su campo de acción, permitiendo que el sobrante Colón exclame que «incluso por medio del oro se puede abrir a las almas la puerta del Paraíso[vii]» De la mierda nace una especie de tesoro: el tesoro de aquel que brinda la voz al Estado. Se hace un circulo en cuanto a aquello que  se expulsa retorna, pero al mismo tiempo jugando su papel dual, la lengua engendra una condición de belleza, una lengua pura o puta del Rey pero lengua pura que constituye un poder virginal, las joyas de la corona, se establece tanto lugar de derecho, texto sagrado, traducción, depuración y purificación del cuerpo, lavando los frutos de su pecado, la lengua y el oro no fornican con los miserables, se determina entre el derecho del orden y lo inmundo de la bajeza, lo vulgar, lugar de basura, corrupción, donde solo se permite que retorne en cuanto  sea sublimado. El dinero sustituye al desperdicio, hacer que la mierda brille como si fuera oro, se busca que se genere un lazo social donde el olor del excremento solo se soporte en familia, se privatiza el desperdicio, se establecen horarios, se altera la relación con el cuerpo, el sujeto con su mierda y por ende la relación con el mundo y la representación que se hará de su propia inserción social, las familias como grandes representantes de la conservación del desperdicio, antes de llevarlo afuera de la ciudad, una especie de reglamento, digamos que la ropa sucia se lava en casa, así como, se domestica al yo o yo me domestico ante el desperdicio de mi hogar, los animales quedan domesticados y aquellos que se destazan serán tomarán  en una vía de la ingestión, los animales para ser masacrados serán llevados fuera de la ciudad para ser alimento y de la misma manera convertir el excremento para alimento de la tierra. ¿Qué no a partir del desperdicio también se establece el límite entre la bruja o todo tipo de ser monstruoso que no cumpla con el orden de lo bello? ¿eso de lo desfigurado no queda como en una manera de exilio?.

En el siglo XX, los retretes se vuelven auténticas células públicas de inspección en las que se evalúa la adecuación de cada cuerpo con los códigos vigentes de la masculinidad y  feminidad[viii]. Se regula la separación de las funciones entre ese mear de pie haciendo alusión a esa construcción de un acto performatico constitutivo que contribuye a la fraternidad y dar una posibilidad a la socialización otorgando un reconocimiento a los hombres como grandes portadores y el cagar sentado haciendo una separación entre la genitalidad y analidad, donde solo a partir de un espacio cerrado se permite la apertura a lo anal, no a aquello donde el ano genere miradas y que se pueda prestar a despertar un deseo homosexual, el baño fungiendo como espacios de creación en cuanto a reafirmar códigos de masculino y femenino. Se nos produce la idea de que estamos ocupando de nuestros desechos, sin embargo la función de la máquina-capiatalista es que no se desperdicie nada, cada momento de expulsión sirve para generar una especie de producción. El problema no es tener un ano, sino hacerlo público atentar contra esa especie de orden establecido por lo social.

El secreto de los poetas: la poesía se origina en el ano[ix]. El punto sería no privatizarlo para que sea punto de creación en relación, escribir con el ano, concibe poesía a partir de sus sonetos y la apertura. Hablamos de una analidad que fecunda. Se juega en el ser como lo que plantea Genet en sus obras, existe una religión sin lenguaje, sin dios, sin clero, con sus propios acercamientos con la vergüenza y el desprecio, devorando los desechos sociales (presidiarios, niños, salvajismo, trastos de ternura) de todas las abyecciones, efectuando a través de la escritura una transformación. La pestilencia de las cárceles, los hedores, esa mezcla de fangosidad y lo celestial que encuentra en cada uno de sus encuentros, la cárcel como mayor desamparo y desolación, un brebaje por la desgracia, una posibilidad de elegir la decapitación que cuenta con esa reprobación, entrar a un nuevo mundo que implica una novedad, pero acompañado de una desolación, sin esperanza, sin exaltación, la prisión como aquel mundo de un universo restringido donde existe la posibilidad de vivir. Hacer de la vida una exclusión, una especie de muerte, se actúa y se piensa para lograr una forma de construcción de la vida, que es al mismo tiempo destrucción simultánea, entre la relación de los muslos que hinchan el pantalón, los duros y las braguetas abiertas, escapando por oleadas de perfumes de las flores y el té del atardecer. Se alaba la exclusión, se celebra la vergüenza donde la traición queda colocada en un valor más alto.

Hoy, me doy horror a mí mismo por llevar dentro de mí, al haberlo devorado, al más querido, al único amante que me amó. Soy su tumba. La tierra no es nada. Muerto. Las vergas y los vergales me salen de la boca. La suya embalsama su pecho abierto, abierto de par en par[x]. Se acaba de morir su novio en las barricadas el cual es habitado en tanto escritura en un silencio a muerte, las abejas escapando, los fluidos esparcidos en la tierra, derramando líquido, una boca ensangrentada por el dolor de haberse devorado aquel que a aterraba su belleza en cuanto se encontraba vivo, ese amor que fallece y que florece a través de los restos de la guerra,

Paco Vidarte apuesta por una ética marica la cual surge desde la singularidad de pertenencia a una colectividad a partir de la posibilidad de comunicar un modo de vida, una micropolítica de compartir. Marcada en su autonomía y no deudora de valores que se midan en relación de una normatividad, contribuyendo en una solidaridad donde pase a segundo plano la opción sexual en cuanto una emancipación que incluya la forma de generar estrategias de alegría, de lucha, de resistencia, de reivindicación desde luego está ética para que se pueda dar solo puede ser anal, que no apunte a la generación de un sujeto egoísta, solitario. Lo marica y la comunidad van de la mano siempre y cuando regrese producción escatológica como herramienta de retorno a esas sociedades que oprimen.  Poner en acto algo que implique un movimiento constante que permita una construcción de modos de sensibilidad, modos de relación, con un gusto por vivir, una construcción del mundo con la instauración para cambiar los valores que prevalecen en lo social. Eliminar esos tabiques que impiden pensar la relación de procesos.

La comunidad

La comunidad en Spinoza es un efecto que se construye como una eventualidad que apunta a una libertad, siendo una producción, generación y deseo. Partiendo de una composición intrínseca con aquellos que afecta de manera decisiva las singularidades que implican un modo entre sí, es una forma de vinculación entre los hombres que conlleva a su realización. Desde luego reconociendo que los hombre se incomunican, se excomulgan y se destruyen por ignorancia con el riesgo de que no se conciben adecuadamente, viven en una existencia dominada por la imaginación, destinado el  vulgo de ser en otro, no ser dueño de si.  La sociedad es una mezcla variable de conflicto y comunidad. Estar en comunidad implica la palabra exenta de temor, la palabra libre cuyo intercambio contribuye a una transformación de las existencias y la incorporación a la vida activa (vida de la razón). Remitiendo a un incremento de potencia que singulariza a los seres y las colectividades, contando con una expansión de una vida extendida que constituye la esencia singular de cada modo. A través de ser activo expresando y modificando a nosotros mismo de modo infinitos, reduciendo las fluctuaciones de ánimo, empleando una capacidad de pensar de actuar y de conocer amorosamente que remiten a la potencia, deduciendo de la fuerza de existir de una criatura singular o comunidad.

Para Spinoza la potencia es constitución. Hace referencia a una singularidad modal de expansión, no es determinable, ni está sujeta a un uso instrumental es constitutiva en términos sociales, trasformadora, creadora, productora con respecto a la interacción que es cada vez más dirigida a lo común. ¿Cómo podemos pensar lo común dentro de la propuesta de Spinoza?

Spinoza considera que entre amigos todas las cosas deben de ser comunes pero sobre todo las espirituales, a su vez señala que algo común se produce en aquellos que emprenden una andadura en cuanto a la renovación de pensamiento, que va acompañado de una incomprensión de todos aquellos que no quieren emplear el pensamiento, reconociendo que es un interés por el conocimiento de la naturaleza, una forma de curar el entendimiento para impulsar la reorganización en la vida social mediante la técnica. Existiendo una ocupación activa en cuanto a la unificación de la tolerancia y prosperidad en un plano colectivo, ejerciendo un autocontrol de la vida acompañada de un progreso de ser material y espiritual en aras de una salvación generalizada. Identificando que el hombre posee una necesidad profunda de seguridad intelectual y afectiva que permita hacer frente a los temores o carencias que los descubrimientos plantean. 

El nexo que habita en la potencia de lo común está en la ligazón de los planos de razón y afectos (que los podemos traducir en fuerzas favorables o desfavorables) a lo cual lo que las une en signo de fortaleza es el saber dirigir los afectos. El conocer lo común permite orientarse y conectarse selectivamente con ellas, poder diferenciar los diferentes grados de comunidad con alguien o algo, captando el parentesco último de lo que existe. Las condiciones de movimiento y reposo constituyen un código que permite la articulación de lo común a todos los cuerpos[xi] con una composición, proporción, conexión y equilibrio. Que permite que los in-dividuos puedan realizarse creciendo en potencia, conocimiento y fuerza a través de la alegría del sabio (no monarca) conviviendo de manera pacífica y libre.

 A su vez entendemos por noción común con la que opera la razón como <formas de conectar> cosas dispares mediante la búsqueda de lo común, que a su vez se expresa en diferentes escalas que van desde lo universal (por ejemplo, M-R que atañe a todos los cuerpos) hasta lo particular (por ejemplo, una última concordancia subjetiva) a la vez que se mantiene la distinción de las esencias singulares (que serán objeto específico del conocimiento intuitivo)[xii]. Con esto hacemos alusión que cada hombre es un sistema abierto que compone partes menores hacia adentro y encaja en otro mayor hacia afuera, la vida social y la racionalidad pueden convergir para hacer una búsqueda de lo común, es más libre el hombre en el Estado que en soledad, busca ser tratado como ciudadano y no como esclavo. La potencia se despliega dentro de una estrategia de resistencias singulares que conduce la singularidad a la totalidad social, que modifica, transforma y da forma a una inmanencia

Para Spinoza lo común es un proceso de que crece en las potencias deseantes, desde la autovalorización de las singularidades, desde las pretensiones singulares hasta ese derecho de lo común… que se expresa como un “otro” de y desde la soberanía, producto de la democracia absoluta[xiii]. Para Spinoza el hombre es útil para el hombre, hacer que puedan concordar, una especie de conservación del ser, que todos se esfuercen como esa forma de hacer esa búsqueda de utilidad en lo común. El Estado no debe de suprimir el derecho natural, sino elevarlo en tanto potencia, colocar la vida en un eterno proyecto de producción y de vida, revelando un aumento de ser, promoviendo nuevas singularidades, nuevas potencias y una interacción interpretativa, una comunidad por venir.

La comunidad no se establece entre esencias -éstas son singularidades concretas y siempre actuales- sino entre propiedades o cualidades compartidas por las esencias singulares y por consiguiente, entre las fuerzas de las esencias singulares o entre las intensidades de potencias de actuar singulares[xiv][1]. Aquello de lo logrado que conviene a nuestra naturaleza acorde a la utilidad, la razón reconoce la utilidad de la vida social pero no es la causa y el fundamento de la sociedad. Reafirmando la existencia en cuanto a nuestra alianza una especie de resistencia no en una pasividad sino en un acto a partir de fundar algo que evite el ataque o el temor de fuerzas exteriores, elaborando estrategias para la generación de cuerpos complejos, con la posibilidad de imaginar e instituir reglas favorables de la afirmación de vida a partir de un encuentro amoroso.  La posibilidad de reaprender a ver el mundo, liberarse del yo para generar vínculos con los otros, complicidades, solidaridades, alianzas. 

Hablar de vida común no es hablar de identidad, sino el establecimiento de relaciones tanto materiales simbólicas que hacen posible una vida humana, siendo una condición relacional con los otros. Uno de los impactos que se han presentando en la comunidad LGBTTTI es que se ha hecho creer que pertenecen a  “otra naturaleza”, algo que dista de eso común una especie de una constitución a partir de una elección sexual y un riesgo aplastante ante la indecisión de se nace o se hace, lleva o trae  consigo una indefinición en cuanto otra naturaleza que  a su vez es la que alienta la noción de comunidad, una especie de identidad colectiva donde el único rasgo en común es el tener relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo, negocia una supuesta identidad por ser social, pagando con una alienación en el derecho de estar  en el discurso del otro, una segregación que se consuma, una especie de identidad ilusoria, creando especie de homofobia interna que no cesa de escribirse, es necesario poder replantar la forma de orientación que se hace en cuanto a la trampa de  las identidades

Referencias


[i] Preciado, Paul. Testo Yonqui

[ii] Po, Paolo. 41 o el muchacho que soñaba con fantasmas (Casi una novela). Pág. 43

[iii] Vidarte, Paco. Ética Marica proclamas libertarias para una militancia LGTBQ.  Egales. Madrid. 

[iv] Producción de la cultura de masas en producción de individuos de consumo, una especie de individuos normalizados.

[v] Preciado B. Paul. Un apartamento en Urano. Pág. 12.

[vi] Aquí podríamos pensar en cuanto a un movimiento queer, pero el riesgo sería enunciar la palabra ahí para coagular toda transición.

[vii] Laporte, Dominique. Historia de la mierda. Pág. 26

[viii] Preciado, Paul. Políticas del cuerpo y basura de género.

[ix] Fabre, Luis Felipe. Escribir con caca. Pág. 18.

[x] Genet, Jean. Pompas fúnebres Pág 21.

[xi] Existen cuatro nociones. a) composición, cuerpos simples se unen con cuerpos más complejos. b) proporción, intercambio de cuerpos y modificaciones conservando su forma intrínseca. c) conexión, flexible con una relación constante de variación y apertura radical. d) equilibrio, entre lo centrípeto y lo centrífugo, una simbiosis hacia dentro y la posibilidad hacia fuera. Spinoza. Pág.119

[xii] Spinoza. Pág. 118 y 119

[xiii] Negri, Antonio. Spinoza ayer y hoy. Pág. 60

[xiv] Souza de Chauí, Marilena. Política en Spinoza. Pág. 156

Artaud, Antonin. Para terminar con el juicio de dios. El teatro de la crueldad. Cuenco de plata. 2013. Argentina, buenos Aires

Fabre, Luis Felipe. Escribir con caca. Sexto piso. 2017.Madrid España.

Garcés, Marina. Un mundo común. Ediciones Bellaterra. 2013. Barcelona. España

Genet, Jean. Pompas fúnebres. Alba Editorial. 2004.  Madrid

Hocquenghem, Guy. El deseo homosexual. Melusina. 2009. España

Laporte, Dominique. Historia de la mierda. Pretextos. 1989. España.

Negri, Antonio. Spinoza, ayer y hoy. Cactus. 2021. Buenos Aires. Argentina

Po, Paolo. 41 o el muchacho que soñaba con fantasmas. Altres Costa-Amic Editores. 2019. Puebla. México

Preciado, Beatriz. Testo yonqui. España. Madrid. 2018. Anagrama

Preciado, Paul. Un apartamento en Urano. España. Madrid.  2019. Anagrama.

Spinoza Baruch. Obras completas. Gredos. 2018. España.

Souza de Chauí, Marilena. Política en Spinoza. 2004. Buenos Aires. Argentina. Gorla.

Vidarte, Paco. Ética marica. Egales. Madrid.

Arturo Claverie

Actualmente cursando el doctorado sobre violencia y subjetividad en el Colegio de Saberes, se dedica a la docencia y atención en consultorio privado. Líneas de dialogo: Psicoanálisis, filosofía y teoría queer.