懐かし (なつかし / natsukashi) es la palabra japonesa que literalmente se traduce como “nostalgia”, sin embargo, la idea nipona de nostalgia es muy distinta a esa sensación de tristeza y desasosiego que estamos acostumbrados a pensar en occidente.
En el libro “La nostalgia feliz” de Amélie Nothomb podemos leer la anécdota de Nothomb en su regreso a Japón después de 16 años. Al presentarse en una televisora para ser entrevistada nos comparte el siguiente recuerdo: “Para traducir hasta qué punto siento nostalgia de mis años de juventud en la región de Kansai, oigo que la intérprete dice nostalgic, en lugar del adjetivo natsukashii, que considero una de las palabras más emblemáticas del japonés.
Después de la entrevista, ya en el taxi que nos lleva al restaurante donde el editor ha reservado mesa, intento aclarar la cuestión con Corinne.
–Natsukashii designa la nostalgia feliz –responde ella–, el momento en que el recuerdo hermoso regresa a la memoria y la llena de dulzura. En cambio, su expresión y su voz expresaban pena, así que interpreté que se trataba de la nostalgia triste, que no es un concepto japonés.
A la pregunta de si la magdalena de Proust es nostálgica o natsukashii, se inclina por la segunda opción. Proust es un autor japonés”.[ii]
Escribir.
¿Qué tiene que ver esto con las mujeres y la literatura japonesa contemporánea?
女手 (on’nade / mano de mujer) es el nombre que originalmente se le daba al 平仮名 (ひらがな / hiragana), que es uno de los dos silabarios que actualmente se utilizan en la escritura japonesa junto con los kanji.
El 平仮名 (ひらがな / hiragana) era la escritura utilizada únicamente por las mujeres en el periodo Heian; los hombres tenían prohibido utilizar esta forma de escritura, ellos utilizaban los kanji de origen chino y el silabario katakana.
Es en ésta época y a través de esta escritura que en Japón surgió la que es denominada la primera novela de carácter psicológico a nivel mundial, el 源氏物語 (Genji Monogatari / La hitoria de Genji) obra escrita por Murasaki Shikibu alrededor del año 1000. Esta obra nos habla sobre el emperador Genji, su desarrollo, crecimiento, su amores y en general, el transcurrir de la vida.
El detalle que Shikibu dedica a la psicología de cada personaje es majestuosa, de igual manera, es una novela llena de riqueza y valor histórico y cultural, pues Shikibu también se encarga de compartirnos detalles de la vida cotidiana en la corte, festivales y rituales budistas propios de la época.
En esta época también tenemos el surgimiento del 枕草子 (Makura no Sōshi / libro de la almohada) escrito por Sei Shonagon. En este texto, Shonagon nos comparte diversos pensamientos personales que ella tenía sobre cosas tristes, cosas bellas, la vida en la corte y la cotidianidad que vivía.
Retomo la pregunta de hace unos párrafos, ¿Qué tiene que ver todo este desarrollo de la escritura con las mujeres y la literatura japonesa contemporánea?
Que las mujeres fueron las primeras en escribir y contarnos grandes historias, que las mujeres siguen escribiendo en el Japón contemporáneo y lo hacen desde distintas vertientes que nos permiten pensar el cuerpo y la palabra.
Yoko Ogawa en escritos como “La piscina”, “Hotel Iris” y “El embarazo de mi hermana”, nos regala una escritura que en la literalidad de la palabra, nos permite retomar y vivir el cuerpo desde la carne, desde la desgarradura.
Banana Yoshimoto nos permite vivir, a través de sus historias, el relato de aquella懐かし (なつかし / natsukashi) que puede vivirse a través de la evocación de lo pasado, lo perdido y también aquello anhelado que escapa entre los suspiros.
Amélie Nothomb nos permite conectar entre los mundos de la literatura de oriente y occidente enunciando nuevamente esa 懐かし (なつかし / natsukashi) que deviene con la partida, con la ausencia, con el desarraigo de la pertenencia a la impertenencia.
La palabra 懐かし (natsukashi) tiene dentro de sí el kanji 懐 (ふところ futukoto / なつnatsu) que viene del radical original 心 (りっしんべん / risshinben) y cuenta con diversas lecturas como corazón, seno, entraña, sentimientos, suspiro o añoranza. Dependiendo de los demás kanjis o kanas por los que sea acompañado este kanji, puede tomar diversas lecturas.
Lo importante en pensar este kanji y la palabra 懐かし (natsukashi), es por lo que se encuentra dentro de ese sentimiento de “nostalgia feliz”, es aquello que tiene que ver con el corazón, con los sentimientos, con la entraña.
¿Qué hay en la entraña? Aquello que nos conforma, el sentimiento, el corazón, la añoranza, el anhelo, la vida misma.
生活
生活 (せいかつ/seikatsu) es la palabra que alude a la vida, la vida como existencia diaria propia, como sustento. Esta palabra se conforma por el kanji 生 cuya lectura abarca el radical clásico de vida うまれる (umareru) y cuando se usa como una palabra independiente, puede tener la lectura いっしょう (ishou), que alude a la existencia, la vida, la luz, el nacimiento o lo crudo.
Este kanji 生 también es utilizado en la palabra人生 (じんせい/jinsei) que apunta a la vida humana como tal. Esta palabra se conforma por el kanji 生 y el kanji 人 (ひと / hito) que se traduce como persona.
Otro ejemplo donde podemos ver el kanji 生 es en una palabra muy conocida: 先生 (せんせい / sensei) que quiere decir maestro, aquí, el kanji 生 va a acompañado del kanji 先 que viene del radical clásico 儿 (にんにょう / piernas) y como tal, suele traducirse como antes, por delante. Partiendo de esto, la palabra sensei / maestro, podría traducirse como aquel que va por delante en la vida, aquel que va caminando por delante en la vida.
La importancia de ir desglosando cada una de estas palabras es para poder pensar la escritura japonesa desde un lugar distinto, pues los trazos y el cómo se van formando las palabras, tiene un significado más profundo de lo que podríamos pensar.
El kanji 人 (ひと / hito) que se traduce como persona y está dentro del término que alude a la vida humana 人生 (じんせい / jinsei), también es utilizado dentro de la palabra 人間 (にんげん / ningen) que se traduce como humano, persona.
人間 (ningen) se compone del kanji 人(ひと / hito) y del kanji 間 que en su lectura (ま / ma) es utilizada para hablar sobre un intervalo, espacio, tiempo. Así, podemos desglosar que 人間 (ningen) es una persona ubicada en un cierto espacio, intervalo o tiempo, una persona es alguien ubicado en ese espacio o tiempo de la vida, 人生
¿Qué nos permite ubicarnos en ese espacio o tiempo, que medio tenemos para poder vivir esa vida diaria 生活 (せいかつ/seikatsu)? El cuerpo.
体
体 (からだ / karada) es el kanji que en su traducción literal significa cuerpo, aunque también puede tener otras acepciones como sustancia, objeto o realidad. Esta palabra cuerpo está conformada por dos kanjis, el kanji de 人 (ひと / hito) en su forma original 亻 proveniente del ideograma chino original de persona y del kanji 本 que viene del radical clásico 木 (き / árbol) e individualmente puede tener la lectura ほん (hon) que se traduce como libro, el origen, lo principal, la verdad.
En el cuerpo 体 (からだ / karada), está ubicada la raíz, el origen, el inicio de la persona, y en este 本 (ほん / hon) se encuentra también la escritura.
肉
“Poner la carne y las palabras en pie de igualdad”
肉 (にく / niku) es el kanji que se traduce como carne y este está conformado por dos kanjis de人(ひと / hito / persona) colocados uno encima de otro que se encuentran resguardados dentro de una especie de caja no del todo cerrada.
肉体 (にくたい / nikutai) es la palabra que puede ser traducida como el cuerpo, la carne, aludiendo ya a una cuestión más humana, es una palabra compuesta por dos kanjis que nos permite diferenciar la carne como mera carnalidad o visceralidad, de la carnalidad que tiene el cuerpo humano, sin embargo, podemos dar cuenta que no deja de estar la esencia de esa carnalidad y en todo momento se acompañan.
La carnalidad, la persona, lo humano, la visceralidad, el origen y la palabra se acompañan en todo momento, en肉体 (にくたい / nikutai) se conjugan todos estos elementos.
Yukio Mishima en su texto “El sol y el acero” refiere que para él, “ejercitar los propios músculos elucidaba los misterios creados por las palabras”[iii], aquello me lleva a pensar el poder vivir la carne como medio para entender la palabra.
Así mismo, refiere: “Me parecía que la carne podía <<intelectualizarse>> a un nivel más alto, podía alcanzar una mayor intimidad con las palabras que el espíritu[iv] […] y emprendía la búsqueda de una idea platónica que hiciera posible poner la carne y las palabras en pie de igualdad[v]”
¿Cómo pensar “las ideas de la carne y la locuacidad del cuerpo”[vi] de la que habla Mishima?
Quizá la primera pista se encuentra en la escritura misma del 日本語 (nihongo / idioma japonés), trazos donde han nacido las letras de Mishima.
Mishima es un autor bastante conocido no solo por su obra literaria, sino por su particular forma de haber vivido por sus ideales y por haber llegado a su muerte por mano propia a causa de estos mismos ideales; el ritual por medio del que puso final a su vida es antiguo ritual samurai conocido coloquialmente como “harakiri”.
腹切り (はらきり / harakiri) es el termino más “corriente o vulgar” para referirse a este ritual, en realidad, es formalmente conocido como 切腹 (せっぷく / seppuku).
Ambas palabras, 腹切り (はらきり / harakiri) y 切腹 (せっぷく / seppuku) están conformadas por los mismos kanji, solo varía el orden en que estos se encuentran escritos y el り (ri) que se agrega en harakiri.
Los kanji que conforman estas palabras son 腹 (はら / hara) y 切 (せつ / setsu).
切 (せつ / setsu) viene del radical clásico 刀 (刂/ かたな) que se traduce literalmente como espada. Sin embargo, como tal 切 (せつ / setsu) puede ser traducido como apagar, cortar, agotar, totalidad.
腹 (はら / hara) viene del radical clásico de 肉 (⺼) (にく / niku / carne).
Apagar y/o cortar la carne, el vientre, la carne del vientre.
Michitarō Tada en su libro “Karada: El cuerpo en la cultura japonesa” comparte que la palabra hara es una palabra realmente “ordinaria”, como decir panza o barriga”[vii], así mismo, refiere que la palabra hara puede ser un vocablo bastante ambiguo ya que alude a todo el aparato digestivo y cuando se usa la palabra hara, puede uno referirse a los intestinos, el estómago o cualquier otro órgano cercano al aparato digestivo, es por ello que usualmente se traduce esta palabra simplemente como vientre, para abarcar todo aquello que se encuentra en esta parte del cuerpo.[viii]
Tada habla sobre como hara tiene una diversidad enorme, pues se puede usar para hablar de funciones de la reproducción, de la digestión o de la vida psicológica o emocional.[ix]
Así mismo, refiere que en realdad, si se quiere uno referir a este término de una manera más “elegante o adecuada” se utiliza la palabra お腹 (おなか / onaka)[x], que él traduce como interior del cuerpo, aunque desafortunadamente, cualquier traductor nos traduce お腹 (おなか / onaka) como estómago.
Como ejemplo de esto nos comparte la frase お腹が一杯 (onaka ga ippai) que se utiliza para decir que uno está satisfecho al haber terminado de comer; esta frase literalmente se traduce como estoy lleno, sin embargo, Tada comparte que más bien esta frase debería ser traducida como “el interior de mi cuerpo está lleno”.
Sobre el 腹切り (はらきり / harakiri), Tada escribe que “hara debía encontrarse solo en el meollo más profundo de la vida. Sacar la tapa para mostrar lo que hay dentro de harakiri, lo que hay dentro del vientre, eso es lo que se mostraría al mundo externo, en el informe del forense, ante los testigos, ante la sociedad. Extraer los intestinos y exponerlos bajo la blanquísima luz del sol, aquello es el sacudón del seppuku, el símbolo mismo de la cultura paradojal del cuerpo”[xi].
En este mismo texto, Tada comparte que en la región de Okinawa, ante la falta de espacios para enterrar a los muertos a causa de la abundante existencia de arrecifes de coral y piedras, la gente recurrió a cuevas o túmulos para llevar a cabo la sepultura de los cuerpos. Estos túmulos llevan el nombre de吉根 (きっこ / kikko) debido a su forma hexagonal, ya que estas piedras eran acomodadas de manera que parecían un caparazón de tortuga, Tada refiere que “las tumbas hexagonales en Okinawa están hechas a imagen del vientre materno, para que al morir uno vuelva al útero”[xii].
¿Cuál es el lugar del腹 (はら / hara), del お腹 (おなか / onaka)?
El centro del体 (からだ / karada /cuerpo), el centro de人生 (じんせい / jinsei / la vida).
La muerte nos retorna al vientre materno.
El vientre.
¿En qué parte del cuerpo se muestra más el pasado? En el ombigo (へそ / heso)[xiii].
Apenas más allá del ombligo de la niña se encuentra el vientre de la madre, de la abuela y aún más allá el de la bisabuela. De esta manera la continuidad de la vida se confirma, al infinito, en dirección al pasado.[xiv]
En los viejos tiempos, las mujeres consideraban importante guardar por lo menos una parte del cordón umbilical. Aquí –habrán pensado- se halla la conexión, el vínculo de la sangre, una prueba que supera cualquier argumentación.
Entonces, lo colocaban en una caja o cofre para amuletos y lo conservaban con gran responsabilidad. Si llegara a tocarle una desgracia en la vida y el niño o la niña fuera a morir ates de la madre, el fragmento del cordón umbilical se colocaría en el ataúd. El niño muerto entonces regresaría al vientre materno para volver a nacer.
El pedazo de cordón umbilical guardado era evidencia de una conexión de sangre, y representaba además el vínculo potencial del renacimiento. Luego del parto el cordón umbilical se cortaba y la huella que dejaba se convertía en ombligo, con la forma de un caracol y considerado una cosa inútil, algo peor que inútil.
Sin embargo, aquí tenemos el sentido oculto en ello: está en el ombligo la encarnación de todo el pasado del ser humano, allí se encuentra la memoria, la conexión, incluso la resurrección.[xv]
El ombligo sintetiza esto: el pasado de la vida, la memoria de las vidas que preceden a la propia y todo esto debe ser cuidado, custodiado y conservado el buen estado.[xvi]
Reitero, ¿cómo puede ayudarnos todo esto a pensar “las ideas de la carne y la locuacidad del cuerpo” de la que habla Mishima?
El mismo Mishima es una literalidad ante la idea de pensar la igualdad de condiciones de la que él habla para palabra, la letra, la carne, las ideas, el ideal.
¿No es el切腹 (せっぷく / seppuku) un acto que enuncia este conjugar el cuerpo y la palabra?, ¿no se está escribiendo sobre el vientre con el acero y la sangre la palabra?
Después de todo este recorrido, me permito retomar a Mishima para las preguntas enunciadas con antelación: ¿cómo puede ayudarnos todo esto a pensar “las ideas de la carne y la locuacidad del cuerpo” de la que habla Mishima?, ¿qué tiene que ver todo este desarrollo de la escritura con las mujeres y la literatura japonesa contemporánea?, ¿no es e l切腹 (せっぷく / seppuku) un acto que enuncia este conjugar el cuerpo y la palabra?, ¿no se está escribiendo sobre el vientre con el acero y la sangre la palabra?
¿No es esta escritura, esta carnalidad, la mano de la mujer escribiente una reafirmación de la vida, un grito, una desgarradura, una herida que apela por la vida?
¿No es todo este desgarro una enunciación más de esa 懐かし (なつかし/ natsukashi / nostalgia) que nos recuerda que toda la letra, todo el acero, toda la tinta, toda la desgarradura no es más que esa nostalgia feliz que nos permite seguir apostando por la vida?
Dice Shunsuke Tsurumi: “Si nosotros los orientales guardamos mementos, es solo a través de la carne, del cuerpo”[xvii]
Dice Tada que “el cuerpo es el memento más grande que tenemos”[xviii]
Sí, 体 (からだ / karada / cuerpo) es el memento más grande que tenemos, porque en él está: 生活 (せいかつ/seikatsu /vida), 人生 (じんせい / jinsei / la vida), 肉体 (にくたい / nikutai / la carne) y todo aquello que al contacto nos llena de esa 懐かし(なつかし / natsukashi / nostalgia) que nos lleva a seguir anhelando la vida, que nos lleva a no querer hacer un切腹 (せっぷく / seppuku / apagar la vida con un corte en el vientre) de forma literal, sino que nos lleva a poder hacerlo por medio de la 言葉 (ことば / kotoba / palabra).
“Las partidas son también invitaciones, invitaciones del porvenir”
Anna-Kazumi Stahl[xix]
Epílogo
Zully se negó a recibir mi sangre como ofrenda ante su deseo y apalabramiento de un pedazo de lo real para teñir sus ideas.
Con voz risueña y serio semblante, me dijo que no podía andar ofreciendo mi sangre como tinta para el arte.
¿Por qué no puedo entregarle?
Al ingresar a la universidad, me hicieron buscar un “rastro” para conseguir el encéfalo de un cerdo.
No supe decir dónde estaban sus parietales, pero sin titubear, al finalizar la clase, tomé gozosa la mitad de ese cerebro para triturar y sentir su inconsistencia desparramarse en mis desnudas y apretujadas falanges.
Aún recuerdo el gesto de aversión de mis compañeros, siempre fueron muy blandos y tibios todos esos sujetos.
Cuando tenía dieciséis años, en un retiro religioso, me hicieron pasear en un unicel mugriento el corazón de una vaca con la finalidad de ablandar a los otros respecto a dios y el alma.
Mi primer impulso fue introducir mi dedo índice en la vena cava superior; mi falange distal embonaba a la perfección en aquel agujero.
Ojalá hubiese introducido mi anular izquierdo, así me habría comprometido devotamente y para siempre con aquel retoño de ternera.
Quedé fascinada, asqueada y deslumbrada.
Tenía tantas ganas de morder, mascar, saborear, tragar y vomitar esa masa.
Quizá por eso decidí ser vegetariana, me aterraba la idea de no poder controlar mi apetito y voracidad; quizá tenía mucho miedo de correr a devorar a los demás.
Quizá esa voracidad es mi mayor herencia materna.
Hablando de corazones, a mi perro le gustan mucho los corazones de pollo.
En realidad, le gustan los corazones, los hígados y prácticamente cualquier víscera que le sea masticable.
Tiene un hambre voraz de órganos, de cuerpos, de vida.
Quizá en eso somos iguales.
あなたは誰ですか[1]
¿Qué soy yo?
¿Qué es mi cuerpo?
¿Quién soy yo?
あなたは誰でしたか[2]
Si preguntan a mi ex pareja, seguro les dirá que mi corazón es el músculo que se encarga de mantener viva a una fémina que es incapaz de conservarse fiel, sola, devota y quieta. Es una pena que aquel obsesivo sujeto abandonase el diván para cargar con él sus delirios de engaño e insuficiencia.
Si preguntan a mis padres, quizá ellos les dirán que mi cuerpo es la marioneta que vino a intentar suplir a la hija que murió hace más o menos treinta vueltas de la tierra.
Si pudiesen preguntar a mi perro, seguramente les diría que mi presencia es la silueta blanquinegra que más le emociona ver al inicio de los días junto a su tazón de alimentación lenta.
¿Por qué no puedo dar a Zully mi sangre para su arte si todos los días escribo y abandono mis letras?
Cada trazo de la tinta es como el registro de la sangre que mes con mes va tiñendo mi entrepierna.
Cada una de mis letras es un pedazo de mi cuerpo, es un fragmento de sangrante, palpitante y supurante vena.
Sí, yo soy eso, un trozo de sangrante carne, palpitante arteria y supurante vena.
Que ganas de vivir la sangre, de vivir la carne.
Que ganas de volver a sentir la vida que se vivía en la viscosidad del pedazo de aquel cerdo que ya fue digerido y defecado hace muchos ayeres por los intestinos de alguien.
体[3]
あんなに壊れた体に戻りたいですか[4]
¿Qué es lo primero que hace uno al salir del infierno? Intentar desesperadamente y a toda costa, regresar a éste.
Porque cuando es todo lo que se había conocido, resulta aterrador tener que resolverse la vida fuera de ese lugar, de ese hogar.
Referencias y Bibliografía
[1] ¿Quién eres?
[2] ¿Quién eras?
[3] Karada: cuerpo.
[4] Annani kowareta karada ni modoritai desuka: ¿quieres volver a un cuerpo tan destrozado?
[i] Natsukashi.
[ii] Nothomb Amélie. La nostalgia feliz. Editorial Anagrama. 2015. España. Pág. 83.
[iii] Mishima Yukio. El sol y el acero. Alianza editorial. 2010. Madrid, España. Pág. 20.
[iv] Ibíd. Pág. 21.
[v] Ibíd. Pág. 23.
[vi] Ibíd. Pág. 22.
[vii] Tada Michitaro. Karada: El cuerpo en la cultura japonesa. Adriana Hidalgo Editora. 2010. Buenos Aires, Argentina. Pág. 111.
[viii] Ibíd. Pág. 102.
[ix] Ibíd. Pág. 114.
[x] Ibíd. Pág. 112.
[xi] Ibíd. Pág. 116.
[xii] Ibíd. Pág. 93.
[xiii] Ibíd. Pág. 120.
[xiv] Ibíd. Pág. 125.
[xv] Ibíd. Pág. 126.
[xvi] Ibíd. Pág. 127.
[xvii] Ibíd. Pág. 119.
[xviii] Ibíd. Pág. 120.
[xix] Ibíd. Pág. 15.
Mishima Yukio. El sol y el acero. Alianza editorial. 2010. Madrid, España.
Nothomb Amélie. La nostalgia feliz. Editorial Anagrama. 2015. España.
Tada Michitaro. Karada: El cuerpo en la cultura japonesa. Adriana Hidalgo Editora. 2010. Buenos Aires, Argentina.
Tanaka Michiko, Historia mínima de Japón. El Colegio de México. 2011. México.
Ogawa Yoko. Hotel Iris. Picador. New York. E-Book. Scribd.
Licenciada en psicología, actualmente cursa el doctorado en Saberes sobre Subjetividad y Violencia en Colegio de Saberes. Trabajo clínico y psicoeducativo con niños y adolescentes. Colaboradora del Centro Cultural La Isla de Minerva con temas de Feminismo en Occidente. Líneas de diálogo: Literatura, escritura, Feminismo y Japón.